Drama | 96 min. | India-Francia | 2019
Título: Señor.
Título original: Sir.
Dirección: Rohena Gera.
Guión: Rohena Gera.
Intérpretes: Tilotama Shome, Vivek Gomber, Geetanjali Kulkarni, Rahul Vohra.
Estreno: 27/09/2019
Productora: Inkpot Films Private Limited.
Distribuidora: Surtsey Films.
Sinopsis
Ratna es una joven que se queda viuda a los 19 años, tras haberse casado el año anterior. Tras este suceso, decide viajar a la ciudad de Mumbai, donde comienza a trabajar como la criada de Ashwin, el hijo de una famosa familia de arquitectos. El propio Ashwin ha tenido otro revés en su vida amorosa: su boda, que estaba a punto de celebrarse, se ha cancelado en el último minuto por una infidelidad llevada a cabo por su prometida. Centrándose únicamente en su trabajo, el comportamiento de Ashwin comenzará a cambiar cuando la relación con Ratna prometa ser algo más que la relación entre una criada y su señor.
Crítica de Vicente Ignacio Sánchez:
“Señor” tiene poco que ver con el concepto que tenemos del cine indio y en especial de las grandes producciones de Bollywood. En esta cinta no hay canciones ni bailes, pero si una interesante crítica al sistema de castas y a la pobreza de este país asiático.
La veterana realizadora Rohena Gena es la encargada de dirigir y escribir esta bonita historia de amor y superación. Se trata de una producción independiente de poco presupuesto en la que se actualiza el viejo cuento de cenicienta: Ratna (Tillotama Shome) sueña con ser diseñadora de moda y poder salir de la pobreza. Trabaja de empleada de hogar en casa de Ashwin (Vivek Gomber). Un joven rico que acaba de romper con su novia y se encuentra perdido en la vida. Entre los dos irá surgiendo una potente historia de amor.
Es indiscutible que la cinta tiene una marcada simpatía hacia la cultura occidental, y en especial hacia los Estados Unidos.
“Señor” se desarrolla en Bombay y cuenta con todo el exotismo propio del cine indio. Sin embargo en esta ocasión parece una cinta dirigida especialmente para la distribución y consumo en occidente. De hecho la película fue seleccionada por la Semana de la Crítica en Cannes para competición y recibió el apoyo del World Cinema Fund (Cinémas du monde) del CNC (Centro Nacional de Cine) en Francia para la postproducción. Incluso la propia Rohena Gena ha pasado una gran parte de su vida fuera de la India; se licenció en la Universidad de Stanford (B.A.) en California y Sarah Lawrence College (M.F.A.) en Nueva York.
Es indiscutible que la cinta tiene una marcada simpatía hacia la cultura occidental, y en especial hacia los Estados Unidos. El propio protagonista confiesa durante la película lo feliz que fue viviendo en Nueva York. Ciudad que considera como el baluarte de la libertad y la justicia. Tema que daría para muchas tesis doctorales.
Da la impresión de que la directora no se siente demasiado cómoda a la hora de defender la grandeza e importancia de la cultura hindú. Es cierto que la historia propone un cambio, y que aboga por romper las castas y las cadenas, pero lo hace de una forma demasiada ingenua y sencilla. Casi como podría contarlo un extranjero no demasiado conocedor del milenario sistema de castas.
En “Señor” los personajes se muestran demasiado crueles e insensibles hacia el servicio. Si en la “Roma” de Cuarón la sirvienta era una más de la familia, en esta película “la criada” está muy cerca de la esclavitud y la marginación. Presenta a una sociedad cobarde, donde nadie se rebela de forma clara, y en la que no se propone un cambio radical para terminar con el sistema de división social. Occidente se presenta como la única alternativa y el espejo hacia el que hay que mirar.
A pesar de los clichés, y de que en ocasiones roza el culebrón, la historia funciona de una manera sencilla y elegante. Quedan bien reflejados algunos de los problemas con los que se enfrenta la India del siglo XXI, como la contaminación y la pobreza.
No obstante la principal virtud de la cinta es el magnetismo y carisma que desprende Ratna, interpretada por una magnífica Tilotama Shome (“La boda del monzón”). Una actriz carismática que prácticamente está presente en todos los planos de la película. Es difícil no sentir empatía por esta cenicienta de Bombay.