Thriller | 124 min. | USA-Australia | 2020
Título: El Hombre Invisible.
Título original: The Invisible Man.
Dirección: Leigh Whannell.
Guión: Leigh Whannell (Novela: H.G. Wells).
Intérpretes: Elisabeth Moss, Storm Reid, Harriet Dyer, Aldis Hodge.
Estreno: 28/02/2020
Productora: Blumhouse Productions / Dark Universe / Universal Pictures / Goal Post Film.
Distribuidora: Universal Pictures Spain.
Sinopsis
Cecilia (Elisabeth Moss) es una mujer atrapada en una tóxica relación con Adrian Griffin (Oliver Jackson-Cohen), un rico y brillante científico, que también resulta ser un sociópata manipulador. Cuando este se quita la vida, deja a Cecilia una jugosa parte de su gran fortuna. El único requisito para recibir esta herencia es que ella no sea declarada como incapacitada mental. A medida que una serie de coincidencias se vuelven letales, y amenacen su vida y la de sus seres queridos, la cordura de Cecilia comenzará a desmoronarse. Empezará a sospechar que la muerte de su ex fue un engaño, mientras tratará desesperadamente de demostrar que está siendo atormentada por alguien que nadie puede ver.
Crítica
De los Monstruos clásicos de la Universal el hombre invisible debe ser uno de los personajes con menos apariciones en las últimas décadas (esto podría dar pie a alguna humorada pero mejor dejémoslo ahí). En los 90’s tuvimos Diario de un hombre invisible, híbrido sin hallazgos que dirigiera con evidente desgano el gran John Carpenter como vehículo para un Chevy Chase que ya había iniciado un declive artístico innegable. A principios de los 2000 le tocó el turno a El hombre sin sombra, película también fallida pero mucho más jugada en tono: no podía ser de otra forma estando el holandés Paul Verhoeven a cargo de la dirección. Veinte años después, el rentrée de tan icónico personaje de la era de oro del cine de terror llega de la mano de un realizador sin tanto nombre pero con algunos buenos antecedentes como guionista: se trata del australiano Leigh Whannell, conocido gracias a su asociación con James Wan en la saga de El juego del miedo.
“ Leigh Whannell se reserva algunas sorpresas y un par de vueltas de tuercas sabiamente ejecutadas durante el desarrollo de esta película de mediano impacto que se eleva del montón gracias a una interpretación femenina electrizante ".
Vale aclarar que la Universal intentó reeditar su Universo de monstruos y villanos a partir de La momia (2017), pero el filme con Tom Cruise resultó un fiasco de taquilla y el proyecto de plasmar El hombre invisible fue cambiando no sólo de protagonista (se suponía que sería Johnny Depp) sino de argumento y, especialmente, de enfoque.
Whannell sacó provecho de una temática actual tan urticante como la violencia de género para articular un relato que construye un buen protagónico para esa excelente intérprete que es Elisabeth Moss (premiada actriz de la serie El cuento de la criada) y abandona a su suerte al resto del elenco que no logra evitar caer en la unidimensionalidad. Ejemplo: el antagonista no sólo es un ser detestable sin redención sino también plano, maniqueo, sin matices. Por cierto, que lleve el título del filme es una cuestión meramente de marketing. Supongo que La ex del hombre invisible no parece una alternativa muy comercial que digamos, ¿no?.
Esta nueva versión sobre un científico (loco o no) que descubre la fórmula de la invisibilidad no demora nada en presentar a Adrian Griffin (Oliver Jackson-Cohen) como un abusador sádico y manipulador, aunque el maltrato nunca se muestre explícitamente con la sola excepción del comienzo donde es utilizado como golpe de efecto. El escape desesperado de Cecilia Kass (Elisabeth Moss) de la aislada mansión frente al mar en la que convive junto a este millonario experto en tecnología aplicada a la óptica, expone con suma claridad el tipo de relación tóxica que tenían y, desde ya, el rol que ocupaba cada uno en la misma. La fantástica expresividad de Moss nos permite imaginarnos con lujo de detalles el padecimiento de un personaje que se arma de coraje para cambiar el estado de cosas sin por eso dejar de sentir un miedo terrible.
Lo más destacado de El hombre invisible hay que buscarlo en la primera mitad de una trama que apela al minimalismo y a la sugestión para transmitirle incertidumbre y tensión al espectador. Whannell no es un director creativo como su amigo James Wan pero se las rebusca para que el interés no decaiga nunca sin excederse en el usufructo de recursos artificiosos para alcanzar su objetivo. El gran logro, qué duda cabe, es la actuación de Elisabeth Moss que es el centro y corazón de una historia en la que es imposible no empatizar con su Cecilia. El arco de transformación de esta mujer joven es bastante drástico, y aún cuando el guión se desboca al ponerla en situaciones donde el verosímil tambalea, la actuación de Moss es siempre creíble y sostiene el conflicto hasta un final no del todo satisfactorio. Contundente, sí, convincente… no tanto.
Leigh Whannell se reserva algunas sorpresas y un par de vueltas de tuercas sabiamente ejecutadas durante el desarrollo de esta película de mediano impacto que se eleva del montón gracias a una interpretación femenina electrizante (seguramente merecedora de un material dramático más inspirado). Sin ser una maravilla, El hombre invisible está por encima del promedio que ofrece el género hoy día. Cine Freaks.