El deseo de Robin

Pocos actores cómicos han resistido la prueba del paso del tiempo como el ganador del Oscar Robin Williams, dejando un legado duradero de risas después de su impactante muerte acaecida en 2014. El último documental Robin's Wish (El Deseo De Robin) analiza más o menos en profundidad su histórica carrera y ofrece un homenaje caluroso a una figura de todos conocida cuya desaparición supuso un golpe emocional global.

El documento analiza detalladamente los últimos años de vida de Robin Williams. Contada desde el punto de vista de amigos, familiares y expertos médicos, la película analiza cómo su demencia con cuerpos de Lewy no diagnosticada alteró el estilo de vida del actor, al tiempo que reflexiona sobre su considerable impacto. A partir de la afabilidad con los ojos muy abiertos de su tema principal, El Deseo De Robin se deleita con la capacidad distintiva del actor para iluminar el mundo que lo rodea.

El adorador punto de vista del director Tylor Norwood se siente justificado al evitar los titulares de prensa sensacionalista que dictaban la imagen de la estrella, y analiza detalladamente su ardua batalla con una enfermedad incomprendida. Es un viaje emocional a través de las inmensas luchas de la estrella, uno que imbuye un mayor aprecio por la capacidad del actor efervescente para brillar incluso en circunstancias tan extremas y devastadoras.

La retahíla de declaraciones por parte de los sujetos entrevistados sirven como válida piedra de toque para conectar las piezas del rompecabezas de su vida, compartiendo memorias cargadas de emoción que representan un espíritu infinitamente amable por el que siempre puso a todos antes que a sí mismo (las historias de sus experiencias con veteranos militares son especialmente conmovedoras). Algunos pueden criticar el documental por un enfoque demasiado tierno, y no les faltará razón a la hora de hacer hincapié en su decidido enfoque hagiográfico, pero el sentimentalismo se transmite con suficiente sinceridad y matices para dejar un impacto positivo en la audiencia.

En el lado negativo, la estructura del documental dirigido por Tylor Norwood (quien ya había facturado un trabajo anterior sobre los problemas acuciantes de los ciudadanos de Detroit) carece de gracia, con su película a menudo bailando entre períodos de tiempo sin una narrativa coherente basada en hechos. Creo que la película también perdió una gran oportunidad para examinar las condiciones de la cultura de las celebridades, donde las narrativas ficticias sobre la vida de una figura a menudo dominan los titulares sobre las revelaciones veraces (un documental como Amy examinó de manera más pertinente los sentimientos críticos de los medios de comunicación).

Con todo y con esto, vale la pena su visionado que se apoya en la querida imagen de un auténtico y muy añorado maestro de la actuación para construir un sentido homenaje a su memoria a base de algunos documentos visuales muy valiosos.