Si algo está claro en el sector audiovisual es que estamos en medio de un cambio importante que nadie sabe cómo terminará. Algunos lo llaman burbuja. Fusiones entre gigantes, nuevos operadores, más producción original, hábitos de consumo hasta ahora desconocidos, cada vez más contenidos de pago… derivan en oportunidades y despiste a partes iguales entre los productores. Y los españoles no escapan a esta situación.
Lo único que está claro es que hoy en día la batalla se libra en la adquisición de derechos de películas y series, el bien más preciado y la principal moneda de cambio para todos aquellos dedicados a la distribución de contenidos. Pero, ¿y para los productores? En Audiovisual451 nos hemos preguntado cuál es el efecto que los nuevos jugadores como Netflix, Amazon o Movistar+, entre otros, están teniendo sobre el cine producido en España, tanto a nivel de producción como de taquilla.
La primera lectura se hace rápido: nunca antes se había producido tanto en España. Aunque el boom parece situarse por el momento en el formato seriado, el número de largometrajes producidos en España sigue superando los 200 al año, dotación escasa del Fondo de Cinematografía del ICAA mediante. “Desde 2003 a 2017 el sector audiovisual español ha estado muy plano, estábamos viviendo un lento y constante deterioro de nuestra industria audiovisual y la llegada de las plataformas ha sido un revulsivo” asegura un productor que prefiere no ser citado. El comentario más generalizado es que cuesta encontrar profesionales técnicos desocupados y disponibles para trabajar porque todo el mundo está rodando.
Sin poder saber a ciencia cierta los datos de consumo de las plataformas, lo que sí está claro es que el formato largometraje sigue siendo demandado por cualquier programador. Porque hay todavía público que no se engancha a las series y porque después de verse del tirón una temporada completa de 8 episodios, el usuario pide películas, antes de pasar a la siguiente serie. Movistar+ lanzará este año lo que considera una película original, ‘Mientras dure la guerra’ de Alejandro Amenábar, y entre las apuestas de Netflix se encuentran ‘Diecisiete’ de Daniel Sánchez Arévalo u ‘Hogar’ de los hermanos Pastor, después de haber lanzado ‘A pesar de todo’ de Gabriela Tagliavini o ‘Elisa y Marcela’ de Isabel Coixet, entre otros.
Además, rara es la película española que no llega a la cartelera con los derechos de televisión de pago vendidos. Si antes Canal+ era prácticamente la única opción, ahora los productores se encuentran con varias puertas abiertas. Amazon Prime Video ha adquirido el éxito del verano, ‘Padre no hay más que uno’ de Santiago Segura, Netflix tiene ‘Dolor y Gloria’ de Almodóvar, Movistar+ ofrecerá en 2020 la esperada ‘Madre’ de Rodrigo Sorogoyen… ¿Habrá una parte del público que deje de ir a las salas de cine porque sabe que después podrá ver la película en casa por menos dinero? ¿Afectan las plataformas a la taquilla potencial de las películas españolas? ¿Existe una relación directa entre una recaudación moderada y la disponibilidad de los títulos en catálogos de precio asequible para el gran público?
Para algunos productores la respuesta es sí: “Afecta directamente, sí, a menos que seas una película evento, como las de Almodóvar o Bayona, por ejemplo. Empezó con “la veré cuando la echen por la tele” y ha seguido con “la veré en una plataforma”. Tan sólo tienes que observar el comportamiento de la gente que nos rodea o de uno mismo. Tengo una amiga que solía ir bastante al cine, ahora ha sido madre y sólo por la logística que supone ir al cine sin el bebé, va mucho menos y consume contenidos en casa. Además, preferentemente series de televisión, porque los capítulos son más cortos que una película. Por otro lado, hay tantísimo contenido disponible que ya apenas se alquilan películas, porque sabes que al cabo de las semanas las tendrás incluidas en tu cuota mensual, sin pagar nada adicional. Llega un punto en que te da lo mismo ver una película que otra. El precio sigue siendo un factor muy influyente en las decisiones del público.”
Porque, estamos de acuerdo, televisión de pago existe “de toda la vida”, pero no a un precio de 8-9 euros al mes a compartir con tres amigos. Hasta los chavales de 15 años están suscritos a alguna plataforma. Y muchos no ven nada fuera de ese catálogo. Cabe recordar también el éxito de la Fiesta Del Cine, que ofrece entradas por menos de 3 euros.
Otros consideran que el nacimiento de las plataformas “económicas” no tiene nada que ver con la recaudación en taquilla: “Yo no pienso que sea así. Salvo algunas excepciones, como ‘Roma’ de Alfonso Cuarón o ‘El irlandés’ de Martin Scorsese, dudo que gran parte del público sepa en el momento de la exhibición en salas qué plataformas tendrán la película después” comenta Pedro Hernández de Aquí y Allí Films.
“En España no se puede hablar de industria del cine porque no tenemos una mecánica establecida. Podemos hablar de negocio del cine porque los productores buscamos ganar dinero con las películas que hacemos. Pero realmente, en la mayoría de los casos, producimos una película para hacer la siguiente” confiesa un productor.
