El Cuaderno De Las recetas Perdidas, de Jacky Durand
Entre menú y menú (ya os advertimos de entrada que se os va a hacer la boca agua) el autor nos presenta a un narrador un tanto desorientado debido a la grave enfermedad que padece su padre. Amasando sus propias vivencias y dando un sabor agridulce a los recuerdos de su infancia y adolescencia, los irá transformando de manera paulatina en un inmenso batiburrillo entre los que irá introduciendo palabras ya desusadas que sin duda encandilarán al lector.
La trama es sencilla pero atrapa desde la primera página: Henri es el chef devoto del Relais Fleuri, un bistró tradicional que trata a sus clientes con generosos platos. Bajo la mirada cautivada de su hijo Julien, desarrolla recetas que su mujer anota en un cuaderno. Pero un día, ella sale de la casa sin explicación. Henri decreta que Julien nunca se convertirá en cocinero. En secreto, el joven persigue su sueño y en su búsqueda, tendrá que desentrañar los secretos familiares y entender por qué Henri dejó ir a su esposa sin decir una palabra...
Dotado de una escritura culta y desafiante, salpicada en algunas ocasiones de reproches y llena de agradecimiento en otras, el autor nos introduce en una lectura repleta de sabiduría culinaria. Y es que creemos que su objetivo principal es hacernos partícipes de la importancia que tiene la cocina en nuestras vidas, haciendo de ella un culto a los alimentos, entrelazando vida y sustento a través de las relaciones humanas.
Con su actitud el protagonista nos revela su pasión por la gastronomía, luchando contra los estereotipos establecidos en la sociedad y las creencias que ésta impone, rompiendo así barreras con el convencimiento de que aprender un oficio es tan digno como estudiar una carrera universitaria.
Los personajes, increíblemente carismáticos como Lulu, Gary y Maria, enigmáticos como Hélène, la esposa fugitiva... Los seguiremos con interés y mediremos su papel en el viaje iniciático del joven Julien. También estarán los obstáculos a superar, las preguntas, las alegrías, las penas hasta un desenlace...
El autor domina a la perfección la descripción y los sentimientos. De hecho, estamos completamente inmersos en esta historia... una historia que podría transcurrir en cualquier casa y que seguro nos retrotraerá a tiempos pasados. Lo que hace que uno encuentre allí sus marcas.. nombres de calles, con los cuales uno puede asociar allí sus propios recuerdos personales en forma de evocación directa.
Los progenitores no deberían influir en la elección de los hijos a la hora decidir sus estudios, ya que son ellos los que han de vivir en primera persona esa experiencia vita, como ocurre en este caso con el protagonista de esta muy recomendable obra.
En definitiva, A través de esta novela sentimos la pasión, pero también este amor filial y paternal. Esta transmisión de conocimientos, de amor por la cocina. Pero también este deseo de proteger y ver a su familia tener una vida mejor. Una novela que se lee rápido pero que es una increíble lección de vida, donde todos pueden reconocerse a sí mismos o al menos reconocer a alguien cercano. Una obra que merece ser leída y conocida.