CRÍTICA DE CINE DE FILMIN

DEATH OF A LADIES’ MAN´: UN ATÍPICO Y ORIGINAL TRIBUTO A LEONARD COHEN

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Death of a Ladies' Man

Filmin (últ. incorporaciones) 24 de septiembre  

Título original

Death of a Ladies' Man
Año
Duración
100 min.
País
 Canadá
Dirección

Matt Bissonnette

Guion

Matt Bissonnette. Historia: Bobby Theodore

Música

Stephen Rennicks

Fotografía

Jonathon Cliff

Reparto

Gabriel ByrneJessica ParéBrian GleesonAntoine-Olivier PilonSuzanne ClémentKarelle TremblayRaphael Grosz-Harvey

Productora
Coproducción Canadá-Irlanda; 

Corey Marr Productions Inc, MCP Productions, Port Pictures, Don Carmody Productions

Género
Drama
Sinopsis
Un profesor universitario ve cómo su vida cambia por completo cuando empieza a tener alucinaciones y cree que va a morir pronto. 
 
CRÍTICA

`Looking for Leonard´ (2002) fue el debut en la dirección cinematográfica del canadiense Matt Bissonnette; en aquella ocasión, contó con la colaboración de Steven Clark tras la cámara, y en esa ópera prima —no muy recordada— el motivo principal ya era Leonard Cohen. `Who loves the sun´ (2006) y `Passenger side´ (2009) fueron las siguientes obras de Bissonnette —ya en solitario—, antecedentes de `Death of a ladies’ man´ (2020), película que se estrena este 24 de septiembre en la plataforma Filmin, en las que la música del afamado cantautor se constituía como uno de los personajes protagonistas. Si Cohen tenía el corazón escindido entre la literatura y la música, Bissonnette —quien se presenta como idólatra de su legado— comparte esa escisión, pero entre el cine y la literatura. Por eso no es de extrañar que el cineasta canadiense utilice como referencias no solo material musical de Cohen, sino también, de su literatura. Esta cinta está llena de guiños a la obra completa de Cohen, por lo que para sus seguidores puede suponer un apasionante desafío.

Gabriel Byrne encarna a Samuel O'Shea, un profesor universitario que un buen día comienza a tener alucinaciones. O’Shea es un hombre excesivo, de cambios de humor hiperbólicos, además de alcohólico, mujeriego y podemos decir, que enfermo de la cabeza: este punto le sirve al director para que no podamos discernir entre realidad y ficción. El plano musical absorbe el plano físico en ocasiones, como en la escena de los jugadores de hockey que se ponen a bailar al son del himno que una animadora canta. Pero el realismo mágico de Bissonnette no es concesivo ni busca solo agradar, incluye la irreverencia como sello personal, lo que se traduce en las bajezas más patéticas que nos podamos imaginar (véase, escena de la prostituta en la calle).

El momento en que O’Shea descubre que tiene un tumor cerebral de gran tamaño y en expansión, se convierte en un pretexto para cambiar. Película de actor, musical, drama y humor son los géneros que se mezclan en una trama que nos habla acerca de la pérdida, la desposesión de aquello que creemos nuestro y de cómo el tiempo se vuelve insuficiente cuando nuestro objetivo es desdecirnos, disculparnos y aprovechar el tiempo perdido.

O’Shea se sienta a la mesa con sus hijos, pero ya no puede evitar que también se sienten con ellos personajes imaginarios. Hasta la misma Parca se le aparece en el salón. La narración realista es interrumpida por exabruptos fantásticos, como en la escena en que unos dragones gigantescos y voladores escupen fuego sobre la ciudad. Más que lirismo, su poesía visual busca emocionarnos por contrastes. La parodia devela una mueca ensangrentada bajo la máscara.

No podemos negar que el valor de esta película reside en el titánico trabajo actoral de Gabriel Byrne, a quien vimos en uno de sus mejores trabajos en `Muerte entre las flores´, quien va construyendo su periplo emocional hilvanando las letras de algunas de las canciones más icónicas del maestro de Westmount. Su mirada —por ejemplo— cuando va ascendiendo las escaleras de su casa antes de descubrir la infidelidad de su mujer, ofrece la dimensión interior de un alma atormentada por las circunstancias que es tormenta, a su vez, para aquellos que le rodean.

O’Shea ve el fantasma de su padre, conoce y se enamora de una mujer, su intención es mejorar la relación con sus hijos, para ello, viaja a su Irlanda natal, y a pesar de que Bissonnette nos cuenta todo esto sin acción y a un ritmo lento, la película no consigue ser aburrida y mantiene el interés en el espectador. El punto musical: ’Hallelujah’, ‘Bird on the Wire’, ‘The Lost Canadian’, ‘Did I Ever Love You’, entre otras; la huida del melodrama, su contemporaneidad, son factores que potencian esta historia de redención imposible en tres actos.

Un lustro después del fallecimiento del ínclito poeta y cantautor, este filme supone un homenaje sinfónico para aquellos que apreciaban su música. Es oportuno señalar que la importancia musical en este filme demanda espectadores afines a su música, aunque esta no es omnipresente, pero sí aparece en los momentos clave y, de alguna manera, es la conductora de las emociones más destacadas.

Si el amor es la tabla de salvación, esta película nos enseña que a la ficticia nieve de la absolución no puede llegarse sino a través del dolor. A pesar de que la música y el humor fragmentan la capa dramática del argumento, de manera constante subyace una corriente submarina que apunta a la responsabilidad, a las consecuencias de nuestros actos, y lo hace de manera descarnada y cruda.

Rareza inclasificable, `Death of the ladies’ man´ se instala en la factura y talante narrativo de películas como `American beauty´ o `Medianoche en París´, un tipo de cine que rompe la convención lógico-temporal para recordarnos que de la realidad a la ficción, en ocasiones, solo hay un corto paso, en este caso, la distancia que nos separa de vivir ajenos a nuestra finitud y enterarnos de repente que tan solo nos quedan unos meses de vida.