Terror | 100 min. | USA | 2018
Título: Verdad o Reto.
Título original: Truth or Dare.
Director: Jeff Wadlow.
Guión: Jillian Jacobs, Michael Reisz, Christopher Roach, Jeff Wadlow.
Actores: Lucy Hale, Tyler Posey, Violett Beane, Hayden Szeto.
Estreno en España: 11/05/2018
Productora: Blumhouse Productions.
Distribuidora: Universal Spain.
Sinopsis
Una inofensiva partida de 'Verdad o reto' entre un grupo de amigos acaba convirtiéndose en un juego letal cuando alguien -o algo- empieza a castigar a los que mienten o no aceptan el reto.
Crítica
La presencia del productor Jason Blum, quien cumpliera esa función en las nominadas al Oscar Whiplash y ¡Huye!, es el mayor argumento para esperar buenas cosas de Verdad o Reto, film de terror con algunas historias de amor en el medio como había en la citada producción de Jordan Peele.
Verdad o Reto propone una liviana trama de caprichos adolescentes injustificados mezclados con muertes inverosímiles y una explicación demoníaca de lo más enclenque.
Seis amigos de la universidad que se encuentran cursando su último año deciden pasar el receso de primavera en México con el objetivo de que ese último springbreak sea el más memorable de todos y le dé cierre a su período universitario de la mejor manera. Pero en medio de los festejos, Olivia, protagonista del relato, es seducida por el carismático Carter quien le propone que ella y sus cinco amigos lo acompañen a un lugar muy especial que realmente vale la pena. El grupo, influenciado por Olivia y su interés en Carter, acepta, por lo que es guiado por este carismático joven a una iglesia abandonada en la que terminan jugando al infantil “verdad o reto”, también conocido como “verdad consecuencia”.
Los participantes toman turnos para retarse entre sí a elegir entre revelar algún secreto embarazoso o realizar alguna tarea de lo más ridícula, por lo que la gran promesa de diversión de Carter termina dejando bastante que desear. Algún interés romántico oculto entre los miembros del grupo de amigos, secretos de la infancia bastante ridículos y un provocativo beso entre Olivia y su amiga Penélope parecen ser lo más especial del juego. Hasta que le toca a Carter, quien elige “verdad”. “¿Cuál fue el verdadero motivo por el que nos trajiste acá a jugar a este juego?”, le preguntan. “Porque el juego es real”, responde Carter. “Fui retado a traer a un grupo de extraños e iniciarlos en este juego, en el que si decís mentiras al elegir ‘verdad’ o no cumplís cuando optás por el ‘reto’, el castigo es la muerte”, agrega.
Al tratarse de una película de terror con temática adolescente, la premisa puede aceptarse como no tan infantil, incluso resulta interesante cuando, antes de enterarse del riesgo mortal que corren, uno de los amigos de Olivia, luego de que ella en su turno elige “verdad”, le hace una pregunta de tipo moral y ella termina eligiendo sacrificar su vida y la de los otros cinco con tal de salvar a la humanidad, lógicamente en un escenario hipotético. Pero el juego, tal y como advirtiera Carter, es muy real y las muertes no tardan en llegar. Al igual que los problemas de la película. Lejos de explotar esa rectitud moral de la protagonista y que el juego la obligue a replanteársela por ejemplo, Verdad o Reto propone una liviana trama de caprichos adolescentes injustificados mezclados con muertes inverosímiles y una explicación demoníaca de lo más enclenque.
Y eso desde una mirada general. En términos específicos de género, la película no solo resulta predecible y para nada aterradora en los momentos que esperamos sean “de miedo”, sino que incurre en contradicciones dentro de su propio universo. Algunas características del macabro juego al que se someten los protagonistas, su reglamento por así decirlo, en un inicio plantea situaciones muy difíciles de resolver que realmente movilizan a los personajes para luego, acercándose al final, ese mismo escenario del inicio sea resuelto muy rápidamente y casi sin esfuerzo. Esos tambaleos argumentales sumados a personajes sosos, románticamente caprichosos y de accionar injustificado terminan de redondear un relato lleno de baches, que no asusta y que, para colmo de males, es resuelto de la peor manera.