Comedia | 98 min. | USA-España| 2019
Título: Dulcinea.
Título original: Dulcinea.
Dirección: David Hebrero.
Guión: David Hebrero, Steven Tulumello.
Intérpretes: Steven Tulumello, Sara Sanz, Germán Torres, Thalma de Freitas.
Estreno: 13/09/2019
Productora: Midas Entertainment.
Distribuidora: Con Un Pack.
Sinopsis
Connor es un joven agente de seguros norteamericano que está obsesionado con España. Tras visitar el país ibérico durante tres meses, Connor regresa a casa para encontrarse con que su madre ha muerto y su novia le engaña con su propio hermano. La insólita situación lleva al joven a intentar suicidarse, sin éxito. Ante esto, su terapeuta decide ofrecerle un particular regalo: un anillo con el que es capaz de viajar a cualquier parte del mundo que desee, con la condición de que no puede visitar el mismo sitio más de una vez.
Crítica de Vicente I. Sánchez:
Tras trabajar en Los Ángeles como director de fotografía y dirigir varios cortometrajes, especialmente el premiado “Color Blues”, el joven director madrileño David Hebrero es sin duda una figura a seguir dentro del panorama de nuevos talentos. Dirigir una película con 23 años no es tarea sencilla, y como el mismo reconoce en varias entrevistas, “el cine español no se abre al talento, le cuesta innovar y apostar”. Motivo por el que Hebrero decidió emigrar a EE.UU con solo 17 años; "allí existen muchas más oportunidades que en España, aquí estaba condenado a ser becario y no obtener una buena experiencia”.
Este es el contexto con que el nos presenta “Dulcinea”. Una arriesgada propuesta independiente que ha logrado ser financiada mediante crowdfunding y mucha paciencia (un año y medio tardó en rodarse). Se trata de una comedia negra, con mucha dosis de ciencia ficción, pero también una especie de homenaje a la cultura española.
Una premisa arriesgada, que podría haber resultado interesante, pero que por el tono y estilo de la película en ningún momento llega a funcionar.
El problema es que como suele pasar en ocasiones, las ganas, el talento y el esfuerzo no siempre dan el resultado buscado. “Dulcinea” es una propuesta imposible, ridícula, que fracasa en todos los sentidos. Es evidente que David Hebrero quiere destacar y sorprender, pero lo hace con una película que desde los títulos de crédito iniciales está condenada al fracaso y al sonrojo.
En esencia nos encontramos la historia de Connor, un americano obsesionado con Madrid y Don Quijote que tras la muerte de su madre y la ruptura con su pareja, empezará a utilizar un anillo mágico que le permite desplazarse hasta cualquier parte del mundo. Una premisa arriesgada, que podría haber resultado interesante, pero que por el tono y estilo de la película en ningún momento llega a funcionar.
Hebrero no duda en utilizar números recursos del cine de Woody Allen y es evidente que siente una gran pasión por la ciencia ficción y por títulos como “Atrapado en el tiempo”. El problema es que todo junto produce una sensación extraña, demasiado “amateur”. Los diálogos, los escenarios o ese Madrid de guía de viaje dan más la sensación de ser un proyecto de fin de carrera que de una película seria.
Posiblemente el error más importante sea el homenaje que busca hacer a la cultura y la literatura española. Todo lo relacionado con Don Quijote y Dulcinea se siente demasiado impuesto e irreal. Los diálogos y personajes que pueblan este mundo son forzados, excesivamente dramáticos. Se nota que ha tenido que hacer malabarismos para lograr conformar un guion que se adapte al objetivo de la historia. Hebrero lastra la libertad de la película al introducirla demasiado en el mundo de Miguel de Cervantes.
Es por ello que la parte que se desarrolla en Los Ángeles resulte mucho más interesante y compacta. En este sentido ayuda el trabajo del debutante Steven Tulumello, que otorga la poca credibilidad que puede tener este personaje. No obstante la trama prefiere no centrase en L.A y acaba sumergiéndose en un mundo absurdo, irreal, que destruye cualquier intento de creatividad y talento.
En definitiva, “Dulcinea” no aguanta el análisis de una crítica convencional, con lo que tampoco merece mucho la pena ahondar en ese sentido. Digamos sencillamente que es una película profundamente fallida.
Una pequeña lección de humildad para David Hebrero, que estoy seguro le servirá de impulso para proyectos futuros. Si consigue dominar tanta creatividad puede llegar a ser todo un descubrimiento.