Desde que el pasado diciembre salieran a la luz los sucios manejos de la Disney para quitar de la cartelera en algunos cines de Los Ángeles (el Cinerama Dome entre ellos) Los odiosos ocho, última película estrenada de Quentin Tarantino, para que así no hiciera sombra al mega estreno de Star Wars: el despertar de la fuerza, el director de clásicos incombustibles como Pulp Fiction o Kill Bill había mantenido un respetuoso silencio ante lo que parecía un tema bastante delicado.
Pero esta semana la cosa ha cambiado, y Tarantino arremetió contra los estudios en unas declaraciones concedidas en exclusiva al periódico New York Daily News.
Demonios, no. Ellos me han jod.... Nunca trabajaré para la Disney después de lo que me hicieron.
Tras ser preguntado sobre si ya había enterrado el hacha de guerra con la productora que hace años había funcionado como matriz de Miramax, la compañía fundada por los todopoderosos hermanos Weinstein donde Tarantino fraguó sus primeros éxitos como cineasta, éste respondió con un tajante: “Demonios, no”. “Ellos me han jod...”. “Nunca trabajaré para la Disney después de lo que me hicieron”. “Ellos me han jod... y yo les conseguí mucho dinero gracias a Pulp Fiction”. “Esta es una muy mala manera de tratar a un exempleado que en su día les funcionó muy bien”.
Estas explosivas declaraciones fueron recogidas durante la entrega de los Costume Designers Guild Awards, donde se premia a los mejores diseños de vestuario de la temporada cinematográfica y televisiva. Durante la gala Tarantino fue reconocido como colaborador del Sindicato de diseñadores de vestuario.
Aunque algunos han puesto el grito en el cielo y dudan de la versión que el realizador está dando sobre los hechos, en la que acusa directamente al Hollywood Arclight, propietaria de los cines Dome, de haber incumplido el contrato de exhibición de Los odiosos ocho durante el periodo de vacaciones navideñas bajo presión de la Casa de Mickey Mouse, queda claro que Tarantino no se calla y está dispuesto a arremeter contra quienes le han provocado grandes pérdidas económicas.
Y es que parece que las aguas, lejos de volver a su cauce, bajan más revueltas que nunca, y nos da en la nariz que todos aquellos que tenían sus esperanzas puestas en que algún día Tarantino dirigiera algún proyecto de la Marvel, se van a quedar por el momento con las ganas.