¿Cómo se manifiesta el sexo en el teatro?
El teatro es un lugar en el que todo es posible. Sobre las tablas se representan infinidad de situaciones, algunas cotidianas y otras completamente inverosímiles, pero que gracias al llamado pacto de ficción permiten al espectador entrar en la historia e interesarse por unos personajes.
Las obras de teatro hablan de la vida, y el sexo forma parte de la misma, por lo que hay obras que contienen escenas de sexo que, a priori, son fundamentales para el desarrollo de la historia.
Esto nos conduce a la siguiente pregunta: ¿cómo se representa el sexo en el teatro?
Sexo explícito
Una de las posibles formas de afrontar una escena sexual es mostrando imágenes explícitas, con o sin objetos tales como dildos, esposas, etc. Por supuesto, es la opción más polémica y controvertida de todas, ya que la sexualidad es una faceta de la vida que tenemos desterrada en el ámbito privado; a veces, hasta hablar de sexo genera incomodidad y malas caras.
Un ejemplo de sexo explícito lo encontramos en Monte Olimpo, una obra mastodóntica basada en los mitos griegos, que se presentó en Madrid en el año 2018, mostraba varias escenas de sexo explícito entre las que había varias masturbaciones y una escena de fisting. A pesar de lo arriesgado de la puesta en escena, la obra fue considerada un éxito total tanto por la crítica especializada como por los espectadores.
Mostrar el sexo de manera explícita es la forma menos común de hacerlo, por las implicaciones morales que tiene y el rechazo que puede generar en una gran parte del público.
Sexo sugerido
Ernst Lubitsch ha pasado a la historia por ser un director de cine sofisticado, fino y elegante. Otro de los mejores directores de la historia, Billy Wilder, solía encontrar inspiración en las obras de Lubitsch. Cuando se atascaba en algún punto siempre analizaba la situación desde el punto de vista que plantea la siguiente pregunta: ¿cómo lo haría Lubitsch? Y el realizador berlinés solía relacionar los elementos de tal forma que fuese el público quien dedujese qué es lo que estaba ocurriendo en la escena. Es lo que se conoce como el toque Lubitsch.
En conclusión, otra de las opciones más habituales a la hora de reflejar el sexo en una obra teatral es no mostrar ninguna relación sexual, ni tan siquiera mencionarlo, y dejar pistas en escena, como juguetes sexuales, un fleshlight, por ejemplo, o ropa interior tirada por el suelo, para que el espectador deduzca que unos personajes han mantenido relaciones.
Sexo contado
Uno de los pecados del teatro es contar lo que sucede en vez de mostrarlo en escena. Es muy habitual que, si hay una violación en una obra, un personaje cuente que ha ocurrido una violación.
Y uno de los puntos fuertes del teatro es su capacidad para generar imágenes que impacten en el espectador y que se queden en su retina. Esto no quiere decir que no se puedan poner los acontecimientos en boca de los personajes, pero es un recurso demasiado fácil y no permite que una obra brille como debería, aunque, si se hace con el enfoque correcto y con el personaje idóneo, puede ser una revelación muy emocional y llena de fuerza escénica.
Fuera de escena
La narrativa teatral trasciende las propias tablas donde se celebra la función. Un teatro alejado del costumbrismo –incluso el teatro costumbrista puede hacerlo– proyecta todo un universo de personajes y situaciones que han sido apuntadas en escena, pero que, al final, toman forma en la mente del espectador, que utiliza su imaginación para terminar de construir la representación.