El padre
- The Father
- Año
- 2020
- Duración
- 97 min.
- País
- Reino Unido
- Dirección
- Guion
-
Florian Zeller, Christopher Hampton (Obra: Florian Zeller)
- Fotografía
-
Ben Smithard
- Reparto
- Productora
- Co-production Reino Unido-Francia;
Trademark Films, Embankment Films, Film4 Productions, F Comme Film, AG Studios NYC (Distribuidora: Lionsgate )
- Género
- Drama | Familia. Vejez/Madurez. Enfermedad
- Sinopsis
- Anthony (Anthony Hopkins), un hombre de 80 años mordaz, algo travieso y que tercamente ha decidido vivir solo, rechaza todos y cada uno de los cuidadores que su hija Anne (Olivia Colman) intenta contratar para que le ayuden en casa. Anne está desesperada porque ya no puede visitarle a diario y siente que la mente de su padre empieza a fallar y se desconecta cada vez más de la realidad. Dado el ir y venir de sus recuerdos ¿cuánto de su propia identidad podrá recordar con el paso del tiempo? Anne sufre la paulatina pérdida de su padre a medida su mente se deteriora, pero ¿no tiene ella derecho a vivir también su propia vida?.
- Distribuidora: A Contracorriente Films.
- CRÍTICA DE VICENTE I. SÁNCHEZ
Florian Zeller es uno de los novelistas y dramaturgos más famosos de Francia. "El padre" es la adaptación cinematográfica de una de sus obras de teatro más conocidas y que ha sido representada por todo el mundo. En España permaneció muchos meses en escena con un gran Héctor Alterio como protagonista.
Zeller da el salto a la dirección para ofrecernos una historia que aborda el tema del alzhéimer y de la demencia senil con una gran valentía. La cinta nos presenta a Anthony, un hombre de ochenta años que irá viendo como su mundo se desmorona al tiempo que también lo hacen sus recuerdos y su personalidad. A diferencia de otros títulos sobre la senectud como “Amor”, de Haneke, “El padre” busca transportar al espectador hasta los mismos límites de la demencia, ofreciéndonos una historia que busca hacernos participes de la confusión del protagonista.
Para ello Zeller, con la ayuda en guion de Christopher Hampton, fragmenta la narración y la historia para presentar una historia confusa y llena de laberintos. De esta manera, nosotros estaremos tan confundidos y perdidos como Anthony, no teniendo nunca claro donde comienza la locura y dónde la realidad. No obstante, donde la película destaca de manera formidable es en la dirección de actores.
Escribir sobre el “El padre” es escribir sobre Anthony Hopkins. Posiblemente nos encontramos ante una de las mejores actuaciones de su dilatada carrera, con un papel complejo, lleno de matices y recursos, en el que da vida a un anciano con graves problemas de demencia. Anthony (sí, se llama igual que él) es un hombre que no es consciente del alzhéimer que sufre y de cómo su mundo se está viniendo abajo en cada segundo que pasa. No es baladí que constantemente esté buscando el reloj y continuamente lo esté perdiendo, como símbolo, quizás demasiado evidente, del “memento mori”.
Anthony Hopkins se perfila con esta película como el gran candidato para llevarse el Oscar al mejor actor, ya sea como premio por un papel increíble, o como reconocimiento a uno de los mejores interpretes del momento. Además, ya lo habría merecido por su anterior cinta, “Los dos papas”. Trabajo que fue bastante ignorado por ser directamente estrenado en Netflix.
Junto a Hopkins destaca también una formidable Olivia Colman, que nuevamente demuestra el especial estado de gracia en el que se encuentra. Si ya deslumbró a público y crítica con su memorable trabajo en “La favorita”, papel que le valió un Oscar, en este caso vuelve a ser una de las “favoritas” para ganarlo. Se trata de una impresionante interpretación en el que veremos a una mujer rota de dolor al ver como su padre se va deteriorando.
“El padre” es una película poderosa y tremendamente emotiva que narra de forma única el proceso de deterioro cognitivo. Se convierte desde su estreno en uno de los principales referentes en el tema. No obstante, el debut en la dirección de Florian Zeller se muestra demasiado irregular en su desarrollo. Se nota demasiado su poca experiencia en la dirección, abusando demasiado del subrayado y de la metáfora. Tampoco ayuda en exceso que gran parte de la película esté concebida como una obra de teatro y se desarrolle en un solo escenario, siendo por momentos innecesariamente claustrofóbica.
El padre adolece de una escritura demasiado evidente en su traslación a la gran pantalla. Es frecuente que lo que suele funcionar en papel no lo haga en pantalla, y en este caso se notan demasiado las costuras y el tono falseado de la historia. Pasados los primeros minutos de asombro, un espectador perspicaz será capaz de anticipar gran parte de la trama que está por venir. Lo cual no quiere decir que estemos ante una mala película, nada más lejos de lo contrario, sino ante una cinta demasiado irregular.
No obstante, si dejamos a un lado esta simpleza, y nos dejamos llevar por la propuesta, nos encontraremos con una historia preciosa llena de grandes momentos. Es una de esas películas que pueden llevarse cualquier premio y que están destinadas en triunfar, y no necesariamente porque sea una obra maestra, sino porque conecta con nuestros sentimientos más básicos.