Mank
Cartelera España 20 de noviembre
Título original
- Mank
- Año
- 2020
- Duración
- 132 min.
- País
- Estados Unidos
- Dirección
- Guion
-
Jack Fincher
- Música
-
Trent Reznor, Atticus Ross
- Fotografía
-
Erik Messerschmidt (B&W)
- Reparto
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Gary Oldman, Amanda Seyfried, Arliss Howard, Charles Dance, Tom Burke, Lily Collins, Tuppence Middleton, Tom Pelphrey, Ferdinand Kingsley, Jamie McShane, Joseph Cross, Sam Troughton, Toby Leonard Moore, Leven Rambin, Madison West, Adam Shapiro, Monika Gossmann, Paul Fox, Jessie Cohen, Amie Farrell, Alex Leontev, Stewart Skelton, Craig Robert Young, Derek Petropolis, Jaclyn Bethany, Arlo Mertz
- Productora
-
Netflix. Distribuida por Netflix
- Género
- Drama | Biográfico. Cine dentro del cine
- Web oficial
- https://www.netflix.com/title/81117189
- Sinopsis
- Biopic sobre Herman Mankiewicz, guionista de 'Ciudadano Kane', que repasa el proceso de rodaje de la obra maestra de Orson Welles, dirigida y estrenada en 1941. La película toma como base un guión escrito por Jack Fincher, padre de David Fincher, antes de morir en 2003.
- Distribuidora: Netflix
- CRÍTICA
David Fincher parece sentirse cómodo bajo el auspicio de Netflix, para la que ya produjo dos temporadas de la serie Mindhunter (que comentamos aquí). Ahora estrena por unos días en salas el nuevo lanzamiento de la plataforma como una más de las producciones de prestigio con la que espera sin duda ganarse una butaca en los próximos Oscar: Mank, nos transporta al Hollywood de los últimos años 30 a través de los recuerdos de Herman J. Mankiewicz (Gary Oldman) quien, recuperándose de una rotura —y casi recluido a la fuerza por Orson Welles y John Houseman— intenta alumbrar el guion de Ciudadano Kane.
La película, presentada en un proverbial blanco y negro, persigue una recreación estilizada de aquella época dorada del cine, resultando un biopic que mimetiza el lenguaje clásico y reincide en la narración retrospectiva mediante saltos de montaje que caracterizó al debut innovador de Orson Welles tras las cámaras (ya reinventada por el propio Fincher en base al guion de Aaron Sorkin para La red social, de 2010).
En ella, Fincher realiza un retrato entre irónico y crepuscular de la industria y sus personalidades, como fueron el gerente de la MGM Louis B. Mayer —la presentación de su personaje es impagable—., los productores David O. Selznick e Irving Thalberg o el guionista George S. Kaufman, así como del poderoso magnate y figura inspiradora del caleidoscópico retrato de Charles Foster Kane en la ficción, William Randolph Hearst (Charles Dance) y su amante, la actriz Marion Davies (Amanda Seyfried).
Los días de reposo y abstinencia obligada de Mankiewicz, en los que se suceden las visitas y llamadas telefónicas, se intercalan con distintos momentos en el pasado —identificados con rótulos que se asemejan a acotaciones de un guión cinematográfico—, a lo largo de los cuales, el talante espontáneo, cínico y deslenguado de Mankiewicz se irá descomponiendo, llevándolo a alejarse poco a poco de esos gerentes y magnates.
Fincher compone con Mank una cinta preciosista —aunque con cierto abuso del contraluz y la neblina—, de ritmo sinuoso —el propio Mankiewicz explicará que la dramaturgia no consiste en ir en línea recta, sino en avanzar en círculos—, algo hermética y monocorde, con tendencia a lo anticlimático.
El proceso creativo del escritor pasa a un segundo plano y la historia se centra en los motivos del personaje principal para querer llevar adelante una empresa suicida de la mano del kamikaze Welles: la de plantar cara al magnate Hearst y a todo el círculo de amistades que él mismo frecuentaba, a la sazón las personas más influyentes de la industria.
En ese sentido, la película puede recordar en términos generales a lo ya visto, por ejemplo, con Trumbo (Jay Roach, 2015). En aquel biopic algo funcional, el talante del autor interpretado por Bryan Cranston (Breaking Bad) se oponía a las presiones y amenazas de la caza de brujas macartista.
En el caso de Mank, lo interesante es que en ese Hollywood corrupto, a pesar de su pátina dorada, resuena un presente en el que a menudo vemos cómo se desdibuja la frontera entre ficción, entretenimiento y noticia.
Escribe Manuel M. López Revista Encadenados