La Escala: Viaje accidentado al final de las guerras
“La escala” (Voir du país), adaptación de una novela escrita por Delphine Coulin, quien se ha encargado del guión y la realización junto con su hermana Muriel (“17 Filles” fue la anterior colaboración de las hermanas bretonas en 2011)”, consiguió el Premio al Mejor Guión en la sección Un certain regard del Fesival de Cannes 2016.
Título: La Escala.
Título original: Voir du Pays.
Director: Delphine Coulin, Muriel Coulin.
Guión: Petr Jarchovský.
Intérpretes: Soko, Ariane Labed, Ginger Romàn, Karim Leklou.
Estreno en España: 08/09/2017
Productora: Archipel 35 / Blonde Audiovisual Productions / Arte France Cinéma
Distribuidora: Pirámide Films.
Sinopsis
Aurora y Marina, amigas desde la infancia y compañeras de sección en el ejército, vuelven de una misión en Afganistán. Como modo de "olvidar la guerra" y regresar al mundo real, las jóvenes y toda su sección pasan tres días en un hotel de cinco estrellas en Chipre. Todos los sucesos vividos en la contienda y los trastornos traumáticos ocasionados en ella se intentan solventar en esas vacaciones, pero no es fácil deshacerse de la violencia de lo que han hecho y visto...
Crítica
“La escala” (Voir du país), adaptación de una novela escrita por Delphine Coulin, quien se ha encargado del guión y la realización junto con su hermana Muriel (“17 Filles” fue la anterior colaboración de las hermanas bretonas en 2011)”, consiguió el Premio al Mejor Guión en la sección Un certain regard del Fesival de Cannes 2016. El programa de “descompresión” al que se refiere la película existe realmente. Desde 2008, los soldados franceses que regresan del frente se alojan durante tres días en un hotel de cinco estrellas, para «olvidar» la guerra a bese de entrevistas con psicólogos, curas de aquagym y relax, excursiones en barco, reuniones… con más o menos éxito, según los casos.
La película muestra muy bien «hasta el absurdo (un decorado de ensueño para conjurar una pesadilla) la obsesión psicotrópica de la época moderna, con sus sanadores del alma y sus células de ayuda psicológica, donde a los militares que vuelven de la guerra se les trata como a las víctimas de accidentes y atentados». (Jérôme Garcin, NouvelObs). Un paréntesis a todas luces ilógico.
“La escala” no saca conclusiones ni vende moralina. El ejército sigue siendo machista, los chipriotas son machistas, y las chicas siguen formando parte de la minoría desigual, aunque en los momentos de acción todos hayan sido iguales. Ergo, la guerra de los sexos se perpetúa también de uniforme. Los escalofríos que los soldados sienten al rememorar escenas vividas y compañeros desaparecidos, la excursión de las jóvenes con unos chicos de la localidad para ver el paisaje y contemplar la frontera entre Grecia y Turquía -inevitable estampa turística para los visitantes de Chipre-, incluso la secuencia de sexo de una de las militares con su guía, forman parte de la “normalidad” con que tienen que enfrentarse a la realidad que les espera “después de la guerra”, que nunca volverá a ser la de antes porque, como dice uno de los jóvenes, “hemos visto la guerra, no somos como todo el mundo”.
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