Tras su estreno mundial en la Berlinade, Matria se presenta en el Festival de Cine de Málaga, en la Sección Oficial de Largometrajes, donde hemos tenido la oportunidad de charlar con su director Álvaro Gago (16 de decembro, Matria) y con su protagonista María Vázquez (Quien a hierro mata, Fariña).
La ópera prima de Gago llegará a las salas de cine españolas el 24 de marzo, bajo la distribución de Avalon, para contarnos la historia de Ramona, una mujer que tendrá que hacer malabarismos con distintos trabajos para poder llegar a fin de mes. Un retrato social del falso mito del matriarcado gallego en pos de la dignificación de la mujer obrera.
Estáis presentando la película aquí en Málaga pero hace unas semanas la estrenasteis mundialmente en la Berlinade, ¿cómo fue la experiencia? ¿Cómo estáis viviendo todo este proceso de presentaciones, entrevistas, ruedas de prensa?
(AG): Pues, yo lo estoy viviendo mejor de lo que pensaba, pero por el contacto con el otro. Al final te nutres de otras visiones de la película, vas aprendiendo, vas repensando la película en tu cabeza. Te mantienes un tanto activo y cercano al conocimiento que es la verdadera recompensa que viene después de hacer una película. Estar en festivales es maravilloso, pero tu objetivo no puede ser ese, al menos en mi caso, sino que tiene que ser el crecer a través también del trabajo. Lo estoy viviendo muy emocionado, muy contento de estar haciendo la promoción con mis amigos y amigas y las entrevistas con la prensa. Cuando es así, con gente que quieres, es muy placentero, sabiendo además que el trabajo previo ya está hecho y que ha tenido contenido suficiente como para que nuestra felicidad no dependa de esto.
(MV): Sí, yo igual. Por añadir algo diferente, pues en mi caso, cuando vas a hacer la promoción de una película con la que tú estás contenta y en la que te has visto rodeada de gente a la que quieres se vive como un regalo. Tratando de disfrutar porque a veces es difícil en estos saraos disfrutar, sin olvidar que mañana tienes una vida real, distinta a la de los festivales, pero disfrutándolo mucho y disfrutando mucho ver cómo disfrutan mis compañeras. Han venido Francis, Soraya, que interpreta a mi hija en la película, mi amiga Susana y lo estoy gozando mucho. Me parece muy bonito.
Entonces ¿tenéis ganas de que el mundo conozca a Ramona?.
(MV): Sí, muchas. Y muchas ganas también de que la vean en Galicia. De que la vea todo el mundo, pero especialmente muero porque la vean allí.
(AG): Mira, por eso sí que estoy nervioso.
Matria es tu ópera prima, hasta ahora solo habías trabajado con cortos y te ha ido bastante bien si atendemos a premios y nominaciones. ¿Cómo surgió la idea de expandir el universo de la Ramona que ya pudimos ver en 2017?
(AG): Surge trabajando y de manera natural. Durante el rodaje en 2017 ya me doy cuenta de que algo nuevo está latiendo en mí, algo que me empuja a querer romper con esa rutina que planteo en el cortometraje y que me apetece, además, profundizar en el personaje de Ramona, en todas sus aristas. Hacer un trabajo de creación de personaje complejo. Realmente poder crear un personaje que fuera un ser humano, humanizarla. Esto era lo que me movía y el formato largo me daba pie a explorar todos esos grises de Ramona.
Claro, porque Ramona es un personaje muy complejo del que se puede exprimir mucho.
(AG): Y tiene sus negros, sus grises, sus blancos. Sus esfumaturas, ¿no? ¿Cómo se dice? (MV): No sé cómo se dice (risas). El ser humano es muy complejo, por desgracia.
Pero en Matria se retrata muy bien la realidad. Últimamente, en la industria del cine, se cuentan cada vez más historias de mujeres y en muchos casos estos personajes están un poco constreñidos, por así decirlo. Son personajes de todo o nada, de blanco y negro. Pero en esta película Ramona pasa por toda una escala de grises. A mí lo que más me gusta de ella es la naturalidad de sus acciones, de sus palabras, de su personalidad al fin y al cabo. Es una mujer políticamente incorrecta.
