Thriller | 124 min. | Japón 2017
Título: El Tercer Asesinato.
Título original: Sando-me no satsujin.
Director: Hirokazu Koreeda.
Guión: Hirokazu Koreeda.
Intérpretes: Masaharu Fukuyama, Koji Yakusho, Suzu Hirose, Yuki Saito.
Estreno en España: 20/10/2017
Productora: Toho
Distribuidora: Gólem Distribución.
Sinopsis
Marina (Daniela Vega) una joven camarera aspirante a cantante y Orlando (Francisco Reyes), veinte años mayor, planean un futuro juntos. Tras una noche de fiesta, Marina lo lleva a urgencias, pero él muere al llegar al hospital. Ella debe entonces enfrentar las sospechas por su muerte. Su condición de mujer transexual supone para la familia de Orlando una completa aberración. Ella tendrá que luchar para convertirse en lo que es: una mujer fuerte, pasional... fantástica.
Crítica
Protagonizada por el conocido cantante y actor Fukuyama Masaharu (“De tal padre tal hijo”), Yakusho Kôji “Babel”, “El mundo de Kanako”) y la joven actriz Suzu Hirose (Debutante en “Nuestra hermana pequeña”), cuenta la historia de las relaciones entre Misumi, un hombre autor confeso de un robo con asesinato quien tiene en su ficha un doble homicidio ocurrido treinta años antes (y una condena de treinta años cumplidos), y su abogado Shigemori, quien descubre aspectos extraños al preparar la defensa y decide investigarlos, en un desesperado intento de salvar al reo de la pena de muerte solicitada por la fiscalía.
A medida que avanza en sus pesquisas se tambalea su creencia en la culpabilidad de su cliente, un narrador poco fiable de sus propios crímenes, con una relación muy elástica y cambiante con la verdad.
En puridad, y pese al formato, más que la intriga judicial –que, por otra parte, queda nítidamente reflejada en la película- lo que interesa al realizador japonés es el trasfondo filosófico de un rompecabezas formado por lo que significan conceptos como verdad, justicia y pena de muerte; fue precisamente este puzle casi metafísico lo que aplaudió la crítica en la pasada Mostra de Venecia. Tengamos en cuenta que la pena de muerte sigue figurando en las leyes penales de Japón, al tiempo que periódicamente se escuchan en el país voces que se alzan pidiendo su revocación.
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