CRÍTICA DE SERIE DE MOVISTAR +

La Fortuna: Amenábar se estrena en las series con una polifacética aventura

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La Fortuna (Miniserie de TV)

Movistar + (series) 30/09/2021  

Título original

La Fortuna
Año
Duración
50 min.
País
 España
Dirección

Alejandro Amenábar

Guion

Alejandro Amenábar, Alejandro Hernández. Cómic: Paco Roca, Guillermo Corral

Música

Roque Baños

Fotografía

Alex Catalán

Reparto

Álvaro MelAna PolvorosaStanley TucciClarke PetersT'Nia MillerKarra ElejaldeManolo SoloBlanca PortilloPedro CasablancAlfonso LaraMari Carmen SánchezJuan Carlos VellidoDuncan Pow, ver 13 más

Productora

Mod Producciones, Movistar+, AMC Studios. Distribuidora: Movistar+

Género
Serie de TVAventurasThriller | HistóricoMiniserie de TV
Sinopsis
Miniserie de 6 episodios. Álex Ventura, un joven e inexperto diplomático, se ve convertido sin proponérselo en el líder de una misión que pondrá a prueba todas sus convicciones: recuperar el tesoro submarino robado por Frank Wild, un aventurero que recorre el mundo saqueando el patrimonio común de las profundidades del mar. Conformando un singular equipo con Lucía, una funcionaria de armas tomar, y Jonas Pierce, un brillante abogado norteamericano apasionado por las viejas historias de piratas, Álex emprenderá la aventura de su vida, descubriendo la importancia del amor, la amistad y el compromiso con aquello en lo que uno cree.
 
CRÍTICA

Puede que “La Fortuna” no vaya a cambiar la vida a nadie como pudo hacer “Tesis” (1996) o “Mar Adentro” (2004), ambas del director y guionista chileno-español, pero nos propone una historia amena, rápida, pero también compleja e interesante que nos recuerda que no hace falta caer en lo irreal y lo inverosímil para contar una buena aventura. Es una serie muy disfrutable para quien busca contenido entretenido y sin demasiadas aspiraciones.

Poca será la gente que lea la sinopsis y no le suscite algún interés porque, la serie toca, sin profundizar del todo, en diversos géneros cinematográficos. A lo largo de sus seis episodios tendremos aventuras de cazatesoros, drama histórico, drama judicial, tramas políticas, algo de suspense y comedia romántica.En este sentido, personalmente, me parece que la serie no siempre triunfa combinando tonos tan dispares. Alguna secuencia te hacesentir en “House ofCards” mientras que saltas a la siguiente y parece que has cambiado de canal y estás viendo “Los Serrano”. Estos cambios de registro están más o menos compensados y a veces parecen hasta cuajar, pero no siempre se consigue. Puede suceder (y me ha sucedido) que se convierta en una de esas obras de las que solo disfrutas con interés de algunas partes.

A partir del cuarto capítulo, la historia se dispara definitivamente con ciertos giros impredecibles y comienza a tomar profundidad. Las idas y venidas de los personajes entre España y EE. UU. Nos llevarán a través de un conflicto entre un estado y una empresa privada, soporte narrativo perfecto para plasmar las diferencias entre la sociedad española y americana, las inquietudes autorales sobre la legitimidad patrimonial, la libertad de los individuos y el propio sistema político-económico que nos envuelve a todos. Con todo, la carga ideológica de la serie es tenue y superficial, no llega a ser molesta, pero tampoco a suscitar simpatía real.

Lo que sí se trasmite, con la profundidad que Amenábar domina ,es la sensación de vértigo que nos daría estar en un proceso como el que narra. El protagonista, a mi juicio, bien defendido por Álvaro Mel, nos hace meternos en la piel de un joven que se ve embarcado en una aventura diplomática y judicial que supera sus capacidades y que como haríamos nosotros, improvisa y hace acopio de sus valores para tomar las decisiones correctas.

La verdadera fortuna para el espectador será, sin embargo, el resto del reparto principal, entre los que yo destacaría a Stanley Tucci que clava el papel de empresario cazatesoros con aires de filántropo millonario capaz de lo mejor y de lo peor y a Clarke Peters en su papel de veterano abogado prestigioso e idealista, cuya presencia en pantalla supone uno de los mayores incentivos de la serie. En cuanto al reparto nacional, aparte de Álvaro Mel, encontramos como coprotagonista a Ana Polvorosa, cuyo personaje, a mi juicio, es el peor construido y más irritante, pero si es capaz de despertar irritación en algunos, despertará admiración en otros, y supongo, que actuar va de despertar sensaciones en el espectador algo que Polvorosa, sin duda, consigue. Los papeles casi secundarios de Karra Elejalde, Pedro Casablanc o Alfonso Lara también son muy acertados y dan la sensación de que tenemos actores en este país a los que solo hace falta poner una cámara delante y decirles dos o tres rasgos de sus personajes para que hagan caracterizaciones memorables.

Para finalizar reseñaría que, lo peor, sin duda, ha sido el desarrollo de la relación entre los dos jóvenes protagonistas. A menudo a través de secuencias de discusiones moralistas algo superficiales e infantiles que no me produce más que ganas de que se pasen lo antes posible para volver a la parte interesante de la aventura. Por otro lado, lo mejor de la serie para mí ha sido el discurso de Clarke Peters en el juzgado en el cuarto episodio. Imposible no emocionarse si nos ha interesado la trama. También la secuencia ambientada en el siglo XIX me parece tan emocionante y bien reconstruida que habría visto un episodio entero con gusto, solo centrado en esa subtrama.

Habla por sí solo el hecho de que una miniserie de sólo seis episodios consiga ser tan polifacética, aunque no todas sus caras sean igual de interesantes. Además, es de agradecer que no se haga alarde de ello, que la serie se presente a sí misma como lo que es: Una aventura distendida y hecha para entretenernos dándonos algunas micro dosis de moralina aquí y allá, pero sin meterse en terrenos fangosos. Encima, por si fuera poco, la primera serie que firma Amenábar, como para no verla.