CRÍTICA
El pasado sábado 18 de febrero, dentro de la gira de despedida del grupo La cabra mecánica y con motivo del carnaval 2023 se pudo disfrutar de un concierto en la plaza de la constitución de Fuenlabrada de forma gratuita. Últimamente ver un concierto de este nivel de forma gratuita, en esta nueva cultura nacional donde todos queremos ser ricos y si puede ser con el trabajo de los demás mejor, se me hace una bendición. Me imagino que tiene que ver con la proximidad de las elecciones municipales, pero aun así, después de una pandemia mundial y en los prolegómenos de lo que parece el inicio de la tercera guerra mundial, se agradece que un ayuntamiento ayude a que su pueblo se tome un respiro para alegrarse el alma y se gaste el dinero en pagar a los expertos en guiar nuestros corazones. Y esos son los artistas, no os lieis. No hay nada que reconforte más el alma que ir con tu hijo y tus amigos a un concierto, a mí me carga las pilas para unos meses.
La cabra mecánica comienza su andadura oficial con el disco “cuando me suenan las tripas” (1997). Por aquel entonces yo vivía en Lavapiés y la canción “Vengo de Lavapiés” era un himno en el barrio. Ese disco lo ponían en todos los bares y cuando sonaba ese tango/punk que era “Reina de la mantequilla” enloquecíamos y las copas volaban. Su segundo disco “Cabrón” de 1999 pasó más desapercibido, cosa que no entiendo, pues temas como “De buena mañana” eran el preludio de lo que vendría después. O “Sobre cañones y moscas”, para mí una genialidad al más puro estilo “bobdyliano”.
Cada canción de este disco es diferente, aquí agitan la coctelera para mezclar muchos estilos y cada tema es una experiencia única. Siempre arropadas con esa voz semi rota y esas letras a veces rapeadas de Lichis que marcan un estilo particular. Pero en 2001 llegó bajo la producción de Alejo Stivel “Vestidos de domingo” y todo explotó. Un disco para bailar, para los momentos de buen rollo. Un disco con poderosos temas como “Felicidad”, “Fábula del hombre lobo y la mujer pantera”, “Maceta” y por supuesto “La lista de la compra” con la colaboración de María Jiménez que se ha convertido en patrimonio de la humanidad como la Alhambra de Granada. ¡Maldito Hit!.
Este tema brilló con la intensidad del sol. Esa luz que lleva a las moscas a su ejecución, esa luz que después de mirarla ya no ves nada más alrededor. Este hit abrió las puertas de un centro comercial en llamas y por esa puerta salieron disparados hacia el universo de La cabra mecánica millones de personas cegadas por la luz de este “temazo”. Yo esta canción le he bailado hasta con mi madre, es universal. Una bendición y una maldición en igual proporción.
Después vino el disco en directo “Ni jaulas ni peceras” (2003) que también contenía ese tema que fue campaña de la ONCE “No me llames iluso” que prolongó la luz cegadora. En 2005 “Hotel Lichis” vuelve a traer la rumba más popular como en “El malo de la película”, “la uña de la rumba” o “¡Ay! Poetas” mezclado con “Gracias por nada”, “Como Penélope en la estación del AVE” o “Antihéroe” al más puro estilo rock independiente nacional. Otro menú exquisito y variado, pero nosotros seguíamos cegados por esa luz.
El sábado me fui con mi hijo y unos amigos a Fuenlabrada central a reencontrarme con La cabra mecánica. Ya han pasado más de 20 años de la luz cegadora, ya puedo ver lo que hay alrededor del grupo. El concierto fue de menos a más, el grupo empezó con cierta frialdad, pero según iba avanzando los músicos empezaron a dejarse llevar y todo acabó sonando de fábula.
Tocaron un recorrido por su carrera, desde la rumba y la salsa que inundan sus canciones con tres vientos que hicieron nuestras delicias, hasta el rock más informal como en “Gracias por nada”, “Siesta”, etc… y sí, como recordó varias veces Lichis a lo largo del concierto a los más deslumbrados, tocaron “la lista de la compra”. Lichis, como dijo él, en venganza por la plasta que le dan los cegados de ese maldito hit, esos irrespetuosos que, cuando da un concierto con su nueva aventura en compañía de Rubén Pozo le piden “tócate una de la cabra…” interpretó “Loquillo” del disco “Mesa para dos”. Yo en el concierto volví a descubrir a este maravilloso grupo. Hice un esfuerzo por no estar cegado. Recomiendo a los que puedan ir a verlos, si es que vuelven a tocar, que escuchen con calma los discos, que se dejen sumergir en el rock más profundo, que le den una oportunidad a la parte más underground del grupo. Apartaros de la luz cegadora y mirar lo que hay alrededor que es muy bueno.
Y a ti Lichis, que te voy a decir… Para mi te has ganado el derecho a tocar en el escenario lo que te de la gana, sin excusas. Eres “el malo de la película” el forajido en el oeste. Eres el “Antihéroe” en un pueblecito en medio del desierto de Arizona y la civilización, la industria y el progreso te intentaron absorber, pero tú perteneces al desierto. Pero no te olvides que cuando la tormenta de arena devuelve el desierto al pueblo, y el corazón a los aldeanos se nos llena de soledad, todos queremos que nos salve el forajido. Entiéndenos a los aldeanos, que queremos seguir bailando esos malditos hits contigo.
Ya solo puedo decir, que como siempre, gracias “Cabras”.
