Minari. Historia de mi familia
Título original
- Minari
- Año
- 2020
- Duración
- 115 min.
- País
- Estados Unidos
- Dirección
- Guion
-
Lee Isaac Chung
- Música
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Emile Mosseri
- Fotografía
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Lachlan Milne
- Reparto
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Steven Yeun, Han Ye-ri, Youn Yuh-jung, Alan S. Kim, Noel Cho, Will Patton, Scott Haze, Eric Starkey, Esther Moon
- Productora
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Plan B Entertainment (Distribuidora: A24)
- Género
- Drama | Infancia. Años 80. Inmigración. Vida rural (Norteamérica). Cine independiente USA
- Sinopsis
- David, un niño coreano-americano de 7 años, ve cómo a mediados de los años 80 su vida cambia, de la noche a la mañana, cuando su padre decide mudarse junto a toda su familia a una zona rural de Arkansas para abrir allí una granja, con el propósito de lograr alcanzar el sueño americano.
- CRÍTICA DE DANIEL BERNAL
Llega marzo, y con él, un mes cargado de nominaciones en los premios más populares del panorama cinematográfico. Tras el éxito que cosechó Parasite el curso pasado, filme que hizo Historia en los Oscar al proclamarse por primera vez como Mejor película en las noventa y dos ocasiones que se ha celebrado dicho certamen, los americanos han querido repetir la fórmula triunfante, presentando en esta ocasión a una familia asiática empática y enternecedora. A fecha de hoy, la obra del cineasta estadounidense Lee Isaac Chung ya cuenta con un imponente palmarés: Mejor película en el festival más prestigioso de cine independiente, Sundance, Globo de Oro a mejor film de habla no inglesa y un largo etcétera de nominaciones en diversos premios, a destacar los diferentes sindicatos y asociaciones norteamericanas y los BAFTA.
No hay que dejar de lado que Brad Pitt es uno de los productores del título en cuestión, y es que el actor y productor nacido en Shawnee ha visto en Minari una oportunidad de oro para triunfar. No obstante, estamos ante un proyecto que fluye de manera pseudonatural, y si lo extrapolásemos al mundo gastronómico, podríamos decir que se estanca en una forzada pero exitosa receta para contentar a los críticos culinarios.
Chung respira con calma en un camino tan encantador y bondadoso como artificial. La familia protagonista nos introduce en una cautivadora y robusta historia gracias a sus efectivos chascarrillos y mediante la fluyente dulzura que proyectan, siendo la sensibilidad con la que se nos narra esta película el mejor aliado de su conjunto. Esa ternura y delicadeza presentes en la cinta se ven proyectadas con gran entusiasmo por su ingenuo reparto, destacando a una abuela y nieto que nos regalan los momentos más sinceros, y es que Alan S.Kim y Youn Yuh-jung son las figuras que hacen que la naturaleza de la película no perezca.
Hay dos conceptos que el director antepone a la hora de filmar: meditación y sosiego. Estos dos términos hacen que Minari sea un título contemplativo con el que reflexionar y hacer soñar con una idónea vida americana. La pausa y la precisión dictaminadas consiguen acentuar el factor humano y el lado nostálgico de la obra, pero también logra con esto un paulatino in crescendo desinterés hacia lo que se está contando. Aunque uno de los mayores aciertos de este filme es que no recurre al dramatismo barato y superficial con el que el cine mainstream de Hollywood nos tiene acostumbrados. El film que nos ocupa no tiene como única finalidad que el espectador sienta un afecto y llanto impostado. Y esto es de agradecer.
En conclusión, para el que escribe estas líneas, Minari es una honesta y sincera historia familiar que no consigue alejarse del apego americano (en todas sus vertientes) y no logra conectar de lleno con ese cine profundo y rebosante de alma que caracteriza al asiático. Una sensible (que no sensiblera) y cristalina cinta que rebusca la fórmula del éxito para estar presente en la temporada de premios, y que, gracias (aparte del gran respaldo con el que cuenta) a un risueño elenco, su templanza narrativa y una absorbente banda sonora, hará posible su cometido.