Comedia/Terror| 103 min. | USA | 2019
Título: Los Muertos No Mueren.
Título original: The Dead Don't Die.
Dirección: Jim Jarmusch.
Guión: Jim Jarmusch
Actores: Bill Murray, Adam Driver, Tilda Swinton, Steve Buscemi.
Estreno: 28/06/2019
Productora: Animal Kingdom.
Distribuidora: Universal Pictures Spain.
Sinopsis
En la pacífica localidad de Centerville pasa algo raro. Los animales se empiezan a comportan de forma extraña, las horas de luz solar cambian de forma impredecible y la luna vigila permanentemente desde el horizonte. Los científicos están preocupados y los informativos dan noticias desconcertantes. Y es que, una extraña invasión está a punto de suceder en la que los muertos ya no está muertos y se levantarán de sus tumbas. Los habitantes de Centerville, liderados por Ronald Peterson (Adam Driver) y Cliff Robertson (Bill Murray), deberán detener esta amenaza y luchar para sobrevivir.
Crítica de Jorge García-Casarrubiós
Nos adentramos en la América profunda. Una aldea rural estadounidense de esas que caen en despoblación, donde la camarera del único restaurante te rellena el café mientras te llama por tu nombre de pila y hace una broma sarcástica sin sonreír ni un ápice… Donde uno de sus habitantes puede llevar una gorra que diga “Make America White Again” y sentarse al lado de su vecino de raza negra. De esos lugares que tienen de fondo una banda sonora de rock con tintes country y que ha sido el escenario de tantas películas de terror…
Puede que parezca que tarda en arrancar o que es muy lenta, pero Los muertos no mueren se sirven de las pausas, el silencio, y el tiempo, para desesperar, desquiciar y generar su humor.
Puede que parezca que tarda en arrancar o que es muy lenta, pero Los muertos no mueren se sirven de las pausas, el silencio, y el tiempo, para desesperar, desquiciar y generar su humor. Quizás se apoya tanto en ello, que si no entras en esa dinámica es muy fácil salirse de la película. Pero todo esto no es sino el sello personal de su autor Jim Jarmusch. Así los “undead” son solo el contexto para establecer referencias al género y desarrollar las situaciones más absurdas dentro de este pueblo llamado Centerville.
El guion desconcierta bastante. Se presentan muchos personajes que no terminan de desarrollarse, o incluso nunca empiezan a hacerlo. Como si solo se sirviera de ellos para establecer una crítica demasiado obvia, fugaz o superficial. La obsesiva conexión tecnológica, el urbanismo hípster, la América rural… También cuenta con momentos de autoreferencia dentro de la película que, a pesar de levantar risas en la sala, son totalmente innecesarios y básicos.
Lo mejor de toda la película son los personajes tan variopintos interpretados por Bill Murray, Adam Driver y Tilda Swinton. Los tres están a la altura del planteamiento de Jarmusch. Es imprescindible verla en versión original para entender la caracterización del personaje de Tilda Swinton, dueña de la funeraria de Centerville con un marcado acento entre irlandés y escocés. El reparto cuenta con el reclamo de personalidades como Iggy Pop, Tom Waits o Selena Gómez, pero su participación en la trama es más bien anecdótica.
Los muertos no mueren no es un film que vaya a satisfacer a muchos. Precisamente eso hará que gane muchos puntos para un público que huye de convencionalismos. A veces da la sensación de ser una broma muy personal, de la cual si no conoces a su autor es difícil participar. Así, Jim Jarmusch consigue que Los muertos no mueren no sea “otra película más de zombies”.
