EL VICIO DEL PODER: En la sombra
Adam McKay (Succession, La gran apuesta) escribe y dirige esta película basada en la figura de Dick Cheney que protagonizan Christian Bale (Hostiles, La Promesa), Amy Adams (Heridas abiertas, Animales nocturnos), Steve Carrell (La última bandera, La batalla de los sexos), Jesse Plemons (Noche de juegos, Black Mirror), Eddie Marsan (Deadpool 2, 7 días en Entebbe) y Sam Rockwell (Tres anuncios a las afueras, Siete psicópatas).
Título: El Vicio del Poder.
Título original: Vice.
Director: Adam McKay.
Guión: Adam McKay.
Intérpretes: Christian Bale, Steve Carell, Amy Adams, Sam Rockwell.
Estreno en España: 11/01/2019
Productora: Gary Sanchez Productions / Plan B Entertainment / Annapurna Pictures.
Distribuidora: eOne Films Spain.
Sinopsis
La historia real jamás revelada sobre cómo Dick Cheney (Christian Bale), un callado e inquisitivo burócrata de Washington, que ejerció silenciosamente un inmenso poder y acabó convirtiéndose en vicepresidente de los Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush, con consecuencias para su país y el resto del mundo que aún se dejan sentir hoy en día.
Crítica
“El vicio del poder” (Vice) es la historia supuestamente real jamás contada de Dick Cheney el hombre que, manejando los hilos entre bambalinas en la Casa Blanca, de simple y aburrido funcionario acabó convirtiéndose en el hombre más poderosos del mundo como Vicepresidente de Estados Unidos durante el mandato de George W. Bush (2001-2009), con consecuencias en su país y en el resto del mundo (la guerra de Irak), que todavía sentimos hoy.
El tándem director-actor nos sirve en “El vicio del poder” una ficción sobre el cambio operado en la geopolítica mundial durante los dos mandatos de Cheney, aparentemente una sombra anodina tras la figura presidencial.
Protagonizan la película Christian Bale(Globo de Oro al mejor actor 2018, “La promesa”, “La gran apuesta”, “El caballero oscuro: La leyenda renace”), Amy Adams (“La Liga de la Justicia”, “Big Eyes”), Steve Carell (“The Office”, “Beautiful Boy”, “Foxcatcher”) y Sam Rockwell (“Tres anuncios en las afueras”, “Iron Man 2”), bajo la dirección de Adam McCay.
El protagonista de esta historia, Christian Bale (el último Batman), de 44 años, habituado a transformarse físicamente para sus papeles, de nuevo ha dado en el clavo: privado de su barba habitual, con las cejas teñidas de rubio y dieciocho kilos de más (según la revista Variety comió muchos dulces hasta conseguir la envergadura de Cheney), ya había trabajado con el director en “The Big Short”, una película compleja sobre el escándalo financiero de las subprimes.
El tándem director-actor nos sirve en “El vicio del poder” una ficción sobre el cambio operado en la geopolítica mundial durante los dos mandatos de Cheney, aparentemente una sombra anodina tras la figura presidencial, en un largometraje que guarda apariencia de documental (incluso de documental comprometido, a la manera de Michael Moore) –aunque ni los acontecimientos ni las conversaciones son estrictamente fieles a la realidad-, con fuertes connotaciones satíricas y caricaturescas. Retrato de un manipulador, mentiroso y oportunista, “El vicio del poder” –encuadrable dentro del género “historias del ala oeste de la Casa Blanca”, que se devora con avidez porque siempre se puede llegar a encontrar algo que sorprenda- siendo una película que se sigue con indudable interés.
Se dice que detrás de cada hombre exitoso hay una mujer fuerte y Vice revela que fue Lynne Cheney (Amy Adams) la responsable de la búsqueda de poder de su marido. Inteligente y capaz, "Ella tenía el cerebro y la ambición, pero se dio cuenta de que, siendo mujer, ciertas puertas estaban cerradas para ella. Si bien ella podría no ser capaz de tirar de las palancas de poder, sabía cómo conseguir que alguien las tirara por ella ", explica McKay. Desde el comienzo de su vida de casados en Wyoming, Lynne le dejó en claro a Dick que era "su camino o la autopista" en lo que respecta a su vida en común. Al llegar a Washington DC, la otra fuerte influencia de Cheney fue su mentor, Donald Rumsfeld (Steve Carell), quien le mostró cómo funcionaban las cosas y le enseñó que los principios no son importantes en política, que lo único de valor es el poder. Hay una escena muy negra y divertida en la que el ingénuo Cheney le pregunta a Rumsfeld en qué cree, solo para ser respondido por una risa histérica.
Casi irreconocible y con el desempeño más increíble de su carrera, Christian Bale retrata al secreto Cheney con toda la astucia del hombre real. El actor te atrae gradualmente hasta que casi te sientes cómplice de las tortuosas relaciones de su personaje. Un sobresaliente, también, para el equipo en el Departamento de Maquillaje. Están obligados a recibir nominaciones al Oscar, y no nos extrañaría que se acabaran llevando el gato al agua.