Drama| 89 min. | Bélgica-España-Luxemburgo| 2018
Título: Escapada.
Título original: Escapada.
Director: Sarah Hirtt.
Guión: Sarah Hirtt.
Actores: François Neycken, Raphaëlle Corbisier, Yohan Manca, María León,
Estreno en España: 31/05/2019
Productora: Artemis Productions / Mallerich Films Paco Poch / RTBF Télévision belge / Samsa Film / Shelter Prod.
Distribuidora: Paco Poch Cinema.
Sinopsis
Gustave, Jules y Lou son tres hermanos que no consiguen ponerse de acuerdo para aceptar el legado de la familia: una casa en ruinas rodeada de viñedos. Gustave, un hombre a punto de declararse en bancarrota, ha fallado intentando salvar el negocio familiar. Jules es un militante anarquista que había cortado todos los lazos con su familia y se había ido a vivir a otro punto en Europa. Lou, por su parte, se encuentra perdida entre sus dos hermanos, sabiendo que sus propias metas se encuentran lejos de allí.
Crítica
En 2013 Sarah Hirtt ganó un Premio en el Festival de Cannes (concretamente el segundo premio de la Cinefondation) por su cortometraje titulado En attendant le Dégel (cuya traducción podría ser algo así como Esperando el deshielo). Allí ya mostraba las bases argumentales (dos hermanos que tienen una fuerte discusión durante un viaje y están forzados a reencontrarse) e ideológicas (la tensión entre las utopías sociales y las responsabilidades familiares) del que ahora se ha convertido en su primer largometraje, Escapada.
Se reflexiona sobre el problema de la vivienda después del estallido de la burbuja inmobiliaria, ya sea en el seno de una familia, con hermanos y hermanas que eligen vidas muy diferentes, o en el seno de una comunidad de resistencia.
En el film, Gustave, Jules y Lou son tres hermanos que no consiguen ponerse de acuerdo para aceptar el legado de la familia: una casa en ruinas rodeada de viñedos. Gustave, un hombre a punto de declararse en bancarrota, ha fallado intentando salvar el negocio familiar. Jules es un militante anarquista que había cortado todos los lazos con su familia y se había ido a vivir a otro punto en Europa. Lou, por su parte, se encuentra perdida entre sus dos hermanos, sabiendo que sus propias metas se encuentran lejos de allí. Gustave ve en el legado paterno una solución a sus problemas financieros, Lou, a sus otros problemas, y Jules, una forma de afirmar sus valores anticapitalistas, manteniendo al mismo tiempo cierta estabilidad y seguridad que no consigue tener en su forma de vivir de okupa en okupa, en la precariedad, todo eso siendo también padre de familia.
El elenco actoral es tan variopinto como la cantidad de idiomas que se entrecruzan en los constantes diálogos que jalonan la trama. Como buena coproducción que se precie (en este caso se cuenta con capital español, de parte de la productora de Paco Poch Mallery Films, la radiotelevisión belga y la luxemburguesa Samsa Film) cada país aporta intérpretes de su nacionalidad. Por parte hispana destaca la presencia de los siempre solventes María León (aquí en un rol protagónico), Iván Altimira, Fermí Reixach, Sergi López y Bruna Cusí (en el caso de estos tres últimos en apariciones bastante más breves). Por parte francófona destaca la presencia de actores y actrices no muy conocidos entre nosotros como Hana Sofia Lopes, Raphaëlle Corbisier o François Neycken.
A lo largo de su cerca de hora y media de duración, se reflexiona sobre el problema de la vivienda después del estallido de la burbuja inmobiliaria, ya sea en el seno de una familia, con hermanos y hermanas que eligen vidas muy diferentes, o en el seno de una comunidad de resistencia, que defienden valores de desobediencia y solidaridad, partiendo de un puñado de historias mezcladas donde también tiene mucho que ver el movimiento okupa, al que para nada es ajena la directora.
La propuesta deviene muy interesante en cuanto reflexión sobre los conflictos internos y los deseos de personas cuyas formas de pensar son a priori antagónicas. Los momentos en los que se producen en la casa donde estalla el conflicto las diversas asambleas es en ese aspecto esclarecedor. Quizás el único hándicap en ese sentido sea el posicionamiento claro de los hacedores del film, que sin duda se hubiera enriquecido de un poco más de ambigüedad en las resoluciones. Pero es pecata minuta si lo comparamos con la verdad que desprenden sus imágenes bañadas en un enfoque estético muy naturalista.
Con todo y con ello, la valentía de ofrecer un cine social sin ambagajes merece el mayor de los aplausos, aunque como siempre suele ocurrir en estos casos, la visibilidad por parte del mundo del cine de propuestas tan estimulantes como ésta será mínima, engullida por el ruido vacío de blockbusters de pasar el rato.