Drama | 123 min. | Francia 2015
Título: Tres recuerdos de mi juventud.
Título original: Trois souvenirs de ma jeunesse.
Director: Arnaud Desplechin.
Guión: Arnaud Desplechin, Julie Peyr.
Actores: Mathieu Amalric, Lou Roy-Lecollinet, Quentin Dolmaire, Léonard Matton.
Estreno en España: 27/05/2016
Productora: Why Not Productions.
Distribuidora: Vértigo Films.
Sinopsis
Paul Dedalus deja Tayikistán recordando su infancia en Roubaix, las locas crisis de su madre, el vínculo que le unía a su hermano Ivan, niño piadoso y violento. Él recuerda sus 16 años, a su padre, viudo inconsolable, el viaje a la URSS donde una asignación clandestina le llevaría a ofrecer su propia identidad a un joven ruso. Recordará también sus 19 años, su hermana Delphine, su primo Bob, de sus escapadas con Pénélope, Mehdi y Kovalki, el amigo al que tuvo que traicionar. Sus estudios en París, el encuentro con el doctor Behanzin, su vocación inherente para la antropología. Y, sobre todo, Paul se acordará de Esther. El corazón de su vida.
Crítica
Lo que en un principio sugiere Tres recuerdos de mi juventud -2015-, nuevo opus del prestigioso Arnaud Desplechin parece un film sobre el doble y la identidad, pero rápidamente esa idea se disuelve en un viaje nostálgico y a la vez enérgico hacia el pasado, cuyo nexo conceptual recae en los recuerdos del protagonista bajo el pretexto de un interrogatorio cuasi detectivesco.
Mathieu Amalric interpreta a Paul Dédalus, personaje misterioso, quien cobra trascendencia a partir de la idea de regresar a Francia tras varios años en el extranjero. Desde allí, el pasado va tomando diferentes formas y definiendo algunas particularidades de este Paul Dédalus, con la salvedad que en otra parte existió un Paul Dédalus ya fallecido por lo que el enigma sobre quién es el verdadero apela a la reconstrucción a través de los recuerdos.
Mathieu Amalric interpreta a Paul Dédalus, personaje misterioso.
El título hace referencia a etapas importantes para el protagonista, pero Desplechin se concentra en lo que a su adolescencia se refiere. Así, la rebeldía propia de los jóvenes de aquella época se mezcla con las hormonas y la euforia del primer amor, también de los primeros desencantos y la presencia imborrable de Esther -Lou Roy-Lecollinet- capaz de transmitir a cámara cualquier sentimiento creíble por su enorme fotogenia.
La puesta en escena para la etapa de la adolescencia adopta una serie de elementos que la alejan de lo convencional.
Esther enamora a Paul -Quentin Dolmaire-, pero la asfixia obliga a la separación y a que cada uno tome rumbos distintos. Sin embargo, no deja de estar presente a diario en las cartas que ambos amantes se obsequian por esos besos robados que no alcanzan.
La puesta en escena para la etapa de la adolescencia adopta una serie de elementos que la alejan del código convencional, como por ejemplo la inserción de la voz en off cuando fragmentos de las cartas acompañan las imágenes, pero también cuando los personajes hablan a cámara e interpelan al espectador.
La nostalgia dice presente en la propuesta cinematográfica integral y la elección del actor y director Mathieu Amalric le pone rostro a ese desgaste de la nostalgia que el director de Reyes y reina -2004- sabe explotar sin llegar a la demagogia y mucho menos a un formalismo hueco.
Tres recuerdos de mi juventud rescata la energía de un cine francés que escapa del hermetismo dialéctico pero se vuelve igual de profundo y conmovedor sin necesidad de subrayados o excesos de vanidad. http://cinefreaks.net/