¿Cómo te sentiste cuando Steven Cantor te habló por primera vez sobre la idea de hacer DANCER?
No tenía ni idea de cómo resultaría. Al principio sabía que quería rodar en distintos países y mostrar la belleza de las diferentes culturas pero, francamente, no sabía hacia donde iba a dirigirnos.
¿Esperabas que el documental recibiera reacciones tan buenas?
Pues no. Me sorprendió cómo la gente reaccionaba y estoy muy feliz por ello. Todo fue gracias a un equipo increíble y a una magnífica productora, Gabrielle Tana, que se convirtió en mi ángel de la guarda.
Tu coreografía de “Take me to church” se suponía que iba a ser tu último baile ¿qué fue lo que te hizo continuar?
La grabación del videoclip duró nueve horas y durante este tiempo pude pensar mucho y, de hecho, estaba convencido que iba a abandonar. Sabía que quería dejar de bailar y hacer algo distinto pero “Take me to church” fue extremadamente emotiva y empecé a pensar en todo lo que dejaría atrás si abandonaba. Quizás me perdería cosas, quizás quedaba aún mucho por descubrir. Después me marché a Rusia y bailé por libre durante unos meses para recordarme a mí mismo la razón por la que bailaba.
Los bailarines suelen tener el cuerpo muy pulcro pero tú tienes muchos tatuajes. ¿Qué hay detrás de todos ellos?
Cuando era pequeño solía hacerme dibujos en el cuerpo por lo que tenía claro que iba a tener tatuajes. Me gustaban y respetaba a la gente que los tenía, especialmente en la cara o las manos porque para mí representaban la libertad. No son la clase de personas que juzgan a los demás. En las escuelas de baile hay normas realmente estrictas y una de ellas es no llevar tatuajes así que imagino que estoy rompiendo las reglas. Pero me siento bien.
Cuando eras más joven, ¿qué querías ser?
Siempre he querido ser boxeador.
Se te considera el “chico malo” del mundo del ballet. ¿Decidiste crear esta imagen para desafiar las normas?
Me aproveché de ello. Fue más bien cosa de los medios de comunicación pero decidí seguirles la corriente, aunque, en realidad, hizo que todo fuera más difícil porque a raíz de esa imagen nadie quería trabajar conmigo. Las grandes compañías preferían trabajar con alguien más seguro y predecible. Básicamente estaba cavando mi propia tumba.
¿Sientes que los medios de comunicación han sido parte importante de lo que eres hoy en día?
Definitivamente sí. Especialmente Internet y YouTube.
¿Cuál ha sido tu mayor reto hasta la fecha?
Tengo muchos objetivos en mente. A veces es difícil porque aún quiero bailar. Tomo clases de baile a diario pero también quiero estudiar interpretación y trabajar en el mundo de la coreografía. Estoy poniendo en marcha mi propia compañía llamada “Project Polunin” para ayudar a los bailarines con sus carreras y seguir impulsando la danza. También voy a aparecer en una película. Es un reto porque hay tanto que quiero hacer tan extremadamente emocionante…
En el documental mencionas que en tu época con el Royal Ballet sentías que conseguirías tu máximo potencial con la compañía y siempre te esforzabas por conseguir más. ¿Sigue siendo así?
Ahora mismo estoy en el momento en el que me hubiera gustado estar cuando tenía 19 años. Si echamos la vista atrás, eran los medios de comunicación los que me hacían ser un chico malo en vez de escuchar lo que verdaderamente yo les estaba contando. También me olvidé de escucharme a mí mismo sobre lo que originalmente había decidido que iba a hacer. Pero ahora sí estoy haciendo lo que entonces intentaba hacer y en lo que de verdad creo. Me gusta la creación y hay muchas cosas emocionantes que buscar como artista. Estoy en el camino correcto. Solamente deseo que no sea muy largo de recorrer para conseguirlo.
Has dicho que vas a aparecer en una película. Háblanos de ello.
Es una película comercial, de Hollywood, pero aún no puedo contar mucho más. ¡Va a ser muy interesante!
¿Te ves en Hollywood?
Si yo lo eligiese, ¡por supuesto que sí! Definitivamente es lo que ahora mismo quiero hacer.
¿Qué otras cosas aparte de la danza te inspiran?
Ahora mismo el cine. Mickey Rourke es una gran inspiración en mi vida. También Johnny Depp. Pero más por lo que son en la vida real que por lo que son en la pantalla.
¿Estás deseando irte a Nueva Zelanda el año que viene?
Iré a bailar con Natalia Osipova, una de las primeras bailarinas del Royal Ballet. Me encanta la naturale - za, es una de las cosas más importantes en nues - tras vidas, y he oído que Nueva Zelanda es un país precioso así que estoy muy emocionado con esto también.
¿Algún consejo para los jóvenes bailarines que están comenzando?
Les diría que consiguieran un manager o agente y también que trabajaran mucho pero asegurándose de que también viven.
¿Qué crees que el futuro depara para el ballet?
La danza es verdaderamente impor - tante para todo el mundo porque es algo internacional y habla un idio - ma que se entiende en todos los países. Creo que tiene que venir un gran cambio. Espero que la indus - tria llegue al mismo nivel en el que están el deporte o el cine porque creo que es posible. El fútbol no es - taba en el nivel que está hoy en día hace 15 años, así que estoy expectante de algo grande.