Drama | 111 min | UK 2014
Título: Regreso a casa.
Título original: Gui lai.
Director: Zhang Yimou.
Guión: Zhou Jingzhi.
Actores: Chen Daoming, Gong Li, Ni Yan, Feng Zu.
Estreno en España: 05/08/2016
Productora: Le Vision Pictures.
Distribuidora: Golem
Sinopsis
El preso político Lu Yanshi es liberado cuando termina la Revolución cultural. Cuando regresa a casa, descubre que su esposa sufre de amnesia; no lo reconoce y continúa esperando el retorno de su esposo sin darse cuenta de que está a su lado.
Crítica
Después de que hace un lustro estrenara el megahit Las flores de la guerra, drama bélico protagonizado por la megaestrella hollywoodiense Christian Bale que arrasó en taquilla durante varias semanas, Zhang Yimou, el cineasta chino que en su día filmó una obra maestra detrás de otra (La linterna roja, Vivir, Ni uno menos…) nos regala una nueva película que si bien no abandona del todo el trasfondo histórico si se muestra mucho más intimista y mucho menos exuberante que su predecesora.
Si en aquella ocasión acometía los atroces acontecimientos que tuvieron lugar en 1937 durante seis semanas en la ciudad china de Nanking, entonces capital de la República, ocupada por el ejército japonés, a través de una cierta desdramatización de la trama, prefiriendo centrarse más en los actos individuales de heroísmo en general, y el cambio de actitud de un sacerdote extranjero en particular, para dejar al público con la sensación de que quizás la raza humana no es tan mala después de todo, ahora vuelve a adaptar otra novela de la autora china Yan Deling centrada en la peripecia de una familia desgajada por culpa de la represión instaurada en tiempos de la Revolución cultural china.
Zhang Yimou adapta a la pantalla otra novela de la autora china Yan Deling.
A principios de los años setenta, Lu Yanshi se escapa de un campo de trabajo donde está recluido en un intento desesperado de volver con su familia, a la que lleva años sin ver. Bajo una férrea vigilancia por parte de los poderes fácticos, Lu conseguirá llegar a su casa, aunque allí se encontrará con un obstáculo del todo inesperado: su hija Lu Danyu intenta impedir el reencuentro por miedo a que afecte a su carrera como bailarina, y consigue que su padre y su madre no se vean. La situación de dramatismo extremo alcanzará su máxima expresión en el momento álgido en el que se vaya a producir el tan esperado encuentro, una situación trágica que acarreará consecuencias funestas años después.
El recién llegado se convierte en un extraño en el seno de su familia.
Al final de la Revolución Cultural, Lu Yanshi por fin puede regresar a casa legalmente y reunirse con su familia. Pero no todo transcurre como espera. Su esposa Feng Wanyu ha estado enferma y no le reconoce. Sin embargo, no ha olvidado a su esposo, le recuerda tal como era en el pasado y espera su regreso. El recién llegado se convierte en un extraño en el seno de su familia y decide resucitar el pasado con la ayuda inestimable de su arrepentida hija con el único objetivo de que su amnésica esposa vaya recuperando la memoria paulatinamente.
Estamos ante la vigésima película dirigida por Zhang Yimou, en una filmografía que arrancó con una fuerza arrolladora en sus primeros títulos (auténticas obras maestras como Sorgo Rojo, ¡Vivir! o La linterna roja) aunque de manera progresiva su ímpetu se fue atemperando mutando sus mordaces críticas hacia el sistema por producciones más coloristas, formalmente impecables y un tanto bienintencionadas (La casa de las dagas voladoras, La maldición de la flor dorada). La última etapa de su carrera vino marcada por su adocenamiento total ante la doctrina del poder establecido, aunque con este último título que ahora llega a nuestras carteleras parece haber abandonado el panfletismo para proponer historias mucho más humanas y cercanas (aunque no deja de ser sospechoso que los mayores elogios hacia el film hayan venido del subdirector de la Oficina de Cine de China, quien ha resaltado la “gran fuerza ideológica” de la propuesta).
Regreso a casa tiene la virtud de ser técnicamente perfecta, que para los tiempos que corren ya es mucho. La pulcritud y el preciosismo de Zhang Yimou a la hora de rodar y el cuidado que pone en la fotografía (donde vuelve a contar con el trabajo de un virtuoso en la materia como Zhao Xiaoding) y en la puesta en escena equilibra los momentos un tanto almibarados de un guion que en ocasiones fuerza demasiado la calamidad de los sucesos. Y luego también está la química bestial que desprenden dos actores de la talla de Chen Daoming (quien ya trabajó para el director en 2002 en la aclamada Hero) y, como no, Gong Li, auténtica musa del cineasta que aquí nos vuelve a sorprender una vez más con un rol muy exigente. Ambos consiguen hacer fácil lo difícil y nos obsequian con un tour de forcé a la altura de los más grandes.