Algunas personas en la industria piensan que quizá se debería ocultar que sus contenidos estarán disponibles posteriormente a la carta en plataformas para no reventar su posible éxito en salas, aunque tarde o temprano el público se topará con ellos. Esta estrategia se empieza a dar especialmente entre las series de ficción que estrenan las televisiones en abierto, dado que el dato de audiencia sigue siendo de máxima relevancia para renovar o no una serie. “Al fin y al cabo lo que queremos es que la película se vea, y tal y como vivimos ahora, parece que o nos promocionamos o no existimos” argumenta Pedro Hernández. “Soy partidario de que las plataformas promocionen más las películas que compran” añade. Y es que, como dice otro productor, “en España no se puede hablar de industria del cine porque no tenemos una mecánica establecida. Podemos hablar de negocio del cine porque los productores buscamos ganar dinero con las películas que hacemos. Pero realmente, en la mayoría de los casos, producimos una película para hacer la siguiente, para ganar crédito y que nos llegue la financiación del siguiente título con más fluidez.” Y cuanta más visibilidad tenga una película, aunque sea con una segunda vida en plataformas, más posibilidades hay de que los inversores se fijen en un director, en un guionista o en un productor.
“La percepción de tener una plataforma no te da tanto valor añadido. Porque si realmente la plataforma tiene interés, hará una buena campaña. Y normalmente no es así” observa un productor.
En el lado opuesto se sitúa otro productor, que opina que, dependiendo de qué película y de qué plataforma estemos hablando, su disponibilidad posterior en un catálogo de streaming debe comunicarse o no: “Después de varios años viendo que las compras se realizan sin un sentido muy coherente, con cambios de criterio constantes, de proveedores… la percepción de tener una plataforma no te da tanto valor añadido. Porque si realmente la plataforma tiene interés, hará una buena campaña. Y normalmente no es así. Simplemente envían un email anunciando las novedades del mes y ya. Hace dos años podía sonar muy exclusivo; hoy en día, todo lo contrario.” Que levante la mano aquél que no se haya pasado al menos una tarde entera intentando encontrar algo interesante para ver dentro de un amplísimo catálogo y se ha ido a la cama sin ver absolutamente nada…
El productor Pedro Hernández comenta con Audiovisual451 la experiencia con ‘Boi’, la opera prima de Jorge M. Fontana que Filmax estrenó en cines en marzo de 2019: “Estuvimos dos semanas en salas de cine, sin apenas sesiones en la segunda, y luego estuvo encerrada cuatro meses hasta poder llegar a Netflix y a las demás plataformas de TVoD. Eso sí que no tiene sentido.” Sobre la trayectoria de la película en Netflix no hay datos.
El debate sobre si mantener las ventanas de distribución tradicionales o no vuelve a estar encima de la mesa y más aún desde que a las películas originales de Netflix o Amazon se le ponen trabas para participar en festivales y premios. Casi todos los exhibidores se niegan a programarlas y sólo unos pocos se atreven. En el caso de España, A Contracorriente Films, dueña de salas como los Verdi, parece estar abierta a distribuir títulos tipo ‘Roma’ y de hecho, será la encargada de llevar a “cines seleccionados” la próxima película de Daniel Sánchez Arévalo, ‘Diecisiete’, antes de su desembarco mundial a través de Netflix el 18 de octubre. A Contracorriente Films gozará de dos semanas de exclusividad y adelanto y ‘Diecisiete’ será la primera película española original de Netflix en estrenarse en la Sección Oficial de San Sebastián.
‘Diecisiete’ es la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo. Un Netflix Originals que se podrá ver durante 15 días en algunos cines españoles, antes de su desembarco mundial el 18 de octubre a través de la plataforma.
“Las decisiones de estreno en salas y en la plataforma ya es una cuestión de Netflix. El pacto es que nosotros entregamos el producto y a partir de ese momento lo controla Netflix. Nadie nos ha engañado, sabemos cuál es el esquema de distribución de Netflix” comenta José Antonio Félez, productor de ‘Diecisiete’ desde Atípica Films.
Sucede lo mismo con ‘Quien a hierro mata’, el thriller de Paco Plaza que ha producido Vaca Films y que ha vendido sus derechos tanto a Movistar+ como a Netflix, de manera que la plataforma de Telefónica tiene los derechos de Pay TV en España y Netflix tiene los derechos mundiales, excepto España y Francia porque la película es en coproducción con el país galo, además de la segunda ventana de Pay TV en España. A la hora de participar en festivales, ‘Quien a hierro mata’ está sometida a la política de Netflix: “Curiosamente para esta película recibimos casi cada día una petición de un festival, pero nosotros sólo tenemos la potestad de decidir en Francia y España. Fuera es Netflix quien decide la política de festivales, está complicado. Quizá vaya a alguno, si Netflix así lo decide, pero es una película que podría haber tenido un recorrido muy importante en festivales. Insisto, esto pasa con todas las películas cuyos derechos internacionales los adquieren las plataformas” comentaba este pasado verano Emma Lustres a Audiovisual451.