El hombre que vendió su piel
Título original
- L'Homme qui a vendu sa peau
- Año
- 2020
- Duración
- 104 min.
- País
- Túnez
- Dirección
- Guion
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Kaouther Ben Hania
- Música
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Amin Bouhafa
- Fotografía
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Christopher Aoun
- Reparto
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Koen De Bouw, Monica Bellucci, Husam Chadat, Rupert Wynne-James, Adrienne Mei Irving, Najoua Zouheir, Yahya Mahayni, Saad Lostan, Nadim Cheikhrouha, Dea Liane, Wim Delvoye, Montassar Alaya, Marc de Panda, Jan Dahdoh
- Productora
- Coproducción Túnez-Francia-Bélgica-Alemania-Suecia;
Cinétéléfilms, Tanit Films, Kwassa Films, Laika Film & Television, Twenty Twenty Vision Filmproduktion, ZDF/Arte
- Género
- Drama
- Sinopsis
- Sam Ali, un joven sensible e impulsivo de Siria, abandona su país poniendo rumbo hacia el Líbano huyendo de la guerra. Para poder viajar por Europa y vivir así con el amor de su vida, acepta tatuarse la espalda a manos de uno de los artistas contemporáneos más importantes que existen. Tras convertir su cuerpo en una prestigiosa obra de arte, Sam comprende poco a poco que su decisión implica todo lo contrario a lo que él deseaba en un principio: la libertad.
- CRÍTICA DE MAXIMILIANO CURCIO
Nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera, el film tunecino abre la polémica: el cuerpo se convierte en una obra de arte para indagar acerca de la propia identidad. El factor humano considerado un elemento de mercancía, y previamente teorizado por artistas como Santiago Sierra (Madrid, 1966), Oscar Bony (Buenos Aires, 1941) y Tanja Ostojić (Serbia, 1972).
Comienza con un juego de espejos, que más tarde se repite en dos o tres momentos, representativo de la dualidad de un personaje que buscando la libertad se encuentra preso de su propio cuerpo.
Se sigue bien aunque, repito, en mi caso, sin sacarle el jugo hasta la mitad de la cinta, pero tiene varias escenas excelentes como, lógicamente, la de la subasta de la "obra", y la escena del comienzo y final y cómo no la conversación del protagonista con su madre, viendo él a través del ordenador, algo que no se le había contado.
Es cierto que creo no ahonda lo suficiente en aspectos como el político/social de los refugiados sirios, pero a Ben Hania le interesan tanto aspectos interrelacionados con el tema como otros de amplio espectro universal.
De modo poderoso, la realizadora Kaouther Ben Hania plantea el tema de los refugiados como telón de fondo a un mundillo del arte sofisticado, esteticista y conceptual. La paradoja acerca de la explotación (de indocumentados y desempleados) como puerta de salida para ‘ciudadanos de segunda’ en busca de una oportunidad funciona como el disparador argumental perfecto. Un inmigrante se abre paso más allá de las fronteras y en su decisión gravita el conflicto existencial: implica la coyuntura la carencia de libertad que, en un principio, el joven sirio anhelaba.
Critica El Hombre que Vendió su Piel el tráfico de personas alrededor del mundo, la miseria y la desidia describen a nuestra condición. Un mundo que levanta muros y vigila la circulación de los ciudadanos. La metáfora funciona como sátira si pensamos las circunstancias relatadas como la instrumentalización que transmuta una capacidad en un precio. Un asunto de valores e inconfundible indicador de globalización.
Una banda sonora excelsa (Vivaldi y Pucini, destacan entre otros) y rubros técnicos impecables redondean los valores de una propuesta provocativa y mordaz. Cinefreaks