Editorial: Lunwerg Editores
Temática: Actualidad | Testimonios
Colección: Testimonios de vida
Número de páginas: 248
CRÍTICA
Cada 2 de abril se celebra el día de la concienciación sobre el autismo, actualmente hay una prevalencia de 1 caso por cada 50 nacimientos aproximadamente, el acceso al diagnóstico, suele situarse entre los 3 o 4 años. Pero si para las familias con hijos TEA es complicado el acceso a diagnóstico, esta situación se complica en adultos autistas, y en este punto es de agradecer la valentía de la autora al escribir este libro.
Sara Codina (Barcelona, 1979) es directora de la escuela de música Joan Llongueres en Barcelona y una conocida activista e instagramer a través de su perfil @mujeryautista, donde da visibilidad para conocer la realidad sobre el amplio espectro y romper moldes y tópicos. Ahora, en esta primera incursión literaria, se lanza a hablar sin tapujos de su diagnóstico tardío a los 41 años.
No se trata de un libro de autoayuda ni pretende ser un libro de psicología, sino un libro autobiográfico, con un lenguaje próximo, natural y con su característico sentido del humor, de ahí el título de neuro divina. Sara nos aproxima a todo el proceso de construcción como persona adulta que descubre su diagnóstico para poder unir finalmente todas las piezas y entender el porqué no encajaba en tantas situaciones, descubrir que no está rota.
"Un día descubres que llevas cuarenta años siendo autista sin saberlo y por fin, puedes poner nombre a lo que te pasa"
Se trata de un viaje a su infancia, recordando comportamientos y primeros indicios que en aquella época pasaron desapercibidos. Planteándose como podría haber mejorado su vida en la infancia o adolescencia si hubiese recibido apoyos y adaptaciones y sabiendo que detrás de esas crisis de conducta había un motivo.
A parte del diagnóstico recibido en edad adulta, el segundo aspecto a tratar es el sesgo de género. Hasta la actualidad se diagnosticaba un caso de mujer por cada cuatro de hombre, y en recientes estudios y publicaciones, se muestra la dificultad en su valoración por motivos como el enmascaramiento e imitación de comportamiento que suelen hacer las niñas. Muchas veces el autismo queda ocultado en una supuesta timidez, por lo que pruebas para detectarlo en la infancia estaban enfocadas en los niños, y estas niñas no eran consideradas autistas. Al no encajar en los perfiles estereotipados de hace unos años, estas no accedían ni a terapias ni a apoyos. En los últimos años se están presentando varios libros que tratan justamente del desconocimiento e invisibilidad del autismo en femenino, como es el caso de Mujeres autistas desde dentro del espectro (2018), Mujeres y Autismo. La identidad Camuflada (2022) o El arte de no encajar (2023).
Hay un recurso que la autora utiliza continuamente en el libro y se trata de enumerar situaciones, ideas y el uso de esquemas u organigramas. Justamente esta es una característica muy típica en las personas autistas, por la necesidad de organizar y planificar, para evitar olvidos y anticipar con tiempo, sea con pictogramas o anotaciones.
Se presenta en treinta capítulos, pero se dividiría básicamente en tres bloques: La vida siendo autista sin saberlo, con el pasado y la infancia de no encajar; el momento de recibir el diagnóstico y entender tantas situaciones vividas y, finalmente, el duelo y la aceptación a la vez de sentir miedo a ser juzgada en el entorno familiar o laboral, ya que la mirada y escrutinio externo suele ir acompañado de la ignorancia y tabúes hacia esta condición.
Se trata sin duda de libro ameno, casi una conversación con su autora, donde ella misma plantea preguntas y respuestas. De lectura ágil y entretenida, no pretende actuar como una experta en la materia, pero si dar este testimonio en primera persona y mostrar indicios y pautas para poder guiar a mujeres que sospechen que pueden estar en el espectro, así como a familias con hijas con dificultades. El fin es el de animar a buscar un buen profesional para recibir el diagnóstico.
