Biopic | 115 min. | Finlandia-Suecia-Dinamarca-USA 2017
Título: Tom of Finland.
Título original: Tom of Finland.
Director: Dome Karukoski.
Guión: Noam Andrews, Aleksi Bardy, Mark Alton Brown, Dome Karukoski, Susanna Luoto, Kauko Röyhkä, Mia Ylönen.
Actores: Pekka Strang, Jessica Grabowsky, Lauri Tilkanen, Werner Daehn.
Estreno en España: 07/07/2017
Productora: Helsinki Filmi Oy, Anagram, Film i Väst, Fridthjof Film, Neutrinos Productions.
Distribuidora: Festival Films
Sinopsis
Touko Laaksonen vuelve a casa tras la Guerra de Continuación, durante la IIGuerra Mundial. La homosexualidad es ilegal y perseguida en Finlandia. Con tal sombrío contexto, se refugia en su arte como vía de escape, haciendo dibujos de hombres musculosos y desinhibidos, firmados con el seudónimo Tom. Lo que podría haberle costado la vida acabó convirtiéndolo en un icono gay. Esta es su historia.
Crítica
El biopic está centrado en la vida y los logros de Touko Laaksonen, convertido en una celebrada figura en la comunidad gay gracias a sus dibujos homoeróticos, que llegaron a ser un fenómeno de culto. ¿Su obra es arte o es porno? ¡Ambos! Una de las características más destacables es la exploración íntima de la vida de Laaksonen y abordar el tema de la transición de la comunidad gay desde la Segunda Guerra Mundial hasta finales de los ochenta. Dome Karukoski logra capturar estos dos aspectos y crear una película fantásticamente entretenida al mismo tiempo.
La primera imagen, con el artista enfundado en una chaqueta de cuero, hace imposible no recordar al añorado maestro Rainer Werner Fassbinder.
La primera imagen, con el artista enfundado en una chaqueta de cuero, hace imposible no recordar al añorado maestro Rainer Werner Fassbinder. Parece fácil olvidar que en algunos países, aún hoy, la homosexualidad se castiga con la pena de muerte. En la Finlandia de los años 40 era ilegal, hecho que es explicado con mucho tacto a través de los encuentros furtivos y las persecuciones policiales. El espectador se sentirá cauteloso en cada búsqueda de encuentros íntimos del protagonista, donde cualquier mirada puede suponer un nuevo amigo o enemigo, su futuro amante o su futuro carcelero. En un momento así, ¿quién se atrevería a exhibir tal transgresión?.
Aunque el tema que trata ha sido una inspiración para algunas obras maestras, esta película tiene carencias. En especial, el pudoroso reparo, casi como un tabú, a la hora de expresar que el dibujante no tenía ningún fin político, y su única crítica social era su propia existencia, tanto en cuanto a su arte como en su sexualidad. Sus explícitos dibujos rompían esquemas, como el de la relación de la sexualidad con el afeminamiento, y eso es inspirador. Pero esa no era su motivación, sino su refugio. Este arte inspiró a mucha gente, y les estimuló a ser ellos mismos sin tener que sufrir en silencio. Aun así, un biopic excelente debería separar de una manera más eficiente la importante influencia de las creaciones, de la glorificación del creador. Es evidente que este detalle es fruto de la priorización, de querer presentar un personaje tan transgresor al público que no esté familiarizado con sus obras.
Con esta prioridad, no se quiere transmitir el lado oscuro del personaje, pasando de puntillas por temas escabrosos como el síndrome postraumático después de la guerra, un triángulo amoroso o la censura en Estados Unidos de los años 50. Manteniendo un estilo atractivo y convencional, la película cambia de ritmo cuando el protagonista llega al éxito. En vez de sumergirse en sus años más turbios después de la guerra, muestra la necesidad de superar el momento problemático del protagonista a la espera de tiempos mejores. Esta silenciosa ascensión a la notoriedad se narra formalmente y con discreta atención.
El estilo cuidadoso, tanto en la narrativa como en el montaje, cae en la segunda mitad de la película, mostrando una descabellada tregua para dar paso a la parte más positiva del protagonista. Al igual que los dibujos de Tom, el retrato en el film no quiere centrarse en el odio, si no en el amor libre y ¡que empiece la fiesta! Así, la película recoge perfectamente el contraste de la austeridad finlandesa frente al glamour de Los Ángeles. La escena de la llegada, parece reflejar que las ilustraciones de Tom han salido del papel para estar en las calles de L.A.
Este contraste también es apreciable en la fotografía de Lasse Frank Johannessen, que da paso a colores más brillantes, sobretodo el amarillo (que tendrá un simbolismo especial durante todo el relato) dejando la atrás la oscuridad del protagonista. Acompañado por un buen reparto de actores, y perfectamente interpretado por Pekka Strang, quien es capaz de ponerse en la piel del artista en sus diferentes etapas y transmitirnos todos los matices del protagonista.
Estas revolucionarias ilustraciones, igual que el tema que tratan, antes causaban vergüenza, ahora son un icono. El film recorre la trayectoria del artista con elegancia y respeto a la convención: su vida fue osada y su impresionante obra es atemporal, porque vista con la perspectiva actual sigue siendo atrevido y moderno. Por eso el arte de Tom of Finland vivirá para siempre.