La noticia saltó hace unos cuantos días: Gisela, quien ya fuera escogida por Disney para interpretar la banda sonora original de Peter Pan 2: Regreso Al País De Nunca Jamás mientras estaba participando en la primera edición de Operación Triunfo, seguiría la lóngeva tradición de canciones de Disney en español y actuaría en los Oscars poniendo voz a la candidatura a mejor canción original del megataquillazo Frozen 2.
Fue una presencia breve (con error de presentación incluída) , y al final el gato al agua se lo llevó Elton John con la canción (I´m gonna) Love Me Again, pero lo cierto es que durante unos momentos nos vimos invadidos por la nostalgia recordando grandes clásicos de nuestra infancia y adolescencia como Mi reflejo, de Mulan; Tarzan, con el gran Phil Collins versionando en nuestro idioma; No importa la distancia, de Hércules, con la voz de Ricky Martin; Sueña, de El Jorobado de Notre Dame, cantada por Luis Miguel; Un mundo ideal de Aladdin, Busca lo más vital de El Libro de la selva o Bella y Bestia son, entre muchas otras.
Si nos remontamos a la época del cine clásico hollywoodiwnse, el pianista valenciano José Iturbi y el inimitable catalán Xavier Cugat y su gran orquesta entonando exóticas y divertidas melodías pueden considerarse nuestros pioneros en lo que a música española en la Meca del cine se refiere. Ambos demostraron su arte y poderío en títulos como Tres días de amor y fe, Escuela de sirensas, Adorable coqueta, Al compás del corazón o la mítica Levando Anclas (sólo coincidieron una vez en pantalla, en la recuperable Festival en México), pero pocos sabran que, por ejemplo, Cugat compuso una jota para un título tan a contracorriente en cuanto al género musical se refiere como La legión de los hombres sin alma). Otro barítono mallorquín a reivindicar fue el desconocido Fortunio Bonanova, quien ofreció sus dotes cantoras en títulos como Don Juan o Fiesta Brava.
La tradición de grandes compositores triunfando en Hollywood ha sufrido una eclosión en estos últimos años. Hay que quitarse el sombrero ante las críticas entusiastas de nombres como Lucas Vidal, quien firmó soundtracks tan populares como los de Fast&Furious, El estigma del mal, Tracers o la más recinte Paradise Hills, y hasta puso banda sonora en 2013 a Jobs, la película sobre la vida del creador de Apple. Su nombre se une al de los más conocidos Alberto Iglesias, quien dirigió las partituras de blockbusters como Exodus: Dioses y Reyes, El jardinero fiel o El Topo; Fernando Velázquez, músico de cabecera de Juan Antonio Bayone en sus éxitos internacionales (Lo Imposible; Un monstruo viene a verme...) y Roque Baños, quien trabajó en obras tan conocidas como Millennium: Lo que no te mata te hace más fuerte, No Respires o En el corazón del mar.
Y por supuesto, en cuanto a solistas se refiere, no hay que olvidar al gran Antonio Banderas, quien empezó a ser conocido entre las celebridades norteamericanas a todo trino con Los reyes del mambo tocan canciones de amor.