Plan de salida
- Selvmordsturisten aka
- Año
- 2019
- Duración
- 90 min.
- País
- Dinamarca
- Dirección
- Guion
-
Rasmus Birch
- Música
-
Mikkel Hess
- Fotografía
-
Niels Thastum
- Reparto
- Productora
-
Coproducción Dinamarca-Noruega-Alemania-Suecia-Francia; Snowglobe Films, MER Film, Garage Film AB, Film I Väst, Charades, DCM Productions, ZDF/Arte
- Género
- Drama. Intriga
- Sinopsis
- Max (Nikolaj Coster-Waldau) vive una crisis existencial y mientras busca como resolver un caso, se registra en el clandestino Hotel Aurora. Una instalación secreta y única que se especializa en elaboradas fantasías de suicidio asistido. La investigación que está llevando a cabo revela una verdad inquietante que obliga a Max a cuestionar la naturaleza misma de la vida y la muerte y lo que es más importante: su propia percepción de la realidad.
- CRÍTICA DE DANIEL BERNAL
Después de estrenar hace seis años su ópera prima, Cuando despierta la bestia, Jonas Alexander Arnby nos trae su segundo trabajo, y de nuevo, con un guion de Rasmus Birch. Tanto al director como al guionista del título que nos ocupa se les nota ambiciosos y con ganas de demostrar que son capaces de realizar cine experimental memorable y hacerse un hueco entre las grandes personalidades del séptimo arte. Pero las prisas nunca son buenas compañeras de viaje y aunque se palpen pinceladas de maestría, todavía les queda mucho que pulir para alcanzar la meta del camino deseado.
En Plan de Salida, el lenguaje visual resulta más significativo que el sonoro, y es que los silencios marcados en el largometraje transmiten un mayor número de sensaciones y mensajes que los propios diálogos. Estos silencios, acompañados del paisaje y la escenografía, serán un elemento clave dentro de la obra. Otro elemento visual reiterativo que se puede percibir es, en este caso, el empleo de gamas y tonalidades anaranjadas que evocarán una sensación de estimulación y desconcierto en el espectador. Hay más mensaje en lo que se ve que en lo que se escucha, más reflexión en las imágenes que en las palabras.
En cuanto al guion, se puede decir que hay un intento de engaño constante a la persona que se encuentre delante de la pantalla, y tanto embrollo y simbolismo, más que provocar incertidumbre, provoca desconexión y un desvanecimiento del efecto sorpresa pretendido. No solo se pierde en la superchería, sino que finalmente se diluye en una distopía curiosa pero inconexa con el ejercicio planteado. No sé quién se ha sentido más perdido, si el respetable que haya visto este filme o el propio director, que no se sabe a dónde quiere llegar pero que finalmente se queda en tierra de nadie.
No obstante, no va a ser todo críticas destructivas hacia el cineasta danés, todo lo contrario, y es que veo en él un talento innato que, aunque todavía no haya erupcionado, si en futuras obras consigue engranar de forma más óptima todas las piezas del puzzle le auguro una promisoria carrera. Se percibe en este trabajo amor, delicadeza y pasión, siendo estos unos de los aspectos clave en el devenir del éxito de un artista. Hay elementos poéticos y semejanzas visuales que ya hemos podido ver otras veces de forma diferente, siendo la referencia una virtud. También podemos apreciar un ligero guiño a la cinta The Square cuando Karen (una de las protagonistas) emula un sonido de una especie de orangután mientras está cenando en un restaurante (aunque aquí sea más breve). No sabremos si se hizo premeditadamente o no, pero Jonas probablemente quiso homenajear a Ruben Östlund.
Pese a sus flaquezas, estamos ante un suculento e incierto ejercicio que nos hará preguntarnos muchas cosas, algunas de las cuales no tendrán resolución. Lo ignoto perdurará tras concluir el filme, dejándonos una extraña sensación de no saber si hemos visto una genialidad absoluta o una tomadura de pelo.
En conclusión, para el que escribe estas líneas, Plan de Salida cuenta con una suculenta idea, donde percibimos ligeras pinceladas de genio que se extraviarán al querer gustarse en demasía, acabando por resultar un lío que ni el director supo redireccionar. Uno de sus diálogos podría resumir lo que es en sí la cinta: -¿De qué se supone que tenemos que hablar? -Menos del futuro, lo que sea. Y es que el futuro, como la película, es lo único incierto.