Drama | 132 min. | USA 2016
Título: El Caso Sloane.
Título original: Miss Sloane.
Director: John Madden.
Guión: Peter Chelsom, Tinker Lindsay, Allan Loeb
Actores: Jessica Chastain, Mark Strong, Gugu Mbatha-Raw, Alison Pill.
Estreno en España: 19/05/2017
Productora: Transfilm / Archery Pictures / FilmNation Entertainment.
Distribuidora: eOne Films Spain
Sinopsis
Elizabeth Sloane (Jessica Chastain) es una implacable y ambiciosa ejecutiva de un lobby armamentístico que trata de evitar que fructifique una legislación a favor del control de armas en Washington DC. Para ello intentará usar todos los recursos a su alcance. En las altas esferas del mundo político y empresarial Sloane tiene una reputación formidable. Conocida por su astucia y sus éxitos sin parangón, siempre ha hecho lo que fuera necesario para ganar. Pero cuando se enfrenta al oponente más poderoso de su carrera, se da cuenta de que la victoria puede tener un precio demasiado alto.
Crítica
Como si se tratase de un thriller testimonial de la década del 70, Miss Sloane (2016) es una obra tan perspicaz como efusiva sostenida en la singularidad de su tópico de base, los tejemanejes de los operadores políticos, y en una interpretación magnífica por parte de Jessica Chastain, una gran actriz que hoy vuelve a confirmar todo su talento…
Elizabeth Sloane está interpretada de manera extraordinaria por Jessica Chastain.
Si hay un campo que suele ser deficitario dentro del panorama cinematográfico de nuestros días es el de los estudios de personajes, principalmente porque cada vez resulta más difícil hallar dramas que logren un equilibrio cualitativo entre el/ la protagonista avasallante de turno, su entorno inmediato y el desarrollo general de la realización, la cual siempre debería garantizar tanto la fluidez del relato como el lucimiento de sus cabezas visibles. Miss Sloane(2016), el último opus del muy desparejo John Madden, es una bienvenida anomalía en este estado de cosas porque por un lado consigue construir un personaje francamente memorable, esta Elizabeth Sloane titular interpretada de manera extraordinaria por Jessica Chastain, y por el otro apuntala un derrotero narrativo ágil que se centra en un tema poco tratado en el cine, hablamos de la labor de los “lobbistas” y los grupos de presión política.
La susodicha Sloane es una mujer astuta, paranoica y en verdad inescrupulosa que lidera un equipo de lobby de una firma del rubro. Cuando llega una propuesta orientada a ganarse al público femenino en una cruzada contra un proyecto de ley que de aprobarse obligaría a un control universal de antecedentes al momento de la compra de armas en Estados Unidos, la protagonista ridiculiza la idea y termina aceptando una proposición de trabajo de un conglomerado rival para influir en el mayor número posible de senadores y dar de baja los típicos argumentos a favor de la Segunda Enmienda constitucional (el derecho a la posesión de armas).
Mientras que sus ex empleadores se preparan para una batalla cruenta en el Capitolio y los medios de comunicación, Sloane se pondrá al hombro el proyecto de ley en cuestión, denominado Heaton-Harris, y utilizará todas las tácticas y ardides de su profesión.
Como señalábamos anteriormente, el desempeño de Chastain es inmejorable ya que aquí transmite una vehemencia impresionante en todo momento: si bien está acompañada de actores excelentes como John Lithgow, Mark Strong, Michael Stuhlbarg y Sam Waterston, entre otros, su personaje es tan potente y está tan bien aprovechado por la actriz que su trabajo termina rankeando en punta entre lo más interesante del año pasado en materia de interpretaciones femeninas, a la par de lo hecho por la también maravillosa Rebecca Hall en Christine (2016).
Otro factor a destacar es el guión del debutante Jonathan Perera, el cual le encuentra una suerte de vuelta de tuerca a la clásica fábula del descenso profesional con ribetes autodestructivos, superando una primera parte volcada hacia ese cancherismo verbal excesivo -tan característico del mainstream contemporáneo- para luego bajar unos cambios y enriquecer el retrato de Sloane, que abarca su vida privada y su condición de workaholic.
Madden decide balancear los engranajes del thriller testimonial y el drama setentoso para poner el dedo en la llaga de la cara oculta de la política, los grandes intereses capitalistas y sus operadores tradicionales, esos que boicotean o apoyan leyes y regulaciones en pos de una eterna amplificación de sus márgenes de ganancia en total desmedro de la estructura republicana, los sectores humildes de la sociedad y las conquistas progresistas ganadas y por ganar.
La película se mete sin eufemismos en el ajetreo y las intrigas de los lobbistas, cuyos recursos incluyen las mentiras, los montajes, las coimas, el espionaje, la extorsión, la caza de brujas, el linchamiento público y cualquier chanchullo que explote las debilidades del oponente para prever sus movimientos y masacrarlo en el final. Aquí se unifican la ruina de la moral y el canibalismo de las elites gobernantes con los sacrificios conscientes que determinadas personas llevan a cabo cuando permiten que su profesión las fagocite…