Fantástico | 90 min.| Alemania 2015
Título: Mara y el señor del fuego.
Título original: Mara und der Feuerbringer.
Director: Tommy Krappweis.
Guión: Tommy Krappweis, Sebastian B. Voss.
Actores: Lilian Prent, Jan Josef Liefers, Esther Schweins, Christoph Maria Herbst.
Estreno en España: 21/07/2017
Productora: Constantin Film / Rat Pack Filmproduktion / RTL Television
Distribuidora: Paycom Multimedia.
Sinopsis
Mara Lorbeer es una joven de quince años que descubre que tiene poderes sobrenaturales y puede viajar en el tiempo, pero necesita buscar respuestas. ¿Por qué tiene esas extrañas habilidades? Un conocido profesor intenta ayudar a Mara y se sorprenden al descubrir que deben salvar el mundo antes de que el malvado dios nórdico Loki se libere de sus cadenas.
Crítica
El cine de género fantástico europeo dirigido a la platea juvenil e infantil es tan escaso que no podemos más que aplaudir la audacia de cualquier director que intente la descabellada idea de adentrarse en esos inhóspitos terrenos reservados a producciones adultas terroríficas que nutren secciones oficiales de certámenes especializados en la materia. Mara y el señor del fuego es una rara avis que, aunque no puede competir con los presupuestos mastodónticos de los blockbusters norteamericanos, se defiende a capa y espada ofreciendo un espectáculo bastante entretenido donde se unen aventura y mitología nórdico-germánica para todos los públicos.
Por si no tuviera pocos problemas con sus dolorosas alucinaciones espacio-tiempo de invasiones vikingas, Mara sufre acoso en el instituto por su fama de rarita.
La heroína de la historia es Mara, una pizpireta chavala con una madre bastante hippie (entre otras lindezas dirige un taller de hablar con los árboles y practica la sanación con cristales) que descubre que tiene poderes sobrenaturales y puede viajar en el tiempo, concretamente a la época en la que Thor y Loki andan a la greña por esos “pequeños” problemas familiares de los que ya nos dio buena cuenta Kenneth Branagh en su película Thor de 2011. Por si no tuviera pocos problemas con sus dolorosas alucinaciones espacio-tiempo de invasiones vikingas, Mara sufre acoso en el instituto por su fama de rarita, en la figura de una rubia malcarada que le hace la vida imposible. Con a la ayuda de un profesor universitario de historia con una retirada a Indiana Jones, nuestra protagonista se embarcará en una peripecia con el objetivo, como no, de salvar el mundo de un malvado bastante abrasador.
El desarrollo argumental, dentro de su inocencia de guante blanco, toca de refilón temas como la brecha generacional (para los adultos todo se trata de una invención de Mara debido a los impulsos propios de la pubertad) o el bullyng (las constantes vejaciones que recibe por parte de los abusones de la escuela), aunque el centro de la acción se basa en el contraste existente entre personajes verborreicos (los habitantes actuales de Munich) y otros que no sueltan palabra (los caracteres mitológicos). También aparece por allí un inmenso dragón que volvería loco al mismísimo Ray Harryhausen, y cuya presencia en ambos mundos (el de ahora y el de antes) regala los momentos más espectaculares de la socorrida trama.
La película está escrita y dirigida por Tommy Krappweis, autor además del primer libro de la trilogía en la que se basa el film. Se trata de su debut en la gran pantalla, aunque cuenta con una dilatada carrera dirigiendo series y películas para la televisión alemana. Esa experiencia catódica se acusa en algunas escenas, sobre todo en aquellas que tienen lugar en interiores como la cueva donde se hallan Loki, su esposa y el Señor del fuego. Dichas secuencias recuerdan mucho a series míticas británicas emitidas en TVE a principios de los ochenta también dirigidas al público juvenil, como fueron Dentro del laberinto (Into the Labyrinth) o Los chicos de Stonehenge (Children of Stone), auténticas reliquias televisivas completamente olvidadas en el túnel de los tiempos.
Tratar de encajar tantos argumentos de la novela como sea posible en una película es una labor ardua e incluso tiene un punto de encomiable, aunque en demérito de su resultado final, haya que resaltar que el tramo explicatorio queda un pelín hinchado. En la escasa hora y veintipico minutos de metraje no hay suficiente tiempo para enfatizar adecuadamente los latidos emocionales de la historia, en particular los temores de Mara de ser corrompida por sus nuevos poderes. A la audiencia se le cuenta un montón de cosas que no están plasmadas en imágenes, aunque desconocemos si la idea es seguir adaptando los otros dos tomos de la trilogía restantes una vez se hayan publicado.
Como una de las cientos de películas que tratan de reavivar la apagada chispa de la venerada saga de Harry Potter, Mara y el Señor del Fuego se revela como un ejercicio ejemplar de cine de consumo con un acabado más que respetable y que cumple con creces sus exiguas pretensiones, que no son otras que divertir y hacer pasar al público un rato agradable. Si eres un/a pre-adolescente, probablemente te encantará. Si eres un poco más mayor, al menos, pensarás que está bien.