La noche del fin de los tiempos

Filmin (Próximamente) 24 de diciembre

Título original

The Spine of Night

Año

2021

Duración

93 min.

País

 Estados Unidos

Dirección

Philip Gelatt, Morgan Galen King

Guion

Philip Gelatt, Morgan Galen King

Música

Peter Scartabello

Fotografía

Animación

Reparto

Animación, Richard E. Grant, Lucy Lawless, Patton Oswalt, Betty Gabriel, Joe Manganiello

Productora

Gorgonaut, Reno Productions

Género

Animación. Fantástico. Terror | Animación para adultos. Gore

Sinopsis

Fantasía épica y ultraviolenta ambientada en una tierra de fantasía, que sigue los pasos de héroes de diferentes épocas luchando contra una fuerza malévola.

 

CRÍTICA

Dentro de los ejercicios de nostalgia que se están realizando constantemente, tal vez sea la resurrección de la animación mística ultraviolenta de los 70-80 de lo más revolucionario que se haya podido hacer ateniéndonos a las formas de hoy en día, ya que es un anclaje deliberado en el pasado que choca en los ojos entrenados del siglo XXI. La noche del fin de los tiempos rompe con la tónica actual porque presenta un universo, trama, tono y técnica absolutamente añejas que saltan a la vista, despreocupándose de las tendencias actuales para ofrecer a su nicho freak lo que quiere.

Esta rotoscopia ambientada en distintas épocas, pero de eminente contenido medieval, es un homenaje al canon de autores esenciales de la animación adulta como Ralph Bakshi, -especialmente de su  Tygra, hielo y fuego (1983) y su versión de El señor de los anillos (1978)-, o Heavy metal (Gerald Potterton, 1981), orquestado por Morgan Galen King y Philip Gelatt, quien fue guionista de varios episodios de esa revelación dibujada que fue Love, Death & Robots (2019). Y es de agradecer este acto de libertad que han realizado ambos, firmando un canto de amor a una tradición de pasado resplandeciente y gris presente, pero el resultado se queda a medias.

Si bien el trazo simple es coherente con el estilo que pretende emular, peca de feísta y un diseño de personajes algo pobre al que una vuelta de tuerca le habría favorecido. Pero el mayor problema de La noche del fin de los tiempos es que la estética se encuentra por encima de la sustancia, ya que a la historia le falta una profundidad que impide implicar al espectador. Sin negar su patente sentido del espectáculo y de la peripecia al ofrecer un ritmo de acciones incesante, los personajes suscitan poco interés a raíz de su plana construcción, el universo posee un potencial no explotado y la narración es un tanto inconexa y aturullada, entregándose a la acción y al relato, pero sin momentos de intensidad emocional que la hagan trascender del mero entretenimiento.

Entonces, lo que queda es un divertimento para fans del subgénero, indudablemente fallido, pero igualmente bienvenido para llenar esta parcela cinematográfica olvidada y alimentar las ansias de evasión con aroma retro en estos tiempos en los que todos necesitamos acudir a nuestro refugio, tenga o no la estructura de una fortaleza.