Acción| 115 min. | USA 2017
Título: Atómica.
Título original: Atomic Blonde.
Director: David Leitch.
Guión: Kurt Johnstad (Novela gráfica: Antony Johnston).
Actores: Charlize Theron, James McAvoy, Sofia Boutella, John Goodman.
Estreno en España: 04/08/2017
Productora: Focus Features / 87Eleven / Closed on Mondays Entertainment / Denver and Delilah Productions / Sierra / Affinity
Distribuidora: DeaPlaneta.
Sinopsis
Año 1989, el muro de Berlín está a punto de caer. Un agente del MI6 encubierto aparece muerto y la espía Lorraine Broughton (Charlize Theron) debe encontrar por todos los medios una lista que el agente estaba intentando hacer llegar a Occidente, y en la que figuran los nombres de todos los agentes encubiertos que trabajan en Berlín oriental. Lorraine no se detendrá ante nada para conseguir dar con esa lista, enfrentándose a varios asesinos y sumergiéndose en un mundo en el que nadie parece ser quien dice ser.
Crítica
Ante el incremento de la concienciación feminista en el mundo y, especialmente, de su difusión masiva a través de los medios –marcadamente en la Marcha de las Mujeres contra las políticas de Trump-, era imposible que el cine escapara de esta perspectiva a la hora de abordar sus historias. Pero era aún más evidente que Hollywood, desde su oportunismo habitual, lo hiciera a través de un género tan restringido a la testosterona como lo es la acción. Aunque Hollywood ya había hecho esfuerzos para intentar dar voz a la mujer en este tipo de cine tan estigmatizado, especialmente desde la Lara Croft de Angelina Jolie, lo cierto es que los personajes terminaban cayendo en las tendencias del heteropatriarcado.
En los últimos tiempos, la mujer ha ido asomando en papeles de acción algo más complacientes para ella, en el que su rol protagonista ha estado menos sometido a las convenciones.
Se notaba descaradamente el intento de maquillar como “icónicamente feminista” algo que, en realidad, no lo era tanto y que, para más INRI, era anulado mediante la cantidad ingente de obras con la mujer en funciones de accesorio. En los últimos tiempos, la mujer ha ido asomando en papeles de acción algo más complacientes para ella, en el que su rol protagonista ha estado menos sometido a las convenciones anteriormente citadas, en filmes como Indomable (Steven Soderbergh, 2012), la reciente Wonder Woman (Patty Jenkins, 2017) o Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015), en la que Charlize Theron se consagraba como icono feminista del celuloide, en una dimensión de carácter exponencial de la causa feminista.
Atómica, dentro de la carrera de Theron, sigue la estela del reboot de la película australiana, aportándole a su actriz un papel de fuerte independencia hecho para su lucimiento. Sólo por la considerable carga feminista que el film contiene –teniendo en cuenta su origen hollywoodiense-, ya merece la pena dejarse llevar por la acción de la película. En ciertos aspectos, hasta supera la hazaña de la mujer maravilla -en el interés romántico, por ejemplo, más incomodo para los puristas retrógrados americanos y, también, de más frialdad emocional-.
Aunque es admirable este intento de pluralizar el género por parte del mainstream, aún hay tendencias a corregir como, por ejemplo, el inevitable recreo de la mirada de su director, David Leitch, en el cuerpo de Theron. Otro ejemplo del male gaze que baña los relatos desde tiempos cinematográficos inmemorables.
Ideológicamente, el empoderamiento femenino es lo más relevante que tiene para contar Atómica, ya que sobre la Guerra Fría no descubre nada que no se haya plasmado en su larga tradición cinematográfica. De hecho, no esperen un thriller de espionaje con el toque cerebral de John Le Carré, sino una lectura de los últimos días del Telón de Acero en clave de acción estilizada, por encima de la sustancia, como cabía de esperar del autor de John Wick (2014).
Indiscutiblemente entretenida, poseedora de una notable coreografía con mayor precisión e interés que la mayoría de las secuencias rutinarias a la que nos ha (mal) acostumbrado Hollywood, es de lamentar que su guión no esté al servicio de una trama más elaborada y de unos personajes más bien definidos, que no deambulen sin unas motivaciones claras; por no mencionar un cierto desperdicio en el potencial del contexto histórico donde se desarrolla.
Si, además, se tratara de un divertimento falto de pretensiones, esto no afectaría a un conjunto que funciona en la superficie, pero al que le falta ambición para ser la referencia que podría haber llegado a devenir. Su tono afectado y serio (pero lastrado por la carencia emocional), e imbricado con los delirios de acción insertados en una historia algo vaga ocasionan que el conjunto no termine de cuajar en su plenitud, legando en la mente la sensación de ir a medias en todo lo que Atómica propone, salvo en lo que Leitch a niveles de orfebre: la acción. Es infalible en eso y en la innata capacidad de Charlize Theron para llenar una pantalla.
Este evidente desaprovechamiento no impide, pero, que Atómica tenga la condición de film disfrutable para los fans del género, y también para todos aquellos poco versados en él, gracias a su correcto tempo, a su juguetón estilo pop con un soundtrack delicioso, a la decadencia de su ambientación, a su atractivo visual y, por supuesto, al (pequeño) lavado del rol de la mujer en el cine americano. Una pequeña bomba dentro de un cambio de paradigma que deseamos que siga corrigiéndose para llegar a la consagración.