Final Portrait. El arte de la amistad: El artista cascarrabias y su modelo
París, 1964. El crítico de arte estadounidense James Lord acepta posar para su amigo, el reconocido pintor y escultor Alberto Giacometti. En contra de lo previsto –Giacometti asegura que será un día, o dos máximo- las sesiones se prolongan durante semanas y semanas, y Lord tiene que cambiar su billete de vuelta a Nueva York en varias ocasiones.
Drama | 90 min. | GB 2017
Título: Final Portrait. El arte de la amistad.
Título original: Final Portrait.
Director: Stanley Tucci.
Guión: Stanley Tucci.
Intérpretes: Geoffrey Rush, Armie Hammer, Clémence Poésy, Tony Shalhoub.
Estreno en España: 29/12/2017
Productora: Olive Productions / Potboiler Productions / Riverstone Pictures
Distribuidora: Vértigo Films.
Sinopsis
La historia del pintor suizo y escultor Alberto Giacometti. El film se centra en el año 1964, cuando Giacometti invitó al crítico de arte y escritor norteamericano James Lord a que posara para él en lo que acabó siendo uno de sus más célebres retratos. Lo que en un principio iba a ser un trabajo de unos pocos días se demoró en varias sesiones, a lo largo de semanas, a causa de la falta de disciplina e incapacidad de concentración del artista. Lord tuvo que postponer su vuelo de vuelta a Norteamérica varias veces.
Crítica
Basada en las memorias de aquellas tres semanas en París de James Lord, descritas en el libro “A Giacometti Portrait”, y con un toque teatral de función de cámara, “Final Portrait” (El arte de la amistad) es un pedazo de biografía, miniaturista y exquisita, que habla de arte, de París y de lo que ocurría en la década de 1960 en Montparnasse, donde los mejores artistas plásticos del siglo XX instalaron sus talleres en plantas bajas especie de almacenes, convertidas también en viviendas y abiertas a los amantes del arte, y a los y las amantes en sentido estricto.
Al igual que las sesiones de posado para el retrato, “la película sigue y sigue y sigue” dirigida por el estadounidense Stanley Tucci (un conocido actor de cine y televisión, ganador de varios Emy y Globos de Oro, trabajo que alterna con la dirección –“Big Night”, “Blind Date), y apuntalada por la extravagante interpretación de Geoffrey Rush (“El discurso del rey”, “La mejor oferta”) en el personaje de Giacometti, y la sostenida faena de un Armie Hammer (“El llanero solitario”, “El nacimiento de una nación”), armado de una paciencia casi zen, en el papel de James Lord.
Un papel importante tiene el estudio del artista, un caos de esbozos, lienzos, esculturas casi esqueléticas sin terminar, y churretes de pintura, donde también se esconden los fajos de billetes que le envían de la galería por la venta de sus obras, porque el artista no confía en los bancos; el estudio es el lugar donde sucede todo y también el que el pintor abandona precipitadamente cada vez que duda de sus creaciones. Entonces, el escenario se traslada al cementerio de Montparnasse, donde el maestro, un cascarrabias de 63 años, y su amigo -más joven y gay, que contempla divertido los melodramas del artista con su mujer y su amante prostituta y modelo- dan largas caminatas hablando de arte y de pintores, como Cezanne oPicasso, al que Giacometti despreciaba acusándole de “robar el trabajo de otros”.
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