(AG): Yo creo que tenemos que apuntar a esa dirección. Es una dirección en la que tú como cineasta no estás poniendo tu ideología al servicio de, no estás juzgando. No tenemos que juzgar, tenemos que empatizar y de ahí la creación de todos esos grises que comentabas.
(MV): Y porque hay una cosa inconsciente de cómo se muestra a las mujeres y de lo que se les permite. No puedes caer mal, no puedes ser vulgar, hablar mal… pero es que al hombre se le permite. Hay muchos personajes que hacen lo mismo y en ellos se ve normal, incluso gracioso. Entonces ahí había una lucha en demostrar el personaje con todo.
Ramona hace cosas mal, es mala madre a ratos, como lo soy yo también porque no se puede ser buena madre siempre y hay que perder el miedo a decirlo. Es que si no se dice nos ponemos unas expectativas como mujer que en realidad no existen.
Era muy importante eso, y que lo muestre un hombre para que lo vean más hombres y así se les abra el imaginario porque, a veces, es sin querer. Aunque yo también pienso que hay que responsabilizarse. Pero si vamos mostrando otros universos vamos ayudando un poquito a forzar.
(AG): Sí, claro. También la hija tiene lo suyo, por ejemplo. (MV): Y la amiga.
Se equivoca, como todos, porque es humana y nadie nos enseña realmente a gestionar nuestras relaciones personales.
(MV): Claro, no nos enseñan a ser buenas madres ni buenas hijas ni buenas amigas. Depende de muchas cosas también: de tu circunstancia, del momento, del día. A veces llego de trabajar agotada y te meto un grito.
(AG): Lo importante es trabajarlo, reconocernos en nuestros defectos.
(MV): Exacto, porque luego Ramona le pide perdón a su hija. No es que sea una mala madre y le dé igual.
Hay un proceso de aprendizaje de Ramona a lo largo de toda la película y eso es importante. ¿Cómo habéis trabajado en la construcción de su personaje? ¿María, tú has tenido libertad en ese sentido o has seguido las directrices de Álvaro a rajatabla?
(MV): A rajatabla no ha habido nada.
(AG): No creo en eso de a rajatabla. Al final la construcción parte de un pacto casi no hablado entre nosotros dos que es “nos vamos a dejar la piel, vamos a trabajar fuerte y vamos a darlo todo”. Una vez eso está claro, vienen un poco los sacrificios, la convivencia, conocernos en otras situaciones, compartir tiempo. La traigo a mi tierra, a ese lugar del mundo que conozco bien, hago que conozca a ciertas personas de mi entorno para que ella vaya descubriendo las razones sin que yo se las diga. Y después, bueno… yo empecé en el teatro y mi primera experiencia en todo esto fue como actor en Tres hermanas de Chejov.
(MV): ¡Qué bueno! Mi obra favorita.
(AG): Ella es quien tiene el bagaje, entonces ¿cómo no le voy a permitir llegar a la película con todo ese bagaje? ¿Por qué voy a perder eso? Y ya no solo a nivel interpretativo, sino en la propia construcción de la película. Ahí dejo bastante cancha.
(MV): Aparte de dar todas las herramientas. A veces hay personas que te quieren dejar cancha, pero si no tienes las herramientas de ensayar, visitar ese universo, la inmersión en el personaje… es difícil. Antes me preguntaban si yo he intentado imitar a Francis, pero jamás hemos buscado eso. Al final es su esencia, que representa, también, a miles de mujeres.
Nunca he sentido esa presión ni por parte de Francis ni por la de Álvaro. Y luego yo me veía muy parecida a ella, pero fue surgiendo.
Para terminar me gustaría preguntaros adónde creéis que fue Ramona o adónde os habría gustado que hubiera ido.
(AG): Yo creo que va a construir desde su intimidad la matria a la que todas, todos y todes queremos ir. Realmente el lugar no es importante, lo que es importante es el espíritu con el que va allí y el hecho de que pueda expandirlo y poco a poco en lugar de que sea un esfuerzo individual se convierta en un agrietamiento colectivo de estas normas impuestas, una liberación colectiva.
(MV): Yo siempre me imaginé cerca y que lo va a tener muy difícil. Hay que darle la oportunidad a las mujeres de que salgan, que hay esperanza, pero también a que luego por lo que sea tengas que volver. No pasa nada. Vas a volver diferente, pero por lo menos probar salir.