El agente topo

Próximos estrenos España 19 de marzo  

Título original

El agente topo

Año

2020

Duración

90 min.

País

 Chile

Dirección

Maite Alberdi

Guion

Maite Alberdi

Música

Vincent van Warmerdam

Fotografía

Pablo Valdés

Reparto

Documental, (intervenciones de: Sergio Chamy, Rómulo Aitken, Marta Olivares, Berta Ureta, Zoila González, Petronila Abarca, Rubira Olivares)

Productora

Co-production Chile-Alemania-España-Países Bajos (Holanda)-Estados Unidos; 

Micromundo Producciones, Motto Pictures, Sutor Kolonko, Volya Films, Malvalanda

Género

Documental | Vejez/Madurez

Sinopsis

Sergio es un espía chileno. O algo parecido. Al menos, se le ha ofrecido este trabajo después de un casting organizado por el detective Rómulo, un investigador privado que necesita a un topo creíble para infiltrarse en un hogar de jubilados. La cliente de Rómulo, una hija de una residente, sospecha que su madre podría estar siendo maltratada, por lo que le contrata para descubrir qué es exactamente lo que está sucediendo en la residencia. Sergio, sin embargo, tiene 83 años y no es precisamente el agente 007, por lo que no le resulta nada fácil aprender a manejar la tecnología y la metodología de espionaje. Mientras trata de recolectar pruebas, Sergio entabla amistad con algunos de los jubilados y se da cuenta que la supuesta terrible verdad que buscaba no tiene absolutamente nada que ver con lo que tanto él como Rómulo habían sospechado.

 

CRÍTICA

Es de agradecer que en el cine documental aparezcan miradas tan personales como la de Maite Alberdi, quien con cuatro largos ya a sus espaldas ha sabido erigirse como una seña de identidad. Cronista chilena desde una óptica antropológica, la cineasta ha tenido la virtud de retratar colectivos numerosos pero relegados a un segundo plano como las personas con Síndrome de Down o los ancianos. Pero, en lugar de optar por la compasión y la condescendencia, Alberdi siempre ha preferido integrarse en sus rutinas, captarlas sin filtros y dejar espacio para que una vitalidad sana –para nada de libro de autoayuda- fluya por la pantalla. Una combinación de denuncia social con humanidad en la que el humor no es ausente.

En El agente topo la chilena vuelve a poner el foco en los mayores, como ya hizo en su multipremiada La Once (Tea Time) (2014). Si en aquella la observación del paso del tiempo en un grupo de señoras mayores de bien era clara y meridiana, fundamentada en la elipsis temporal, en el film que nos ocupa la cineasta va un paso más allá y arma un dispositivo cinematográfico más sofisticado para reincidir en temas como la soledad de la tercera edad, su insospechada actividad, o los lazos de amistad que se crean en su comunidad. Alberdi configura el documental como un thriller detectivesco casi paródico, en el que un anciano supera el casting de una agencia de investigación para infiltrarse en un centro de mayores con el fin de descubrir el trato que la madre de una cliente recibe.

La trama espía es una excusa resultona que se utiliza para adentrarse en lo que realmente interesa: el retrato personal de la tercera edad. Y, como en La Once, hay trasfondo social, pero Alberdi prioriza por encima de todo la humanidad y la calidez de sus personajes, sin caer en ñoñerías o en blanqueamientos innecesarios. Cierto es, pero, que al final la creadora tampoco acaba de exprimir las posibilidades del formato que plantea, y que lo que al principio empieza como una vuelta de tuerca al género se acaba diluyendo en formas más clásicas del documental observacional, sin rematar su brillante idea. Pese a este flaqueo, la directora da otra vez en el clavo con un film profundamente emocionante, lleno de personajes cuyo carisma traspasa la pantalla (Sergio Chamy debería ser un tesoro nacional desde ya), donde tanto la sonrisa como la lágrima se alternan con naturalidad.

Un paso, imperfecto, hacia adelante que certifica a Alberdi como documentalista superdotada para sacar a relucir la cotidianeidad humana vívidamente y explorar la sensibilidad humana sin imposturas. Un film que respira autenticidad, por paradójico que pueda parecer en el planificado mundo del espía.