El otro lado de la esperanza: Despedida y cierre de Kaurismaki
Lo que más me gusta del cine que el finlandés Aki Kaurismaki ha hecho sobre los refugiados es que sus protagonistas son la gente buena, que existe, que haberla hayla aunque solo muy raramente aparece en las historias filmadas.
Comedia | 98 min. | Finlandia 2017
Título: El otro lado de la esperanza.
Título original: Toivon tuolla puolen.
Director: Aki Kaurismäki.
Guión: Aki Kaurismäki.
Intérpretes: Kati Outinen, Tommi Korpela, Sakari Kuosmanen, Janne Hyytiäinen.
Estreno en España: 07/04/2017
Productora: Sputnik.
Distribuidora: Gólem Distribución.
Sinopsis
Escondido a bordo de un carguero de carbón, huyendo de los horrores de la guerra, un joven refugiado sirio llega a Helsinki. Durante el largo camino hacia Europa, ha perdido a su hermana, que era su única familia. Sin papeles y rápidamente señalado como una amenaza, su apariencia sucia y descuidada no le favorece a la hora de encontrar un lugar donde dormir. Perdido en ese país desconocido, la vida del joven se cruza con la del propietario de un restaurante, que acaba de separarse de su mujer, y que podría ayudarle a mejorar su situación.
Crítica
Existen todos esos voluntarios que salen al Mediterráneo en barcos, desde Italia y Grecia, para recoger a quienes se juegan la vida, y a veces la pierden, cruzándolo en malísimas condiciones; existe el médico de Lampedusa, que lleva 26 años ocupándose de los migrantes que llegan a su isla; existen los habitantes de esos pueblos del sur del sur, incluidos los de las costas andaluzas y canarias, que proporcionan alimento y abrigo a los desesperados que arriban a sus playas y existen los vecinos de El Havre, la localidad francesa donde migrantes y refugiados llegaron a establecer un auténtico pueblo de carpas, tiendas y barracas de latón, que los políticos y la prensa llamaban “la Jungla”, donde esperaban meses, e incluso años, la oportunidad de colarse en un camión que les llevara al otro lado del canal de la Mancha.
Unos vecinos que lo primero que hacían era poner su teléfono móvil en manos del recién llegado para que pudiera avisar a la familia, normalmente en la otra esquina del globo. En “El Havre”, Kaurismaki nos contaba de un joven migrante del África negra acogido en esa ciudad por un escritor fracasado.
En su última película, “El otro lado de la esperanza”, también se trata de dos destinos que se cruzan: el de Wikhström, propietario, recién divorciado, de una restaurante popular, y el de Khaled, joven migrante sirio apenas desembarcado de un carguero, donde ha viajado escondido en una montaña de carbón, en el Helsinki nocturno del que Kaurismaki dice que hay que estar realmente en las últimas para elegirlo como destino. La policía finlandesa rechaza la demanda de asilo de Khaled quien, sin embargo, decide quedarse en el país de “ilegal”. Una noche, Wikhström le encuentra en el patio de su restaurante y decide protegerle.
Hace años Kaurismaki anunció que pensaba hacer una trilogía sobre el tema migratorio; pero hace muy pocos meses, al presentar “El otro lado de la esperanza” en la Berlinale –donde consiguió el Oso de Plata al mejor realizador- comunicó que no solo la trilogía quedaba sin conclusión sino que además ponía punto final a su carrera de realizador para, a partir de ahora (tiene 59 años) dedicarse “a vivir” su vida. Lo que, sin duda, será excelente para él pero una gran pérdida para el cine.
“El otro lado de la esperanza” es una fábula con discurso humanista que predica la solidaridad, sin pontificar ni pretender dar lecciones. Una llamada al sentido común a partir de las cosas fundamentales, con personajes emblemáticos inmersos en un problema contemporáneo –el de los refugiados y migrantes económicos- que, en ocasiones, lleva a situaciones desesperantes.
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