Entrevista con Dalibor Matanic, director de Bajo el Sol
Ambientada en la guerra étnica que tuvo lugar en Yugoslavia entre 1991 y 1999, Bajo el solcuenta tres historias de amor que se suceden a lo largo de tres décadas consecutivas. El dolor, la angustia, la agonía, la culpa y la pasión son protagonistas de estos tres dramas románticos que tienen lugar en dos pueblos vecinos en la zona de los Balcanes.
Dalibor Matanic (Kino Lika) escribe y dirige este largometraje sobre la fragilidad, la intensidad y los peligros del amor prohibido.
Usted ha vivido en las tres décadas que se retratan en la película. ¿Cómo le afectó este hecho a su manera de enfocarla?
El motor principal de esta película fue algo que mi difunta abuela solía decir cuando hablábamos de novias: “...mientras no sea una de ellos...” Se refería a que debía evitar a las serbias. Mi abuela siempre me dio amor y apoyo incondicional, por lo que su actitud me confundía. He vivido en primera persona la intolerancia nacional, religiosa, política y social, profundamente arraigada en numerosas generaciones, y que ha provocado tanta miseria y dolor durante años. Quería ver si era posible elevar el amor por encima de todo lo demás en un entorno como este, si era posible sumergirse en el estado humano más puro y esencial. En otras palabras, quería abordar de una manera cinematográfica el escalofriante discurso pronunciado por alguien tan cercano a mí.
¿Qué le incitó a contar esta particular historia? ¿Y qué le incitó a hacerlo ahora?
El problema del odio entre etnias nunca dejará de ser un tema de actualidad. Hace cinco o seis años, cuando comencé este proyecto, el entorno social estaba más tranquilo. Por desgracia para nosotros, y por suerte para la temática de la película, el odio es algo que presenciamos casi a diario, no solo en la región balcánica, sino en todas partes. Si no es odio por otra nación, es odio por otra religión o una estrategia política diferente, una orientación sexual diferente, un vecino con un coche mejor, etc. Hay tantos motivos para la intolerancia… porque es mucho más fácil manifestar un sentimiento negativo que uno noble, como el amor o la compasión. Quiero poner a aquellos que odian frente a esta película, porque esta película expresa mi actitud hacia el mundo, y mi conciencia está limpia. Quiero que se miren en este espejo cinematográfico y se pregunten si realmente son tan felices al verse reflejados en el odio hacia todo y todos.
¿Investigó sobre la tensión entre etnias para el guion o fue más un diálogo personal entre usted y sus propias experiencias?
En mi familia hubo varios matrimonios entre etnias, y se rompieron en parte por ese motivo. Yo siempre observo lo que ocurre a mi alrededor, a veces de forma inconsciente, pero siempre acabo enterándome. Uno puede ser testigo, de manera accidental, de la infelicidad de otras personas, y ver cómo esta tiene sus raíces en el conformismo masivo o la debilidad humana, que hace que las personas vivan como ovejas, seguras dentro de su rebaño, reticentes a levantar la cabeza y sobreponerse a su existencia diaria. Habiendo observado el mundo que me rodea, suelo analizar las necesidades humanas más nobles y básicas, y suelo abordar temas dolorosos.
Los mismos actores interpretan a las tres parejas: Ivan y Jelena, Nataša y Ante, y Luka y Marija. ¿Cómo respondieron los actores a estas tres historias tan diferentes?
Para ellos fue un reto, naturalmente, y estuvieron fantásticos: trabajaron mucho y se mostraron valientes y abiertos de mente, muy dispuestos a explorar. Buscamos diferencias sutiles entre los personajes, aunque a la vez subrayaran la idea, a través de sus rostros idénticos, de que nuestras tres parejas diferentes comparten un mismo amor. Me encanta trabajar con actores y siempre intento darles tareas muy difíciles, a sabiendas de que, independientemente de lo complejas que sean, ellos siempre disfrutan del proceso.
También utiliza los mismos actores para interpretar a los personajes secundarios en cada historia.
En esta película, muchos elementos pretenden funcionar en un nivel subconsciente, desde la repetición de motivos visuales hasta la utilización de los mismos actores y localizaciones, de modo que pueda verse el momento histórico no como parte de una historia lineal, sino como parte de un ciclo recurrente. El mundo sigue cambiando, pero de vez en cuando los fantasmas del pasado pueden sorprendernos con maldad, justo cuando hemos empezado a creer que vivimos en una época moderna y progresista. Los actores secundarios también eran conscientes de que siguiendo a tres parejas en tres décadas diferentes, estamos siguiendo una energía, una necesidad amorosa que se reta a sí misma e intenta sobreponerse a la historia.
