Comedia | 110 min. | Argentina 2016
Título: Me casé con un boludo.
Título original: Me casé con un boludo.
Director: Juan Taratuto.
Guión: Pablo Solarz.
Actores: Adrián Suar, Valeria Bertuccelli, Gerardo Romano, Norman Briski.
Estreno en España: 19/05/2017
Productora: Patagonik Film Group.
Distribuidora: A Contracorriente Films
Sinopsis:
Fabián Brando y Florencia Córmik son actores. El es el más renombrado del país y ella es una completa desconocida. Durante el rodaje de un film inician un fogoso romance que, casi sin noviazgo mediante, termina en casamiento. Durante la luna de miel Florencia se da cuenta de que se casó con un idiota irrecuperable. Cuando Fabián se entera lo que ella piensa de él, idea un plan que sólo podrá llevar a cabo con la ayuda del guionista de sus películas más exitosas.
Crítica
Existe una enorme confianza para jugarse por un título que tiene mucho más que ver con lo argentino que con otra cosa. La pregunta es ¿en España como se podría llamar, Me casé con un gilipollas?, lo cierto es que la nueva unión entre la pareja protagónica Adrián Suar, Valeria Bertuccelli, bajo la batuta de Juan Taratuto, como ya ocurriera en Un novio para mi mujer-2008- y el guión nuevamente a cargo de Pablo Solarz, merece en primera instancia la atención por sumar ideas a una fórmula como la comedia romántica desde el apartado dramático.
Podríamos decir que Me casé con un boludo es una dramedia.
Podríamos decir que Me casé con un boludo -2016- es una dramedia, más que lo contrario aunque no escatima en momentos hilarantes y muy bien resueltos, tanto por Suar en autoparodia asumida y Valeria Bertuccelli entregada en cuerpo y alma al gag.
La premisa rápidamente demuestra la dialéctica entre dos fuerzas que son el eje que determina las transformaciones de los personajes y que tiene que ver con la idea de persona y personaje, en eterno conflicto cuando seaplican al modelo de la realidad. Esto ya lo demuestra parte del tráiler de promoción, cuando el personaje de Bertuccelli, aquí Florencia, actriz que comienza su carrera cinematográfica a la par del experimentado Fabián Brando –Suar- descubre que se enamoró del personaje y no del hombre que lo interpreta.
Pero lejos de detonar hacia el lado del absurdo o el equívoco, la apuesta de Solarz y Taratuto busca el costado dramático y humano a un problema que parece inherente a la naturaleza de un hombre que siempre se dedicó a actuar. La contrapartida es una mujer que no sabe actuar ni tampoco fingir un personaje en la vida real. Esa ecuación no le genera al film de Taratuto un obstáculo, porque apela nuevamente a la comedia romántica para que aflore la química entre Suar y Bertuccelli, intacta desde la correctaUn novio para mi mujer -2008-.
Por otra parte, el objetivo de que el espectador rápidamente se olvide de los personajes de la película del 2008 queda consumado en la primera escena, donde la impostura actoral le gana a la impostura del estereotipo. Adrián Suar consigue desembarazarse del Adrián Suar que uno espera desde los tics y vicios, para concretar un personaje de mayor complejidad, muy honesto en relación a sus anteriores papeles con el complemento ideal de una galería de personajes secundarios a tono con la propuesta.
Tal vez los 110 minutos de duración sean excesivos en tanto y en cuanto se considere que las elipsis bien intercaladas para que avance la historia y no se estanque, resulta contraproducente con escenas que se alargan de manera innecesaria, incluso con algunas que no le aportan nada a la historia y atentan con el timing logrado por los protagonistas.