viernes. 22.11.2024
CRÍTCA DE CINE

El Guardián de las Palabras, nuevo lanzamiento en venta directa de Resen

¿Por qué el regalo de la lectura está  tratado tan a menudo en el cine como una píldora que necesita ser recubierta de azúcar? Si alguien lee tiene que ser simplemente por diversión, no por obligación. Y la forma de experimentar la alegría de leer es escoger un libro, abrirlo y perderse entre  sus páginas. 

¿Por qué el regalo de la lectura está  tratado tan a menudo en el cine como una píldora que necesita ser recubierta de azúcar? Si alguien lee tiene que ser simplemente por diversión, no por obligación. Y la forma de experimentar la alegría de leer es escoger un libro, abrirlo y perderse entre  sus páginas. El Guardián de las palabras, una película bastante predecible en ese aspecto, no parece entender esto. Su mensaje parece ser el de que los libros pueden ser casi tan divertidos como los dibujos animados de la TV o  los míticos juegos de Arcade.

La película nos presenta a Macaulay Culkin en la cima de su carrera, (antes del inicio de su progresivo declive) como un niño temeroso que apenas se atreve a aventurarse más allá de los límites de su dormitorio, aunque eso no le prive de conocer  todas las estadísticas de lo peligroso que puede llegar a resulta todo. Un día, se pierde yendo en bici a comprar cuando le sorprende una tormenta, tropezando con una misteriosa biblioteca  donde los libros parecen extenderse interminablemente en todas direcciones.

La biblioteca tiene un mural que representa personajes famosos de la literatura: el capitán Ahab de Moby Dick, el Dr. Jekyll y Mr. Hyde, y Long John Silver de La isla del Tesoro. Macaulay tiene la mala fortuna de resbalar en un parche húmedo en el suelo, se queda inconsciente y sin comerlo ni beberlo se encuentra dentro de un dibujo animado donde las figuras del techo han cobrado vida.

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La versión en dibujos animados de Macaulay, con sus gafas redondas y su pelambrera rubia, empieza así su singular aventura con la ayuda de una serie de  guías que incluyen algunos amistosos libros parlanchines correspondientes cada uno a un género distinto:  Fantasía (voz de Whoopi Goldberg), Aventura (Patrick Stewart) y Horror (un volumen verdoso y pastoso con la voz de Frank Welker).

Lo mismo nos encontramos en medio del Pacífico con una temible ballena blanca con muy malas intenciones, vemos al Dr. Jekyll  bebiendo un vaso de vil líquido y transformándose en el horrible Mr. Hyde o a Long John Silver alzándose sobre su tripulación, incluyendo a un pequeño grumete interpretado por Culkin. Y la moraleja de todas estas historias es que el tímido niño encuentra la manera idónea  de defenderse por sí mismo – con la ayuda, por supuesto, de sus amigos, eso sí, un tanto peculiares.

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La animación, dirigida por Maurice Hunt, es sombría y un tanto lúgubre. Muchas de las escenas parecen ser vislumbradas a través de un panel crepuscular amarillento y polvoriento. No hay mucho color y muy poca nitidez. El enfoque artístico hace que los dibujos parezcan desenfocados. Y el contenido es más una especie de  paseo en montaña rusa que una historia bien trenzada.

¿Y qué aprende el héroe de la función a fin de cuentas? ¿Obtiene alguna idea de los peligros del orgullo, la ira y las otras emociones peligrosas en estas historias? No; Aprende, básicamente, a ser un marinero.  A animarse y no quejarse y dar lo mejor que pueda. Con este entrenamiento, el niño no volverá a leer otro libro en su vida, pero puede protagonizar las secuelas de “Terminator”.

Muchos de nosotros cuando teníamos  la edad del niño protagonista de la película, leímos muchos de esos viejos cómics clásicos ilustrados, incluyendo Moby Dick.

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Los maestros decían que eran adulteraciones aguadas de los originales, pero  al menos estaban bien dibujados. El capitán Ahab tenía una obsesión por Moby Dick, pero en El guardián de las palabrassimplemente tiene un problema de comportamiento.

Lo paradójico es que el film  comienza de una manera muy prometedora, antes de que la animación tome el relevo. La idea de un niño con temores obsesivos es atrayente, y el personaje de Culkin es un clásico. En su dormitorio, frente al letrero de “No Fumar”, hay una alarma de incendio detrás de un panel con la etiqueta “En caso de incendio, romper el vidrio”. Junto a él en la pared hay un par de zapatos, con la señal, “En caso de que haya vidrios rotos, ponerse éstos. Sus padres (Ed Begley Jr. y Mel Harris) están desesperados con él,  pero justo cuando el desarrollo argumental comienza a tomar forma, aparece la parte animada y todo acaba yéndose al traste.

El Guardián de las Palabras, nuevo lanzamiento en venta directa de Resen