Rodar el pasado reciente es increíblemente difícil, y en algunos aspectos, más duro que rodar una película ambientada en el siglo XIX. ¿Con qué dificultades prácticas se encontró?
Éramos plenamente conscientes de los problemas que podían surgir cuando se quiere recrear tres décadas no tan lejanas, pero la localización que elegimos para el rodaje fue ideal, ya que de alguna manera estaba congelada en el tiempo. El lugar no define claramente una época; uno tiene la sensación de estar en la actualidad, pero con ciertos matices latentes en el aire que dan la impresión de estar también en el pasado. Aparte de las fábricas en ruinas, los pastos desiertos, las casas vacías y, sobre todo, la ausencia de personas, lo que más me impactó fueron los lugares que aún parecían exactamente los mismos que en la guerra civil. Por desgracia, aún puede olerse la intolerancia en el ambiente. Aún pueden sentirse las tragedias humanas entre las fachadas vacías. Supimos inmediatamente que habíamos llevado la cámara al lugar adecuado.
¿Cómo influyó el paisaje natural en la película?
La frase que más repetí durante el rodaje fue “¡Disfrutad!”. Creo que es un auténtico privilegio transportar la cámara al mundo natural, sentir su pulso original e irreprochable; es un contraste tan brusco con el ritmo frenético de la vida contemporánea… Preguntando sobre si el amor puede superar cualquier obstáculo, nos adentramos en un entorno virgen, encontramos nuestro tempo interior con la cámara y nos sumergimos en personajes e imágenes. Con su belleza desafiante y pura, y su tranquilidad, la naturaleza influyó en gran medida en nuestra fotografía, sobre todo al filmar a personas. Rodeados de esplendor centenario, indagamos en los personajes, buscando su belleza interior. Cuando esperas a que el sol salga tras una magnífica montaña a las cinco de la mañana, tienes tiempo suficiente para preguntarte qué más puedes hacer en la vida para que todo el que te rodea sea más feliz y optimista.
El escritor irlandés James Joyce dijo una vez: “La historia es una pesadilla de la que estamos tratando de despertar”. ¿Está de acuerdo?.
Joyce pasó una parte de su vida en Croacia. Quizá esa afirmación estuvo motivada por su experiencia croata (risas). Yo siempre digo que el cine no es solo entretenimiento (aunque muchos así lo quieran) sino que es también una valiosa herramienta. Solo tenemos que actuar y cuestionar la época en que vivimos. Después de darme cuenta de que mucha miseria proviene del pasado, decidí luchar contra ello como cineasta. Cada vez que un eco del pasado detiene a nuestra joven pareja, detenemos nuestra película y damos una nueva oportunidad a una nueva pareja en otro momento. El arte enriquece la modernidad del mismo modo que enriqueció el pasado, y debe ser valiente y rebelde, y luchar contra las formas sofisticadas y materiales de ver la vida. Al fin y al cabo, no existen naciones ni políticas ni riqueza material, sino solo los principios humanos más importantes. Y el amor es uno de ellos.
¿Cómo cree que se recibirá la película en Croacia, y en la región balcánica?
Todos aquellos que han dejado que su vida estuviera dominada por la intolerancia y el mal odiarán esta película, pero tendrán que enfrentarse a ella. Esta confrontación era exactamente lo que yo quería. Y mientras se miren en este espejo cinematográfico, déjenles que recuerden cada segundo malgastado enviando energía negativa al mundo. Creo que será muy interesante. Desafortunadamente, la intolerancia no desaparece, por lo que el tema de esta película siempre es de actualidad. No obstante, en mi interior, soy optimista sobre el lado humano que se oculta en la mayoría de las personas, y creo que a todos aquellos que son capaces de amar les gustará esta película.
Por último, ¿a dónde se dirige a partir de aquí?
Bajo el Sol es solo la primera parte de The Sun Trilogy. Mi próximo proyecto, The Dawn, cuestionará la solidez de los vínculos emocionales por un lado, y la ira como una de las emociones humanas más antiguas y básicas, por el otro.