Undergods
Filmin (últ. incorporaciones) 1 de julio
Título original
- Undergods
- Año
- 2020
- Duración
- 92 min.
- País
- Reino Unido
- Dirección
- Guion
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Chino Moya
- Música
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Wojciech Golczewski
- Fotografía
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David Raedeker
- Reparto
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Johann Myers, Géza Röhrig, Michael Gould, Hayley Carmichael, Ned Dennehy, Khalid Abdalla, Eric Godon, Tanya Reynolds, Tadhg Murphy, Jan Bijvoet, Kate Dickie, Sam Louwyck, Adrian Rawlins
- Productora
- Coproducción Reino Unido-Bélgica-Estonia-Serbia-Suecia;
BFI Film Fund, Homeless Bob Production, Media Plus, Filmgate Films, Black Dog Films, RSA Films, Scott Free Productions, Sharp House, Film I Väst
- Género
- Fantástico
- Sinopsis
- Un viaje sobrenatural a través de una Europa en declive, que reúne una serie de historias oscuras y fantásticas sobre una colección de personajes malditos.
- CRÍTICA
En un distópico futuro lejano, dos hombres en un camión circulan por las calles recogiendo cadáveres. Aburridos por la monotonía de su trabajo, empiezan a contarse sueños que han tenido recientemente. Con esta entrada, Undergods, nos sumergirá en una agobiante fantasía a lo largo de varias historias cortas que se irán enlazando a cada cual más oscura y angustiosa.
Estamos ante un anthology film que rompe un poco la forma en que entrelaza las minihistorias que lo componen. Aun así, mantiene la estructura clásica, con sus pros y sus contras, no empezando una nueva trama hasta abandonar, que no terminar, una anterior. Una serie de relatos cortos autoconclusivos, mayormente de final abierto, que pivotan sobre el concepto de familia como su tema central. Esto último es tan sutil que directamente dos personajes nos los explican en primer plano al final de la película.
Ciertamente, Undergods no viene a redefinir la fórmula ni a cambiar el paradigma de este tipo de películas, aunque se agradece que tome distancia de los clásicos de género. Una aplicación interesante donde un personaje cuenta un sueño y dentro de él alguien lee un cuento y así se va profundizando en el universo deprimente que nos propone su director y guionista Chino Moya.
Sobre los relatos en sí mismos no hay mucho que decir. Todos están dirigidos y guionizados por la misma persona, manteniendo una cadencia y un estilo idéntico entre ellos que los vuelve fácilmente olvidables e indistinguibles. Este hecho, sumado al cierre prematuro de más de una historia, da la sensación de ser ideas a medio cocer del autor que ha unido como ha podido en un popurri sin mucho sentido. Una mezcla sin más pretensión que mostrar unos cortos sin importar el orden o la efectividad de estos.
Donde sí se puede ver una intención más artística y acertada, no es el guion, sino en la fotografía. Las imágenes de edificios en ruinas, grandes construcciones de hormigón, extensiones de ciudad infinitas, metros y carreteras abarrotados y calles anchas y vacías llenan cada segundo. La vegetación queda reducida a su mínima expresión hasta el punto de que es posible contar los árboles exactos que aparecen en el film. Una visión decadente de un futuro que aparenta ser más cercano de lo esperado.
La banda sonora, compuesta casi en su totalidad por música electrónica, nos remite a un concepto más futurista, incluso cyberpunk, contrastando con las imágenes de ruina y desechos. La mezcla de estos dos elementos choca directamente generando un cierto mal estar. Mientras la música que se escucha nos invita a pensar en un futuro de luces de neón y coches voladores, la película nos muestra fabricas abandonadas donde gente indigente rebusca entre cadáveres y hierros oxidados.
Undergods llega, sin duda, tarde a la escena. Sus historias no rompen el molde y no aportan al género del cine distópico más de lo que ya hemos visto en decenas de series y películas antes. En su estructura tampoco resalta especialmente intentando sorprender al espectador para simplemente dejarlo a medias en muchas ocasiones, por lo que parece una gran falta de ideas. Más de noventa minutos que, en otro formato o estructurando sus relatos con mejor tino, funcionarían mucho mejor que el largometraje final.