La cabeza del dragón
Escrita por Ramón María del Valle-Inclán con dirección de Lucía Miranda
Del 30 de septiembre al 13 de noviembre
EQUIPO
Texto
Ramón María del Valle-Inclán
Dirección
Lucía Miranda
Reparto
Francesc Aparicio, Ares B. Fernández, Carmen Escudero, María Gálvez, Carlos González, Marina Moltó, Juan Paños, Chelís Quinzá, Marta Ruiz, Víctor Sáinz Ramírez y Clara Sans.
CRÍTICA
Aunque no está entre las obras más conocidas de Ramón María del Valle-Inclán, “La cabeza del dragón” reúne gran parte de los elementos que hicieron famoso al genial dramaturgo español, es decir, una aguda mirada crítica a la sociedad y una intensa trama esperpéntica en la que todos nos vemos reflejados.
Estrenada en 1909 y publicada en 1919 se trata de una obra de corte infantil dividida en seis cuadros en los que se narra las aventuras del Príncipe de Verdemar en su empeño por derrotar a un misterioso dragón. La obra, con momentos absolutamente geniales y sorprendentes, fue pronto relegada a un segundo plano bajo el peso de obras maestras de Valle-Inclán como Luces de bohemia o El marqués de Bradomín.
Sin embargo, para algunos autores ha sido siempre una obra de referencia y de atención. Así lo explica la directora a dramaturga Lucia Miranda: “Tenía veinticinco años cuando dirigí mi primera obra, fue La cabeza del dragón de Valle-Inclán. Voy a cumplir cuarenta, y me sigue interesando”. Y sí, se nota mucho la pasión de esta creadora por esta singular obra que puede verse en el Teatro María Guerrero.
Esta nueva versión de “La cabeza del dragón” reúne todos los elementos satíricos y esperpénticos de la obra original, pero dándole un toque sociopolítico muy actual y una mirada completamente joven y en sintonía con nuestra actualidad. De esta manera veremos en escena a un grupo de actores y actrices menores de 30 años que transformarán el escenario en una inmensa fiesta en la que bailarán, cantarán (desde flamenco a clásicos de ayer y hoy) y en la que también se hablará mucho de los problemas que nos atañen. Nos encontramos pues ante una obra que busca desmostar como la España de Vallé-Inclán no es demasiado diferente a la actual, siendo la corrupción y la demagogia elementos intrínsecos en nuestra cultura. Motivo por los que varías estatuas del escritor estarán presentes en el patio de butacas desde el principio. Su mirada no ha envejecido nada y su juego de espejos nos continúa impactando.
Lucia Miranda también confiesa en sus notas: “La cabeza del dragón es una invitación a preguntarnos qué es la tradición, cómo decidimos cuál es buena o mala, quién lo decide y cómo construimos las nuevas. ¿Sabemos nosotros del pasado? ¿Cómo nos relacionamos con él? ¿Podemos saber del porvenir?”
Más allá de la crítica social, nos encontramos ante un inmenso divertimento con una puesta en escena muy ágil y con unos actores que buscan darlo todo en escena y que además cantan muy bien. Finalmente, tras 90 minutos de sátira y esperpento, la obra termina con una inmensa fiesta en la que todo el mundo canta y baila. Solo con esta anestesia se puede olvidar tanta hipocresía y esperpento.