La hija oscura
Próximos estrenos España 18 de febrero
Título original
- The Lost Daughter
- Año
- 2021
- Duración
- 121 min.
- País
- Estados Unidos
- Dirección
- Guion
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Maggie Gyllenhaal. Novela: Elena Ferrante
- Música
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Dickon Hinchliffe
- Fotografía
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Hélène Louvart
- Reparto
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Olivia Colman, Jessie Buckley, Ed Harris, Dakota Johnson, Peter Sarsgaard, Paul Mescal, Oliver Jackson-Cohen, Dagmara Dominczyk, Alba Rohrwacher
- Productora
- Coproducción Estados Unidos-Reino Unido-Israel;
Endeavor Content, Faliro House, Pie Films, Samuel Marshall Productions
- Género
- Drama. Intriga | Thriller psicológico. Maternidad
- Sinopsis
- Sola en unas vacaciones junto al mar, Leda (Olivia Colman) se ve consumida por una joven madre y su hija mientras las observa en la playa. Intrigada por su atractiva relación (y por su estridente y amenazante familia), Leda se siente abrumada por sus propios recuerdos del terror, la confusión y la intensidad de la maternidad temprana. Un acto impulsivo lleva a Leda al extraño y ominoso mundo de su propia mente, donde se ve obligada a enfrentarse a las decisiones poco convencionales que tomó como madre joven y a sus consecuencias.
- CRÍTICA
Dentro de los múltiples temas que la ola feminista de los últimos años ha puesto sobre la mesa públicamente, tras años de silencio y privacidad por la incomprensión social que puede despertar, es el de las madres arrepentidas. Este concepto hace referencia a esas mujeres que no se sienten plenamente satisfechas de su maternidad y no piensan que sus hijos sean lo mejor que hayan vivido, subvirtiendo la convención establecida.
Hay distintas variables que pueden justificar este sentimiento, pero es evidente que existe una cierta decepción ante la idealización del hecho de ser madre en la sociedad actual –ahora que ya no se tienen hijos de forma pragmática para que funcionen como mano de obra y todo pasa por el filtro de la realización personal-, en la que las expectativas no son cumplidas o, simplemente, la admisión de que hay caracteres que no casan con la maternidad. La novelista best-seller italiana Elena Ferrante se adelantó al debate reciente cuando publicó La hija oscura en 2006, y Maggie Gyllenhaal ha atinado escogiendo este material para su ópera prima como cineasta.
Tanto la novela como el film ponen el foco de la cuestión en una mujer madura de vacaciones en Grecia, cuya interacción con una madre primeriza rememorará el pasado de su maternidad. Pese a que con esta premisa y el desarrollo de su trama La hija oscura podría caer en el efectismo del culebrón de sobremesa, Gyllenhaal utiliza el peaje de estos hechos para ir por la senda del drama psicológico, en una película capaz de sortear los lugares comunes mediante la construcción de una atmosfera perturbadora en un escenario bucólico y apacible.
Un estudio de un personaje independiente, egoísta y ligeramente manipulador que, sin embargo, desde el guion logra la proeza de equilibrarlo para el espectador entre el desapego y la empatía, situándolo en un mar de grises en el que, al fin y al cabo, deberían situarse los personajes verdaderamente con vocación realista. Por tanto, no hay maniqueísmos ni juicios que empañen la complejidad de la temática, sin estigmatizar un colectivo que solamente pone de manifiesto sus sensaciones verdaderas sobre la maternidad.
Jugando con los paralelismos temporales y los espejismos sutilmente, el film busca abrir debates más que ofrecer respuestas, así que tampoco esperen dictámenes conclusivos. Porque en esta historia no hay buenos ni malos, hay humanos que aciertan y se equivocan en sus decisiones. Gyllenhaal efectúa un debut muy sólido y con mano firme, no fiando todo al sostén del texto de Ferrante –que ella misma se ha encargado de reescribir para la pantalla-, aportando algunas ideas en la puesta en escena que avivan la ambivalencia tonal y el ambiente oscilante entre la calma y la malsana quiebra.
Empero, en algunos pasajes la cineasta se excede de parsimoniosa y lastra sensiblemente el ritmo de una obra que consigue ser imprevisible manque recoja elementos dramáticos recurrentes. A su vez, tiene la habilidad de dejar espacio a su cumplidor casting para aproximarse a sus personajes libremente, donde brillan Olivia Colman y Jessie Buckley, las cuales se complementan a la perfección en la ardua labor de hacer comprensible esta Leda Caruso suscitadora de amor y odio.
Alguien como Gyllenhaal objetivamente tiene los medios y contactos de forma fácil para poder armar un proyecto como este, pero ella ha superado con creces, además, la difícil prueba de materializar algo que puede parecer un capricho egocéntrico en un film elocuente, multicapa y cuidado que interpela a todo tipo de posiciones. Y eso no depende del apellido ni del linaje, exclusivamente.