Así en el cine como en la vida: El ojo crítico
Un libro de obligada relectura para seguir navegando hasta el infinito y más allá en los múltiples y dispares vericuetos trazados por las películas de ayer, de hoy y de siempre.
Estamos ante un libro que de entrada puede llegar a asustar un poco a aquellos lectores que no estén acostumbrados a un estilo tan directo y hasta en ocasiones brusco como el que se gasta el autor de este apasionante y apasionado escrito que reflexiona y de qué manera sobre todo lo que tiene que ver con el mundo del cine y sus reverberaciones. Juan Francisco Ferré, crítico literario y cinéfilo empedernido, tal y como consta en su biografía, ya nos advierte desde las primeras páginas que no está para tonterías.
Se trata de abrir en canal una serie de obras fílmicas fundamentales y servirnos en bandeja de plata un imprescindible abanico de intensos artículos recopilados en más de una década donde se repasan de manera pormenorizada tendencias contemporáneas producidas por las imágenes hiperrealistas que a estas alturas de la película todavía nos siguen sorprendiendo cada vez que se apagan las luces de la sala y se encienden los proyectores (o mejor dicho las lámparas de 2kw fruto de la digitalización progresiva de dichos espacios).
Puede parecer una empresa cargada de elefantiasis, dada la enjundia del propósito inicial de un autor que abre su libro con una loa al cine de Almodóvar y lo cierra con una mirada sobre el mal en películas como Zodiac o American Psycho, pero el articulista acierta a la hora de ir hablando sobre temas tan mundanos como puedan ser la política, la filosofía, el arte o la poesía a partir de las imágenes de obras revolucionarias del séptimo arte, aquellas películas que ya forman parte de la historia de nuestra vida y que aquí te dan ganas de revisionar una y otra vez (por aquí desfilan Buñuel, Bergman, Welles, Antonioni e incluso nuestro Jess Franco, reivindicado como figura capital y singular del séptimo arte).
Aunque como no sólo de clásicos se alimenta el cinéfilo, también dedica algunas partes a disertar sobre el cine asiático actual (con Takashi Miike y Sion Sono a la cabeza); el fenómeno del cine de superhéroes con Batman (desde Tim Burton a Christopher Nolan) y su devoción por Watchmen; el cine de ciencia ficción (desde la saga Star Wars hasta el Prometheus de Ridley Scott) o sobre lo que él mismo llama el cine de la nueva carne, con especial hincapié en el trabajo de cineastas como David Cronenberg, o Vincenzo Natali y su minusvalorada Splice.
El tono de los escritos es seco y conciso, y Ferré nunca esconde sus opiniones bajo ningún manto de ambigüedad que pueda distraer del objetivo de su mensaje. Ataca sin piedad a los blockbusters americanos que fríen el cerebro del espectador medio, acusándolos de embobecer y envilecer a todo aquél que cae en sus muy maquinadas redes; azuza sin pudor a todos aquellos cineastas que se las dan de modernos pero que en realidad son más antiguos que el andar a pié y deifica de manera incontestable a aquellos autores que son capaces de hincar el escarpelo en cada film analizando con coherencia el fondo y la forma cinematográfica (ahí emerge como un tótem la figura del filósofo, sociólogo, psicoanalista y crítico cultural esloveno Slavoj Žižek, a quien va citando en repetidas ocasiones como uno de los analistas y mentes más importantes de nuestro tiempo.
A partir de un tipo de escritura tan lúcido como inquietante, el escritor tiene la capacidad de arengarnos a descubrir nuevas formas de cultura a partir de los ejemplos que va desgranando con una pericia y rigurosidad dignas de elogio. Así en el cine como en la vida se tiene que leer con un imprescindible bloc de notas al lado, sobre todo para ir apuntando las mil y una acotaciones en forma de senderos que se bifurcan en el que se dan cabida a toda una serie de satélites culturales que emergen a partir de la obra filmada llevada a estudio.
go, psicoanalista y crítico cultural esloveno Slavoj Žižek, a quien va citando en repetidas ocasiones como uno de los analistas y mentes más importantes de nuestro tiempo.
Y para muestra un botón (aunque no desgranaremos más de lo necesario para que cada página de este imprescindible libro suponga una sorpresa para el lector): en el capítulo titulado El cuchillo del carnicero, dedicado al giallo italiano, podemos hallar referencias al antropólogo y pensador francés George Bataille, a Las diabólicas de Henri Georges Clouzot, al Psicosis de Hitchcock, a El Fotógrafo del pánico de Michael Powell, a El fantasma de la ópera, a El Síndrome de Stendhal...
Lo dicho, un libro de obligada relectura para seguir navegando hasta el infinito y más allá en los múltiples y dispares vericuetos trazados por las películas de ayer, de hoy y de siempre.