Drama| 188 min. | Turquía-Francia | 2018
Título: El Peral Salvaje.
Título original: Ahlat Agaci.
Dirección: Nuri Bilge Ceylan.
Guión: Nuri Bilge Ceylan, Akin Aksu, Ebru Ceylan.
Intérpretes: Dogu Demirkol, Murat Cemcir, Hazar Ergüçlü, Bennu Yildirimlar.
Estreno: 02/08/2019
Productora: Memento Films Production / Zeynofilm / Detailfilm / Film I Väst / RFF International
Distribuidora: Golem.
Sinopsis
Sinan es un apasionado de la literatura que siempre ha querido ser un director. Cuando vuelve a la ciudad en la que nació, situada en la parte más rural de Turquía, el pone su corazón y su alma en conseguir reunir el dinero suficiente para publicar su obra, pero las deudas de su padre le harán esa tarea casi imposible.
Crítica de Núria Vidal
“Los perales silvestres no son bonitos y dan frutos muy amargos, pero necesitan poca agua. Son solitarios y crecen en terrenos áridos. Cuando aparece uno cerca de un pueblo, los habitantes suelen hacer injertos para convertirlo en un peral de huerto”. Así define el director turco Nuri Bilge Ceylan el árbol que da título a su última película. Un árbol libre que crece solitario en medio del campo, como su personaje, o mejor dicho sus personajes: un hijo y un padre (no un padre y un hijo, porque el padre existe gracias a que el hijo le hace presente).
Todo sucede en un lejano pueblo de Turquía. Un lugar hermoso y lleno de colores dorados, de horizontes y tierra seca que sin embargo sentimos llena de vida.
Todo sucede en un lejano pueblo de Turquía. Un lugar hermoso y lleno de colores dorados, de horizontes y tierra seca que sin embargo sentimos llena de vida. Es la historia de un joven que quiere ser escritor y antes de verse forzado a integrarse en la vida (hacer la mili, ganar unas oposiciones para ser maestro) pasa unos días en su pueblo natal intentando encontrar el dinero para publicar una novela que ha escrito y que se llama, El peral salvaje. Pero Sinan, como su padre Idris, maestro de primaria y jugador empedernido, es un peral salvaje: no encaja. Ni allí ni en la ciudad. Ni con su familia ni con sus amigos. Ni con los imanes ni con los escritores.
El film se desarrolla en un conjunto de conversaciones entre Sinan y distintos interlocutores (una chica de la que estuvo enamorado, su amigo Riza, el alcalde del pueblo, un escritor famoso, dos jóvenes imanes, su madre) y con cada uno de ellos, Sinan se enfrenta y plantea sus diferencias y con cada una de estas largas conversaciones nosotros aprendemos algo de ese extraño país que es Turquía, un país que como los perales salvajes no encaja en ningún sitio: ni es asiático ni es europeo, ni es musulmán ni es laico, ni es oriental ni es occidental. Un árbol que se resiste a ser injertado de otros árboles, que no quiere dar frutos como todos. Como Sinan y su padre, que por su condición de perales salvajes, de ser distintos, están obligados a sentirse cercanos uno del otro. Por eso no es extraño que la última conversación de la película, la que mantienen padre e hijo, sea la más importante de todas.
Y que el final del film cierre el círculo de esa soledad en la que el hijo hereda y comparte la obsesión del padre. Porque como dice el director “Todo lo que el padre esconde aparecerá un día en el hijo. Nos guste o no, nada podemos hacer para impedir que heredemos algunos rasgos de nuestros progenitores, algunas de sus debilidades, sus costumbres y una multitud de otros detalles”.
Ah y también hay hormigas ¡y son importantes!.