Documental| 116 min. | Francia| 2019
Título: Varda or Agnès.
Título original: Varda par Agnès.
Dirección: Agnès Varda.
Guión: Agnès Varda.
Actores:
Estreno: 05/07/2019
Productora: Ciné Tamaris. Distribuida por MK2 Films.
Distribuidora: A Contracorriente Films
Sinopsis
En 1955 la cineasta Agnès Varda debutaba con la película La Pointe-Courte, y en 1962 se convertiría en una nueva voz del cine francés con Cleo de 5 a 7, le seguirían películas como La felicidad (1965), Las criaturas (1966), Una canta, otra no (1977), Las cien y una noches (1995), Los espigadores y la espigadora (2000) hasta llegar a Caras y lugares(2017). Este documental es un recorrido único por su rico legado creativo. La inconformista rebelde Varda nos guía a través de un relato sobre sus inspiraciones, prácticas de trabajo y compromiso con la audiencia. Una excelente carta de presentación para los recién llegados y un maravilloso regalo de despedida para los fanáticos de toda la vida.
Crítica de Vicente I. Sánchez
Tuve ocasión de coincidir con Agnès Varda en 2017 cuando se le concedió el Premio Donostia de la 65 edición del Festival de Cine. Un galardón que quería reconocer a sus 89 años la trayectoria de una de las cineastas más importantes de la historia.
En aquella ocasión presentaba “Caras y Lugares” que obtuvo un gran éxito e incluso llegó a estar nominada al Óscar al mejor documental. Al termino de la proyección pude preguntarle por la polémica que había suscitado la ausencia de Jean Luc Godard en la película. Su respuesta fue clara; “Aunque los dos venimos de la Novuelle Vague, Jean Luc y yo somos muy distintos. Yo siempre mantendré las ganas de crear y vivir”. Una frase que define a la perfección la trayectoria creativa que han mantenido ambos cineastas.
“Varda por Agnès”, unos meses después de su muerte, es todo un acontecimiento pues supone un auténtico ejemplo de testamento fílmico y de obra única destinada a permanecer en la memoria.
Agnès Varda moría este año con 91 años tras dejar más de cincuenta películas a sus espaldas, algunas muy conocidas como por ejemplo “Sin techo y sin ley”, que ganó el León de Oro en 1984, y otras que directamente pasaron sin pena ni gloria o que directamente no se estrenaron. Algo que nunca frenó a esta cineasta cuya pasión fue siempre la de grabar y dejar su particular testimonio. Motivos que le llevaron también a recibir el Oscar honorífico en 2017.
Es por eso que el estreno de su última película, “Varda por Agnès”, unos meses después de su muerte, sea todo un acontecimiento pues supone un auténtico ejemplo de testamento fílmico y de obra única destinada a permanecer en la memoria. En esencia se trata de un documental en el que la propia Varda analiza su carrera, descifrando algunas de las incógnitas de su cine, y explicándonos lo que ella llama “escritura del cine”.
Varda habla en un teatro repleto de estudiantes de cine y seguidores como si de una charla TED se tratara. Proyecta películas y analiza secuencias en las que explica al proceso de creación cinematográfico. Pero la película es mucho más, ya que también visita los escenarios y paisajes de las obras que la hicieron famosa. Un viaje que le lleva a recorrer y analizar trabajos como “Cleo de 5 a 7” o “La felicidad”. Todo ello con una visión humilde de su propia trayectoria, llegando incluso a reconocer que “Las cien y una noches” fue tal fracaso que se le quitaron las ganas de grabar en 35 milímetros durante muchos años.
También admite que muchos de sus trabajos son desconocidos por el público o que gran parte de su obra es ahora material audiovisual para museos. En este sentido su faceta como videocreadora resulta especialmente interesante en la película, dedicándole muchos minutos al proceso de creación artístico.
Es pues una película que supone todo un ejemplo de análisis fílmico, ya que enseña a hacer cine, pero al mismo tiempo es una obra completamente nueva que nos habla sobre la directora. Una mujer adelantada a su tiempo que realizó algunos de los trabajos más revolucionarios que se han hecho sobre el feminismo y que se ha relacionado con los artistas más conocidos del siglo XX. Una mujer que siente pasión por el mar y que reconoce que gracias a su baja estatura ha podido pasar desapercibida a la hora de grabar.
También la película es un ejemplo de cómo afrontar la pasión por el cine. Ella misma reconoce que gracias a la aparición de las cámaras digitales ahora puede grabar lo que quiere, con una mayor intimidad y facilidad. Su filmografía desde el año 2000 es todo un ejemplo con pequeñas joyas como “Los espigadores y la espigadora” o “Las playas de Agnes”, premio Cesar en 2009.
En conclusión una forma de concebir el cine que la sitúa a la altura de otros grandes del documental subjetivo y experimental, como Chris Marker, Jonas Mekas o Pere Portabella. En esencia directores que tratan de vivir al margen de la industria y que ofrecen visiones personales, muchas veces tan arriesgadas que se quedan fuera del circuito comercial. Un cine que también existe y que prescinde de casi todo menos de la pasión por contar una historia. Es por ello que la obra de Agnès Varda ha sido tan importante.