Drama | 107 min. | EEUU 2016
Título: Resucitado.
Título original: Risen.
Director: Kevin Reynolds.
Guión: Paul Aiello, Karen Janszen, Kevin Reynolds.
Actores: Joseph Fiennes, Tom Felton, Cliff Curtis, Peter Firth.
Estreno en España: 23/03/2016
Productora: LD Entertainment, Big Wheel Entertainment, Affirm Films
Distribuidora: Sony Pictures.
Sinopsis
Sigue a un centurión romano agnóstico con la misión de investigar la desaparición del cuerpo de Jesucristo y los crecientes rumores sobre la resurrección del Mesías.
Crítica
Que bien que sienta una película con trasfondo bíblico justo antes del atracón de torrijas, pestiños y buñuelos con los que celebraremos el recogimiento y pasión espiritual de esta semana festiva que se avecina. Al menos hay que reconocerles a los responsables de Resucitado (Risen) el esfuerzo llevado a cabo a la hora de proponernos un relato original que se aparte del biopic hagiográfico con el que suelen bombardearnos por estas señaladas fechas.
Aquí la gracia estriba en la minuciosa investigación a posteriori que lleva a cabo un tribuno romano cunado se entera de que Jesús (Yeshua) de Nazaret, quien había sido fehacientemente crucificado, muerto y enterrado, anda vivito y coleando tras los tres días de duelo preceptivo, dedicándose a seguir impartiendo doctrina a sus acólitos como si tal cosa. Entonces el consternado romano dirigirá sus pesquisas hacia los que compartieron los últimos momentos junto al presunto finado, léase María Magdalena, apóstoles, guardias burlados, o cualquiera que pasara por allí y pudiera aportar algo de información.
Poco a poco, y como si una cuestión de fe se tratara, a base de golpes de fantasía o trucos milagrosos a lo David Coperfield (ojo al momento ahora me ves, ahora no me ves), el detective abrazará la luz cristiana convencido de que Dios es uno y trino. A grandes rasgos este sería el meollo del asunto de una propuesta argumental que, por desgracia, se agota a la media hora de peripecia filmada.
Lo que se nos cuenta no acaba de funcionar debido en gran parte a su indefinición genérica.
Lo que se nos cuenta no acaba de funcionar debido en gran parte a su indefinición genérica: como documento histórico deja mucho que desear y no aguantaría una segunda lectura un poco más profunda; como film de acción como el que se deja entrever en el engañoso tráiler tampoco nos convence, porque si bien al principio parece que los tiros van a ir por la épica sanguinolenta (la batalla inicial entre legionarios de Roma y legionarios de Cristo), de repente todo muta a una colección de diálogos insípidos sin que volvamos a saber de argucias militares o cualquier atisbo de actividad beligerante.
Si pudiéramos adscribir este film a algún tipo de género, éste sería sin duda al de la comedia.
En todo caso si pudiéramos adscribir este film a algún tipo de género, éste sería sin duda al de la comedia, tan sólo por ver las caras de asombro que va poniendo el héroe de la ficción (un pétreo e hierático Joseph Fiennes) a medida que le van explicando de que va eso de la resurrección de entre los muertos o por los rostros extáticos de los cristianos convencidos, quienes en su afán de transmitir amor al prójimo parece más que se hayan fumado algún tipo de sustancia alucinógena.
Pero que te rías no es un mérito de la película, precisamente, ya que esta busca en todo momento ser trascendente y seria, aunque a la postre sus frustrados objetivos deriven en todo lo contrario. El guion, sospechosamente firmado por un hermano del productor, es plano y carece de personalidad, y las interpretaciones tampoco es que rayen a gran altura, aunque como parte del rodaje tuvo lugar en Almería, los espectadores podrán ir matando el tiempo reconociendo paisajes andaluces y actores secundarios españoles que han prestado su talento al servicio del cine estadounidense (por allí pululan entre otros María Botto, Jan Cornet, Manolo Caro, Luis Callejo, Antonio Gil o Tomás Pozzi).
Desplegado como si fuera un capítulo de los flojos de Ley y Orden, el escepticismo de parte del elenco actoral trasciende al propio público, que no acaba de entrar en la narración en ningún momento. En el lado positivo de la balanza vale la pena destacar al siempre cumplidor actor británico Peter Firth (muy popular en su país gracias a la serie de espías Spook) y la fotografía de Lorenzo Senatore, acostumbrado a este tipo de péplums, pues no en vano trabajó de operador en Hércules y Northmen: Los Vikingos. En cuanto a la banda sonora se refiere, firmada por el cada vez más internacional compositor hispano Roque Baños, vale la pena resaltar un tema (el principal) dedicado a Jesucristo y su entorno, una melodía bella y emotiva que va tomando cuerpo y forma a medida que avanza la acción, hasta llegar a una notable eclosión final.
En definitiva, viendo a esos tres crucificados del principio de la película a los que se les aplican torturas crueles ante la atónita mirada de sus familiares y luego son abandonados a su suerte, nos dan ganas de volver a ver La vida de Brian de los Monty Python, que aunque no sea precisamente el ejercicio visual para la conversión cristiana más adecuado, al menos es una gran película.