Woman of the Photographs: La ilusión de la belleza
Woman of the Photographs
Título original
- Shashin no onnaaka
- Año
- 2020
- Duración
- 89 min.
- País
- Japón
- Dirección
- Guion
-
Takeshi Kushida
- Música
-
Shigehiko Saito
- Fotografía
-
Yu Ohishi
- Reparto
- Productora
-
Pyramid Film
- Género
- Intriga. Fantástico. Thriller
- Sinopsis
- Kai, que regenta una tienda de fotografía bastante especial, descubre el placer de amar a una mujer. Kyoko es hermosa y una modelo con una enorme cicatriz en su cuerpo. Está confundida sobre su propia identidad y autoestima. Kai la ayuda con la percepción de sí misma gracias a sus habilidades de retoque fotográfico.
- CRÍTICA
Del 21 al 28 de abril se estará realizando en Madrid el V ciclo de cine japonés en Kinépolis Ciudad de la Imagen; una de las películas que está haciendo parte de este evento es Woman of the Photographs, escrita y dirigida por Takeshi Kushida, en éste su segundo trabajo el realizador japonés se basa en la soledad, la búsqueda de identidad, las carencias afectivas y el impacto de las redes sociales como canal de aceptación y medidores de autoestima.
Cuatro personajes enmarcan la historia: Un fotógrafo Kai (Hideki Nagai) que tiene como mascota a una mantis religiosa, un hombre callado, rutinario, cuyo mayor placer en la vida es fotografiar insectos y equilibra su pasión retocando fotos.
Una bailarina frustrada Kyoko (Itsaki Otaki) quien mide su valor personal a través de una red social, donde comparte fotos emulando posiciones de ballet y yoga con una estética elegante y estilizada. Y dos personajes secundarios que representan las inseguridades físicas, y los vacíos emocionales por las pérdidas afectivas.
Las vidas de Kai y Kyoko se cruzan, cuando él está en el bosque tomando fotos a insectos y encuentra a Kyoko herida con una profunda cicatriz debajo de la clavícula, a partir de este momento se crea una complicidad entre los dos, a pesar de la parquedad de Kai que se ve ablandada por la dulzura de Kyoko, quien tiene un pasado incierto, y le ayuda al fotógrafo a llenar ese vacío materno que perdió siendo niño.
Los bellísimos contrapicados y los primeros planos a los personajes nos invitan a intimar con ellos, a través de una poesía visual a cargo de Yu Ohishi, que nos hace percibir lo hermosa pero a la vez ofensiva e irritante que puede ser una cicatriz, es por eso que Kushida le da máxima relevancia en este filme al color rojo, con una fuerza tal que retrata una realidad donde estamos acostumbrados a que la mentira puede ser sinónimo de felicidad, pero a la hora de la verdad, resulta tan efímera en esta Era de los retoques digitales, la ansiosa búsqueda de aprobación en la sociedad, y una identidad que se ve vulnerada cuando se deja de existir en el ciberespacio.
El simbolismo de la mantis religiosa como la base espiritual que se ha ido desvaneciendo en una época donde prima la superficialidad, y que se intensifica con el poder de las mentiras e ilusiones que abundan en las redes sociales.
Kushida nos brinda con un bellísimo lirismo una película que cuestiona, que nos invita a indagar dentro de nosotros para saber ¿Quiénes somos realmente? Y deja en evidencia que los mejores momentos de la vida son aquellos que no quedan registrados en una cámara, sino en la memoria, pues a ciencia cierta es la que nos permite construir nuestra verdadera identidad.