De todas las películas de Curtis Harrington ¿Quién mató a tía Roo? es de lejos la más subversiva. Esto puede ser debido al hecho de que toma sus orígenes del mundo oscuro de los cuentos de hadas para niños. Una versión salvaje de Hansel y Gretel fruto de una mente demencial que firmó películas de culto instantáneo como La muerte llama a la puerta, Planeta sangriento o ¿Qué le pasa a Helen? (rodada un año antes que el título que nos ocupa y también con Shelley Winters en cabeza de cartel).
Inglaterra, años 20. Para los niños del orfanato, Tía Roo es una amable viuda americana que cada año celebra una gran fiesta de Navidad en su mansión de Forrest Grange, a la que invita a un grupo seleccionado de huérfanos. Todos los niños del Hospicio la adoran, y cada año esperan formar parte del grupo de elegidos para la espectacular celebración. Sin embrago, la realidad es que detrás de toda esa amabilidad y amor, la tía Roo esconde un rostro malvado, desequilibrado y con un oscuro secreto. Una Navidad se fija en una niña que le recuerda a su hija fallecida...
Situada en los años 30 del siglo XX, la película se abre con Rosie cantando una canción de cuna a su hija. La muchacha, de unos diez años de edad, parece que duerme pacíficamente. Después de que Rosie termine la canción y salga de la habitación, la cámara vuelve a la cama y la chica resulta ser un cadáver en estado de putrefacción. Títulos de crédito iniciales... Una limusina negra se desliza a través de la noche tempestuosa y se detiene delante de la puerta principal de la mansión de Forrest. El Sr. Benton (Ralph Richardson) sale del coche y entra en la casa. Es recibido por el mayordomo Albie (Michael Gothard). Albie acompaña al señor Benton al salón. El Sr. Benton saluda a Rosie. El Sr. Benton es un vidente que se comunica con la hija muerta de la madre en duelo, pero en realidad todo es un truco para poder sacarle el dinero.
Tanto el diseño de producción como el guion (escrito por el también director de la productora Hammer Jimmy Sangster son impecables, sostenidos por unas interpretaciones muy creíbles y un duelo actoral de primera entre la más veterana Shelley Winters y los dos niños a los que llevará por la calle de la amargura, Mark Lester (quien alcanzó bastante fama a edad temprana con títulos como Oliver o A las nueve cada noche) y Chloe Franks (menos conocida que su compañero de reparto y que siguió su carrera artística principalmente en olvidables series de televisión).
El film, se puede ver como un miniclásico británico, con una música competente y una gran atmósfera. El manejo de Harrington del suspense salpicado de instantes de terror puro y duro consigue que el espectador se mantenga en una tensión constante acentuada en la segunda mitad del film. Auntie Roo. La trama de "niños en peligro" es una manera infalible de poner a la audiencia en el borde del sobresalto.
El elegante ritmo de Harrington funciona para esos fines. Con todo y con ellos, esta es una película tan divertida como retorcida.