Un Amor Intranquilo: Forro bipolar
Un amor intranquilo
Cartelera España 11 de febrero
Título original
- Les intranquilles aka
- Año
- 2021
- Duración
- 118 min.
- País
- Bélgica
- Dirección
- Guion
-
Lou Du Pontavice, Juliette Goudot, Joachim Lafosse, Chloé Leonil, Anne-Lise Morin, François Pirot
- Música
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Olafur Arnalds
- Fotografía
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Jean-François Hensgens
- Reparto
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Leïla Bekhti, Damien Bonnard, Luc Schiltz, Larisa Faber, Elsa Rauchs, Jules Waringo, Joël Delsaut
- Productora
- Coproducción Bélgica-Luxemburgo-Francia;
KG Productions, Prime Time, Samsa Film, Stenola Productions. Distribuidora: Luxbox
- Género
- Drama | Enfermedad. Familia
- Sinopsis
- Leïla y Damien se quieren con locura. Ambos luchan por mantener unida a la familia a pesar de la bipolaridad de Damien. Ninguno se rinde, aunque él sabe que nunca podrá ofrecerle lo que ella desea.
- CRÍTICA
Tras pasar por el prestigioso Festival de Cannes –donde no logró rascar premio– llega a nuestras pantallas Un Amor Intranquilo, el nuevo trabajo de Joachim Lafosse. El cineasta belga tiene acostumbrado a plasmar en sus obras dramas familiares y universales que chocan con la comprensión del espectador –Propiedad Privada, Perder la Razón o Después de Nosotros lo avalan–, género con el que volverá a hondar en su último título a través de la bipolaridad y la depresión.
Lafosse traslada el grueso de la historia a su conjunto, alterna su estado de ánimo, pasa de un ritmo sosegado, casi contemplativo, a un grito de liberación y desapego. Y es en su máxima quietud donde se halla el nerviosismo de un melodrama que sufre de altibajos -como cualquier pareja, como la vida misma– y que no necesita de artificios ni exaltaciones para adentrarnos en su latente crudeza. Y es que el que dirigiese Los Caballeros Blancos explora en los problemas cotidianos conyugales -enfados, gritos, discrepancias, desesperación- con la misma delicadeza que un pintor trata a su pincel, con la misma veracidad que los Dardenne muestran los problemas sociales del día a día. Pues Lafosse tiene ese toque humano y vivaz que caracteriza a los máximos exponentes del cine belga.
Estamos ante una película con diferentes capas de emociones que te asfixia en su espiral autodestructiva y que consigue que acompañemos a Damien - padre y eje central de la película- en su desánimo a la vez que logra que comprendamos el desaliento y la fatiga por la que pasa Leïla, su compañera de viaje. Un drama que hace que empaticemos con las víctimas, y es que hay que recordar que aquí todos -padre, madre e hijo- son víctimas de una elección: la negación de ingesta de litio por parte de la figura paterna. Una decisión que de haberla tomado hubiese hecho que se desvaneciera el conflicto de la obra, y por consiguiente, tanto el argumento como la propia historia tendrían que haber transmutado.
Nietzsche, Mariah Carey, Van Gogh, Hemingway, Francisco de Goya… A lo largo de la Historia, multitud de personalidades han padecido trastorno bipolar, enfermedad química y mental que ha estado asociada con la creatividad y el arte: conceptos muy presentes en la obra de Lafosse, pues el arte y la pintura servirán como vía de escape para afrontar la depresión interna que lastra el personaje protagonista. La falta de motivación, las pérdidas y los obstáculos que te afronta la vida a veces pueden inducir a enfermedades depresivas, y de ahí a una soledad interna que hace que reflexionemos con nosotros mismos, que nos ahoguemos en nuestra propia monotonía, que tengamos que evadirnos con cualquier mero pasatiempo, provocandonos de esta manera un bloqueo que, ya sea consciente o inconscientemente, nos imposibilita salir de nuestros problemas y/o enfermedades, aunque eso afecte también a nuestros seres queridos.
Y esto Lafosse lo impregna de forma natural en su pieza, en la que el autoengaño y la falta de autogestión de la situación y asimilación de la enfermedad logran que el protagonista no sea capaz de huir de la depresiva convivencia consigo mismo, alejándose así del bienestar familiar que su hijo, su mujer y el propio Damien tanto anhelan.
En definitiva, para el que escribe estas líneas, Un amor intranquilo es un notable drama familiar tan convulso como desesperante, tan íntimo como universal, sustentado por un trío protagónico tan contundente en sus emociones como natural en sus actos. Con un evitable conflicto, esta es una cinta circular que desde el primer plano –donde vemos a una mujer de inquietante respiro tumbada en la arena de la playa– el espectador intuye que se va a mover entre la asfixia y el agobio. Aunque entre tanta alteración y éxtasis, también se da cabida a una corporativa y aguda ironía –recordemos momento pata de la mesa con el hijo–. En su último trabajo, Lafosse esquiva y baila a los problemas a la vez que grita de pánico y frustración, arropando a su filme –tanto en fondo como en forma– de un forro bipolar.