Curso de 1999 se estrenó en 1990. Trata de la futura violencia dentro de las escuelas secundarias en relación con las pandillas. Y lo que el gobierno y los miembros del consejo educativo intentan hacer al respecto.
El gobierno y los miembros de la junta educativa construyen cyborgs para enseñar disciplina dentro de las aulas. Enseñan a los niños sobre diferentes temas como la historia, la química y otras materias. Y si los estudiantes de secundaria se salen de madre, los maestros / cyborgs se encargan de disciplinarlos con métodos bastante expeditivos.
Sin embargo, los profesores deciden que necesitan eliminar las malas influencias alrededor para que pueda llegar a aflorar lo bueno. Pronto comienzan a matar a estudiantes y Cody, el delincuente, es testigo del asesinato de su hermano. Comienza un motín… Ojalá todas las películas malas fueran tan buenas. Class of 1999 es diversión pura y dura con un argumento tan sencillo como relativamente bien pensado. Es puro parto ochentero, y se disfruta como tal sin meterse en buscarle los tres pies al gato.
El director del film, Mark L. Lester (no confundir con el actor de Oliver), cuenta entre su vasta filmografía con algunos títulos estimables como Ojos de fuego (19849; Little Tokyo, ataque frontal (1991); Comando (1985); Fugitivo en la noche (1995) o La semilla del mal (1998). Entre el elenco actoral destaca la presencia de tres míticos actores aquí en horas un poco bajas: Nos referimos a Malcolm Mc Dowell, Stacy Keach y Pam Grier.
Escenarios que parecen apocalípticos donde el puro cine fantástico se mezcla con la comercialidad de aquella etapa. Mark Lester hace de su película un culto instantáneo, con bandas de pandilleros que toman el control de ciudades que parecen desguaces infinitos y con personajes masculinos que se visten de Boy George y personajes femeninos que lo hacen de Cyndi Lauper. No es que las interpretaciones sean buenas, pero están al nivel de lo de aquellos años.
Los efectos especiales mejorables, pero por encima de la media del género. De todas formas lo atractivo de la película es su idea, descabellada y efectista a partes iguales. Para los amantes de la ciencia ficción, de películas con ese transfondo rebelde, o simplemente de tener ganas de ver un Calles de Fuego a lo cyberpunk la película cumple su cometido con creces. De lo que más desapercibido pasó de la época, algo verdaderamente injusto, aunque así se acentúa su culto.
Muy entretenida y con escenas para el recuerdo. Buena banda sonora como todo lo que provenía de aquella época de baterías sintetizadas, con buenos y malos bien definidos y pocas dosis de sorpresa, aunque no las necesita. Todo un descubrimiento para quien consiga localizarla.